14 enero, 2021
Isabel Llorens y Carlota Mateos gestionaban un pequeño hotel con encanto en Asturias hasta que en el año 1996 decidieron poner en marcha Rusticae, un selecto club formado por establecimientos que destacan por su ubicación, la atención a sus clientes y por «una decoración muy coqueta». Hablamos con Isabel Llorens sobre los alojamientos con encanto que forman parte de Rusticae y cómo se enfrentan a la pandemia. «Aunque la situación es muy grave, nos han metido mucho miedo. Y eso va muy en contra de los intereses del turismo».
-¿Cómo se están adaptando los alojamientos de Rusticae a la actual situación?
-Estamos en el mejor nicho del sector porque son alojamientos pequeños y la percepción de seguridad y cuidado es mayor. Además, todos nuestros hoteles y casas rurales han hecho un trabajo importante para prepararse y dar mucha seguridad a sus huéspedes, aplicando estrictamente los protocolos de limpieza y las distancias de seguridad. Esa confianza y proximidad es, de alguna manera, el futuro del turismo.
-¿Cómo ve el futuro del sector de los viajes?
-Ahora mismo es muy difícil saber por dónde van a ir las cosas, pero es cierto que la gente va viajar más y va a querer viajar de una forma segura. Aunque la situación es muy grave, nos han metido mucho miedo, y eso va muy en contra de los intereses del turismo.
-¿Cómo valora las restricciones que se están poniendo en marcha?
-Los cierres perimetrales son un caos absoluto e impiden que las personas tengan claro dónde pueden moverse. No hay derecho a que se cierre perimetralmente una zona y un hotel no pueda cerrar, porque les estás obligando, ya que no pueden recibir clientes. Esto es un desastre a la hora de reactivar la economía.
Los cierres perimetrales son un caos absoluto
-¿Qué mecanismo proponen?
-Apostamos por un salvoconducto para que la gente sana pueda viajar. ¿Qué significa? Que puedan desplazarse las personas que sean capaces de demostrar, en un plazo de 48 o 72 horas, que están sanas, que puedan viajar con el resultado del test de antígenos y la reserva. Lo que ocurre es que restringimos la movilidad a todo el mundo y es cierto que estamos en una situación grave para la salud, pero también para la economía. Si no se reactiva la economía local, el hotel va a cerrar, el panadero va a cerrar, el de las canoas también… y así todo, en cascada. Que cada comunidad haga una cosa distinta es una falta de coordinación brutal. Obviamente, hay que cuidar a los mayores e ir con precaución, pero nuestros alojamientos son sitios muy seguros en los que no se ha producido ningún caso.
Apostamos por un salvoconducto para que la gente sana pueda viajar
-El sistema que propone es similar al que se está aplicando en el caso de los turistas extranjeros
-Sí, pero en vez de las PCR, que exista la posibilidad de hacerse un test de antígenos, que son cada vez más asequibles. Si te haces un test y demuestras que estás sano, o te has puesto la vacuna, viaja. Queremos que esto sea posible mientras persistan las restricciones y, cuando ya no haya, no hará falta un salvoconducto. No se puede encerrar a los sanos y a los no sanos, lo que estamos haciendo es asfixiar a muchos alojamientos y, por ende, a su zona, porque son motores de la economía. Hay que ir reactivando la economía como sea. Esto ya es un grito de auxilio. Que la gente sana que quiera salir, que salga, bien vía antígenos, que va a costar un dinero pero, si quieren salir, al menos es algo. Esto no solo lo estamos pidiendo nosotros, es que estamos asfixiándonos, agonizando. Esto es un drama. No te mueres de Covid, pero te mueres de depresión, porque no se ve el final. Parecía que tenías luz, pero esto cada vez va a peor.
No se puede encerrar a los sanos y a los no sanos, lo que estamos haciendo es asfixiar a muchos alojamientos
-¿Qué expectativas tienen para este año?
-Entendemos que hasta Semana Santa las cosas van a ir muy mal pero, ¿quién resiste hasta entonces? Ese es el tema. Los hoteles están pidiendo muchas cosas, entre otras, una moratoria de sus finanzas, créditos, ayudas directas… pero vamos, no lo sé. ¡Es tan difícil precedir! Y, cuando lo haces, se va todo al garete.
Entendemos que hasta Semana Santa las cosas van a ir muy mal pero, ¿quién resiste hasta entonces?
-¿Cómo nació Rusticae?
-Nació hace 25 años, a raíz de la experiencia de gestionar un pequeño hotel con encanto en Asturias. Mi socia, Carlota Mateos, y yo nos dimos cuenta de que era necesario crear en España un club que agrupase a los mejores alojamientos rurales con encanto del país. En ese momento surgió Rusticae y hasta ahora ha llovido mucho, pero la pandemia nos ha ayudado a crear una comunidad, un efecto tribu de hoteleros, alojamientos que se apoyan unos a otros por un bien común. Hemos construido una plataforma comercial, a través de una web muy trabajada, tenemos las llaves regalo y diferentes productos que ayudan a la distribución de estos hoteles. Pero, sobre todo, somos una gran marca inspiradora, en la que la gente confía a la hora de viajar. Eso es un trabajo de muchos años.
-¿Cómo es el perfil de vuestros clientes?
-Gente de ciudad con poder adquisitivo medio-alto, profesionales liberales, personas que aprecian el buen hacer, la sostenibilidad, la experiencia de estar en un sitio auténtico con un hotelero auténtico al que le gusta el detalle. Un público con sensibilidad a la belleza y abierto a experiencias bonitas.
-¿Qué características debe tener el alojamiento para pertenecer al club?
-Tiene que ser un alojamiento que se ubique en un lugar tranquilo, un entorno natural o una ciudad, pero no en el bullicio. Por ejemplo, no puede estar al lado de una carretera con mucho ruido. También debe tener una decoración muy coqueta, un entorno en el que se respire bien y el propietario debe estar muy enfocado al cliente.
-¿Qué papel juega el norte de España en este tipo de turismo?
-La ubicación ya es maravillosa y eso ayuda muchísimo. También el talante de las gentes que allí habitan, porque es una cultura de cuidado, de agasajar… El factor gastronómico. En el norte hay productos maravillosos y, además, cuenta con esa belleza natural que lo embriaga todo.