28 noviembre, 2019
MARÍA EIMIL /
«El de Santiago será el Parador del que más se hable en el Año Santo 2021, pero el 2020 le toca a Muxía, el recién nacido», son las palabras del director del Hostal dos Reis Católicos, Julio Castro, que dejará la gestión del establecimiento en el mes de diciembre, tras más de 11 años de trabajo.
Fisterrán de nacimiento, Castro es la persona elegida para encabezar uno de los hoteles más esperados de la cadena pública: el Parador de Muxía. El proyecto, prometido por el Gobierno de José María Aznar tras la catástrofe medioambiental del Prestige, verá la luz 18 años después, a mediados de marzo de 2020.
-¿Cuáles son sus primeros recuerdos del Hostal dos Reis Católicos?
-Yo entré cuando iniciábamos la crisis, en julio del 2008, y, de repente, empezó a caer mucho la actividad en el último semestre del año y, a partir de ahí, empeoró. En Santiago nos salvó el Año Santo, que fue increíble, ya que, en plena crisis, conseguimos los récords de facturación y de rentabilidad hotelera de toda la historia del hotel, y eso que hubo Años Santos muy buenos, como el del 99 o el del 93. Fue tan aguda la crisis que Paradores tuvo que entrar en un ERE en el 2013. Fue el peor año histórico en actividad hotelera y, a partir de ahí, empezamos a crecer. Si en 2013 facturamos 8 millones de euros, el mínimo desde el 95, ahora facturamos 11 millones, con lo que hemos tenido un crecimiento tremendo, de un 10% o un 8% cada año.
-¿Cómo está siendo el 2019?
-Este año alcanzamos la cifra de facturación antes de la crisis, del 2007, que fue el mejor año de la década del siglo XXI, con casi 11 millones de euros y una rentabilidad hotelera de cerca de 4 millones. En el Hostal hemos conseguido volver a las épocas buenas, aunque, históricamente, los años previos al Xacobeo suelen ser buenos. Ahora, de cara al 2021, también crecerá mucho la plantilla, en torno un 21%.
«Este año alcanzamos la cifra de facturación antes de la crisis, del 2007, que fue el mejor año de la década del siglo XXI»
-¿Cómo se preparan para el Año Santo?
-Hay que diseñarlo con un año de antelación: estrategia de reservas; de eventos, no podemos coger todo, porque tenemos que medir los intereses que pueda tener el hotel y ver si se puede compatibilizar con la actividad de turoperación extranjera, la vacacional, etc. El 70% de nuestros clientes son extranjeros, algo en lo que tuvo mucho que ver la crisis, nos ayudó a reinventarnos y buscar otro tipo de clientela. En el 2010 (último Año Santo), el porcentaje extranjeros en Parador fue un 36% y pocos años después, solo cuatro o cinco, ya superábamos el 65%.
«El 70% de nuestros clientes son extranjeros, algo en lo que tuvo mucho que ver la crisis, nos ayudó a reinventarnos y buscar otro tipo de clientela»
-¿Cuál es el principal mercado para el hotel?
-Uno de los principales es el estadounidense, creció durante la crisis y fue una salvación para nosotros. No se debió solo a la apuesta de la empresa, sino que el Camino de Santiago hizo muchísimo. En el año 2010 se presentó una película que pasó sin pena ni gloria por España, fue El Camino, The Way, de Martin Sheen. Ellos estuvieron alojados aquí una semana, cuando rodaban las últimas escenas de Santiago, de la Catedral, de Muxía, de la Costa da Morte… Esa película se presentó en España y no tuvo éxito. Estuvo en cartelera muy poco tiempo y tuvo muy poca audiencia, el productor Filmax estaba muy preocupado. Sin embargo, se presentó seis meses después en Estados Unidos y fue un éxito total.
-¿Se tradujo en un incremento de visitantes al Parador?
-La película cambió totalmente es aspecto del Camino como un producto de turismo religioso. Pocos meses después de su presentación en Estados Unidos. empezamos a detectar que había muchos grupos reservados que, cuando entraban a Parador, resulta que eran peregrinos. Llegaban quince personas con mochila y la primera reacción de nuestro personal era preguntarles si estaban equivocados, si iban a la Oficina del Peregrino, porque no estábamos acostumbrados a ver peregrinos en el Parador. Empezaron a surgir muchos turoperadores o agencias especializadas que se dedicaban exclusivamente al Camino y todo eso empezó a proliferar, como setas. Llegamos a detectar en los primeros años 10, 15, 20… Ahora mismo trabajamos con 27 empresas y agencias especializadas en el Camino.
«Llegaban quince personas con mochila y la primera reacción de nuestro personal era preguntarles si estaban equivocados, si iban a la Oficina del Peregrino, porque no estábamos acostumbrados a ver peregrinos en el Parador»
-¿Cuántos peregrinos se alojan cada año?
-Si en el 2010 los peregrinos que se alojaron aquí, siendo Años Santos, no superaron las 1.000 estancias, ahora mismo en el Parador, entre individuales y grupos, superamos las 13.000 estancias de peregrinos. El hostal se convierte otra vez en aquel hospital y hostal de peregrinos que fundaron los Reyes Católicos en 1499 y el peregrino es ahora uno de nuestros clientes principales, con lo que también tenemos que adaptar mucho los servicios del hotel a ellos.
«El hostal se convierte otra vez en aquel hospital y hostal de peregrinos que fundaron los Reyes Católicos en 1499»
-¿Cómo adaptan sus servicios?
-Paradores ha creado un producto sobre el Camino de Santiago. A partir de 2010 la empresa se dio cuenta de que era un gran potencial, que no solo afectaba al Hostal dos Reis Católicos, sino a más del 50% de los Paradores, que se encuentran en los propios caminos de Santiago. Entonces, se crearon actividades y servicios con descuentos para los peregrinos: un 15% en la tarifa más baja disponible, un 10% en los servicios del hotel como, por ejemplo, en el restaurante. Además, cada Parador del Camino tiene que ofrecer un menú para el peregrino (15 euros, 18 en el caso del Hostal dos Reis Católicos. También hemos creado sinergias con Correos, Seur y otras empresas para poder facilitar que nos envíen sus equipajes, que podamos mandar sus bicis a casa… El mercado del Camino para nosotros es importantísimo.
-Ahora comienza una nueva etapa en su vida profesional, se va a poner al frente del Parador de Muxía, ¿cómo lo afronta?
-Dejaré mi labor en Santiago, después de 11 años y medio, a finales de diciembre para dirigir el Parador de Muxía, a veces pienso que es como si estuviera destinado para mi. Yo soy de Finisterre, de la Costa da Morte, una zona con potencial pero que no tiene servicios turísticos ni hoteleros de calidad. La idea de poner en marcha este Parador surgió tras la catástrofe del Prestige, como una acción de impulso económico. Yo estaba de director en el Parador de Villalba y me pidieron que acompañara a la presidenta de la cadena hotelera y a técnicos de la Xunta para buscar un lugar para ubicar el nuevo parador. Yo ya estuve en esa primera visita a Muxía sin jamás imaginarme que podría acabar de director del Parador. Ahora entiende la red que soy la persona adecuada para impulsar el turismo allí porque conozco la zona, he vivido allí, y porque he inaugurado ya tres Paradores anteriormente y estoy muy ilusionado, es un reto importante, un Parador increíble, no es un edificio histórico artístico, pero es un paraje natural increíble, se ha hecho un proyecto muy interesante, del arquitecto vigués Alfonso Penela, que ganó el concurso.
«Yo ya estuve en esa primera visita a Muxía sin jamás imaginarme que podría acabar de director del Parador»
-¿Cómo es el proyecto?
-Está totalmente integrado en el terreno, las cubiertas son de tierra y de hierba, porque el parador va enterrado hacia la costa. La red tiene muchas esperanzas en él, porque es otro tipo de arquitectura, muy vanguardista, y es importante que Paradores también tenga ese tipo de edificios: muy sostenible, muy respetuoso con el medio ambiente, una apuesta por la eficiencia energética, todo muy domotizado. Además, sabemos que va a impulsar a un turismo internacional que jamás conoció esta zona. Estoy seguro de que ahora vamos a ver la Costa da Morte llena de japoneses, americanos, británicos, personas de muchas nacionalidades que nunca se imaginaron que ahí pudiese haber un Parador.
-¿Qué expectativas tienen con el nuevo Parador?
-Cuando abra se les va a comunicar a todos los amigos de Paradores, un millón de personas de todo el mundo que forman parte del club de fidelización, que este es un hotel increíble. Estoy seguro de que va dar un gran impulso a toda la comarca y ayudará a la hotelería y a las asociaciones de turismo, porque hará que todos quieran unirse. En Galicia, y también en Costa da Morte, cada uno va por su cuenta: el Ayuntamiento de Finisterre tira por un lado; el de Muxía, por otro; el de Camariñas, por otro… y nunca se juntan. He visitado a muchos de los alcaldes en estas últimas semanas y están muy ilusionados con este proyecto. Muxía ha tenido la suerte de ser el lugar elegido para ubicarlo, pero el Parador se va a llamar Parador de Costa da Morte, porque se hace para impulsar toda la zona. Tenemos una gran responsabilidad, que es dar a conocer los valores del entorno, tener grandes informadores turísticos y saber atenderlos para que la imagen sea de un destino de calidad, ¡Y bellísimo!
«Muxía ha tenido la suerte de ser el lugar elegido para ubicarlo, pero el Parador se va a llamar Parador de Costa da Morte, porque se hace para impulsar toda la zona»
-¿Cuáles son los valores principales del Parador de Muxía?
-Las instalaciones están como enterradas en la ladera de montaña y las vistas son un espectáculo: la península de Muxía y el Cabo Vilán, uno de los más bonitos, y lo digo yo que soy de Finisterre. Todos los que vengan podrán disfrutar en invierno de los grandes temporales desde la tranquilidad del Parador. Lo que va a triunfar es que es un lugar mítico, el paisaje es totalmente diferente a toda la costa de Galicia, totalmente abrupto, las villas marineras todavía se conservan y toda la economía pesquera de esa zona, allí tenemos los mejores mariscos del mundo obviamente y no hay en el mundo la riqueza biológica que hay en esa costa. Estoy convencido de que el Parador de Muxía va a ser del que más se va a hablar en 2020. Santiago será del que más se hable en el Año Santo 2021, pero el 2020 le toca a Muxía, el recién nacido.
«No hay en el mundo la riqueza biológica que tiene la Costa da Morte y, además, tenemos los mejores mariscos»
-¿Cuándo abrirá sus puertas?
-La constructora Tragsa ha hecho todo el edificio y está ya con pruebas: sistema contraincendios, calderas, etc. Hemos comenzado la selección de personal a nivel interno de la red Paradores y este proceso terminará las próximas semanas Las plazas que no se cubran se sacarán a nivel externo, para gente de la zona que pueda estar formada en hostelería o turismo y, obviamente, trabajos menos cualificados, como personal de limpieza, etc. Nuestra intención es abrir con tiempo suficiente para que vaya rodando todo 15 o 20 días antes de Semana Santa. Como muy tarde, el parador estará abierto a mediados de marzo.
«Nuestra intención es abrir con tiempo suficiente, que vaya rodando todo 15 o 20 días antes de Semana Santa»
-¿Cuánto personal tienen previsto contratar?
-Un parador como el de Muxía, que tiene 65 habitaciones, spa, una zona de eventos muy grande… Tendrá, más o menos, unas 50 personas trabajando, pero luego creará mucho trabajo indirecto, con todas las empresas de alimentación que tengan que suministrar, lavandería y limpieza, porque el edificio es muy vanguardista y tiene grandes cristaleras, con lo que, estando cerca del mar, uno de los costes añadidos será la limpieza, de la que tendrá que encargarse personal especializado, por tema de altura. Eso también forma parte de la industria de la comarca: el mantenimiento de 13 hectáreas de terreno, la gestión del spa de Muxía, que va a ser el mejor de la red de Paradores.
-¿Con qué se queda de estos 16 años trabajando en el Parador de Santiago?
-El Hostal dos Reis Católicos es un hotel que prácticamente tienes que vivir para él. Tiene tal actividad institucional, mediática… Puedo decir que he hecho entrevistas con medios de muchísimos países del mundo. Es un centro importante de vida de la ciudad y la representa en todo el mundo. Aquí cada día es diferente, yo he disfrutado muchísimo. Además, tengo un equipo impresionante, es una de las cosas que echaré de menos. En el Parador de Santiago se mezclan muy bien las nuevas generaciones con personas que llevan más de 40 años trabajando y que quieren muchísimo a esta institución. Las generaciones anteriores se implicaban de otra forma, las nuevas llegan a los trabajos y están menos implicados, aunque todo el mundo tiene intereses personales y no quieren que los de empresa se los vayan quitando. Ahora empiezo en un Parador nuevo, con personal joven y con mucha ilusión, pero pierdo el compromiso y la experiencia de trabajadores que me han enseñado muchísimo a mí también.
«En el Parador de Santiago se mezclan muy bien las nuevas generaciones con personas que llevan más de 40 años trabajando y que quieren muchísimo a esta institución»
-¿Qué reto se marca para dirigir el nuevo Parador?
-Que la Costa da Morte esté orgullosa del Parador, que seamos capaces de dar a conocer una zona que tiene mucho que contar en el turismo en España, que no se ha desarrollado como se tenía que desarrollar en el turismo. Estoy seguro de que será un gran espaldarazo, tuve esa misma experiencia en la Ribeira Sacra. Es impresionante lo que se desarrolló allí el turismo desde que se instaló Paradores, antes era una zona desconocida y hoy en día es candidata a Patrimonio de la Humanidad. Lo mismo le va a pasar a Costa da Morte, dentro de unos años se hablará de lo bien que se está haciendo en el turismo.
«Estoy seguro de que el Parador va a ser ese gran espaldarazo, tuve esa misma experiencia en la Ribeira Sacra, y yo creo que va a ser mejor»
¿También acabará aspirando al reconocimiento de la Unesco?
-Obviamente la Costa da Morte es una candidata increíble, pero entiendo que es muy difícil por lo mal que se ha hecho en la construcción. Es una pena el estado en el que hemos dejado muchas villas marineras, el urbanismo desenfrenado, construir por construir, no conservar lo antiguo. Los pueblos que hace 30 o 40 años tenían mucho encanto, hoy lo han perdido, pero espero que se pueda recuperar. Que los alcaldes de la zona tomen nota y que mejoremos el aspecto de nuestros pueblos, porque tendremos muchísimo turismo. Estoy seguro de que muchos comentarán que el entorno, el paisaje y la costa son espectaculares, pero qué pena el estado de alguno de los pueblos. Tenemos que cuidar la arquitectura marinera que nos han dejado nuestros antepasados. Ahora recibiremos turistas extranjeros y espero que nos lo digan.