19 febrero, 2021
La oleada de vandalismo callejero que ha desencadenado en las ciudades españolas el ingreso en prisión del rapero Pablo Hasél ha puesto en máxima alerta a un sector turístico que contempla impotente cómo se deteriora la imagen de España como destino seguro y cómo, al finalizar cada algarada nocturna, aparecen establecimientos con cristales y mobiliario destrozados.
Los hosteleros y los profesionales del sector del alojamiento aseguran que, para el turismo y para el porvenir de sus negocios, estos altercados suponen mucho más que un acto de rebeldía de unos jóvenes descontrolados incapaces de expresar lo que piensan sin recurrir a la violencia.
Las turbas callejeras de los antisistema llegan, además, en el momento menos oportuno, en medio de la peor crisis de la historia para todos aquellos que viven del turismo y de la hostelería. «Una vez más, toca a este sector pagar los platos rotos. A las pérdidas por el impacto de la crisis del coronavirus, ahora hay que sumar los destrozos que han realizado los radicales en negocios de distintas ciudades españolas», lamentan desde Hostelería de España.
El presidente de la Asociación Española de Directores de Hotel (AEDH), Manuel Vegas, teme que las imágenes de los actos vandálicos y de las batallas entre los manifestantes más violentos y las fuerzas de seguridad dañen la reputación internacional de la marca España y sean un factor más para que los turistas se lo piensen varias veces antes de viajar a nuestro país.
«La verdad es que todas estas manifestaciones y todos los problemas de violencia amenazan la imagen turística. La marca se ve resentida. Cualquiera que quiera viajar a Barcelona, por ejemplo, viendo las tres noches que llevan, es muy probable que pierda la motivación», apunta Vegas, que no duda en calificar las algaradas como «una tontería de unos cuantos niñatos que no tienen ni idea de lo que es la libertad de expresión».
Unos incidentes que ya son graves de por sí resultan, en opinión del presidente de los directores de hotel, mucho más preocupantes si se tienen en cuenta las palabras con las que algunos líderes políticos se han referido a ellos, llegando incluso a apoyarlos y a tratar a los vándalos como héroes defensores de la libertad.
«Van a lo que van y, encima, sus actos están fomentados desde instancias políticas, con declaraciones muy desafortunadas de algunos alcaldes, diputados… La imagen del Gobierno, dividido y con cada miembro a su bola, tampoco ayuda mucho a mejorar la reputación de España», lamenta Vegas, que recuerda, en solidaridad con la hostelería, «los muchos establecimientos a los que les han destrozado las terrazas y el mobiliario».