24 mayo, 2019
La masificación turística ha traspasado las barreras de la seguridad en el Everest. Escalar la cima más alta del mundo se ha convertido en tendencia entre los adeptos al turismo activo que practican deportes de riesgo como el alpinismo. La situación ha llegado a superar todos los límites hasta registrarse atascos para hacer cima en los últimos días.
Medios de comunicación de todo el mundo publicaban esta semana que las colas han llegado a alcanzar más de 200 personas en la jornada del miércoles pero, lo que resulta aún más grave es que ya se han registrado 5 muertos. La excesiva afluencia de montañeros retrasa el descenso de los que «esperan turno» por lo que tienen que pasar demasiado tiempo en zonas con escasez de oxígeno.
Según relatan buena parte de los sherpas que trabajaban en la zona, el miércoles, muchos montañeros tuvieron que esperar entre 2 y 3 horas para llegar a la cima. Las imágenes de esta situación han circulado por redes sociales escandalizando a media humanidad.
Los meses de abril y mayo son los más propicios para escalar la cima más alta del mundo, por las favorables condiciones metereológicas que se dan. Pero lo cierto es que ha sido en los últimos años cuando se han disparado las cifras de visitantes de forma que en 2012 se produjo otro gran atasco de estas características, registrándose colas por los 260 montañeros que trataban de hacer cumbre. En aquella ocasión fueron 4 las personas que perecieron en el intento.
Más de mil personas en la cima del mundo.
En 2018 se batió el récord de ascensos al Everest con 802 personas pisando el techo del planeta, pero se estima que el récord se batirá este año, superando las mil personas. Y lo cierto es que esta elevada afluencia, si bien reporta beneficios económicos a los dos países desde los que parten las excursiones (Nepal y China) acarrea también, como atestiguan las imágenes obtenidas de un vídeo del diario La Vanguardia, un importantísimo daño al ecosistema con toneladas de plásticos y basuras recogidos en la zona.
De hecho, ya en febrero de este año, China decidió cerrar el campo base al que acuden miles de turistas de todo el mundo para poder retirar las ingentes cantidades de basura registradas en la zona. En verano de 2018, los diarios chinos informaban de que los operarios llegaron a recoger 2,3 toneladas de heces humanas en la zona.
En vista de la gravedad de la situación, el gobierno chino decidió reducir en 2019 el número de licencias concedidas para ascender el Everest a 300.
Ante estas limitaciones en el lado chino, es el campamento base del Nepal el más solicitado en los últimos años, llegando a tener una población de más de 1.000 personas. Se estima que serán unos 750 los montañeros que hagan el recorrido desde este país en la primavera de 2019.