31 agosto, 2020
Piscinas de agua salada, con vistas al mar o a la montaña e incluso con servicios adicionales, como barbacoa, mesa de ping pong o pista de paddle son algunas de las propiedades que se alquilan en todo el país a través de Swimmy, una plataforma conocida como «el Airbnb de las piscinas».
Según indica la compañía francesa a través de la web, las reservas se incrementaron exponencialmente en España a raíz del confinamiento y desde entonces se han registrado miles de reservas y más de 300 propiedades.
El precio por alquilar una piscina durante una tarde y aprovechar los últimos rayos de sol del verano oscila entre los 10 y los 30 euros por persona. Por poner un ejemplo, en Santiago de Compostela se alquila una piscina con extras como ducha solar, tumbonas, una mesa con sillas y una cabaña con nevera por 20 euros.
Además de propietarios particulares, algunos establecimientos turísticos se han sumado a Swimmy y ofrecen sus piscinas para pasar una jornada. Es el caso de una casa rural ubicada a pocos minutos de Bilbao donde, además de piscina, los propietarios ponen a disposición de los interesados los jardines, una cocina, neveras, congelador, una mesa con sillas e incluso una barbacoa si así lo desean.