13 abril, 2020
Lectura, cine, algo de ejercicio físico y, sobre todo, llamadas telefónicas a familiares y compañeros del sector. Así pasa estos días de confinamiento la presidenta de OPC Galicia, Ana Trevisani, que, como organizadora de eventos y congresos, vive con preocupación una crisis que ha provocado una oleada de cancelaciones y suspensiones y que resultará devastadora para el turismo MICE.
«Hago mucha lectura y un poquito de ejercicio físico, ya me gustaría hacer más. Tengo una bicicleta estática y, por lo menos, muevo algo las piernas. También aprovecho para ver algo de cine y mantengo mucha tertulia doméstica», comenta Trevisani, que declara que «aunque hay malos momentos, de esos momentos también se aprende».
Aunque tiene tres hijos, solo uno de ellos está en su casa en estos días de encierro. «Con los otros dos, hablamos dos veces al día, con llamadas de Whatsapp colectivas», explica. «Yo tengo una red de familia muy grande. Las llamadas ocupan una gran parte de las horas del día», añade esta profesional de la organización de congresos.
Trevisani acata con disciplina la instrucción de quedarse en casa y asegura que solo sale una vez cada tres días para hacer la compra. «Lo tenemos ya planificado», precisa acerca de la rutina que sigue para mantener la despensa bien abastecida sin efectuar continuas expediciones al exterior.
También el trabajo ocupa parte de su tiempo pues, pese a la cancelación y suspensión de eventos, es necesario buscar fechas alternativas y, sobre todo, animar a todos los que forman parte del sector MICE a seguir adelante pese a esta situación excepcional.
«Intento hablar con todo el mundo del sector. Los llamo un poco humanamente para decirles que estamos aquí, resistiendo, que estén tranquilos, que vamos a seguir trabajando», manifiesta antes de precisar que sigue con atención las noticias para estar informada acerca de la evolución de la pandemia y de las medidas adoptadas por las autoridades que, según lamenta, «llegan con mucho retraso».