11 enero, 2019
Hoteles, apartamentos, casas rurales y campings se han visto obligados a lidiar en los últimos años con la irrupción de los pisos turísticos. Estos alojamientos, que han florecido bajo el paraguas de plataformas como Airbnb, se convierten en una de las principales alternativas para los turistas de medio mundo. Pero este poder de atracción en medio mundo no se extiende de la misma forma a España. El turista español continúa apostando por el hotel.
El barómetro anual de TripAdvisor recoge que el 65% de los habitantes del país sigue escogiendo a los hoteles como primera opción para realizar turismo. Los establecimientos convencionales ceden parte de su cuota, pero se mantienen como la principal alternativa.
Los turistas españoles se desmarcan de otros países de nuestro entorno. Y es que este porcentaje desciende hasta el 53% en el resto del mundo, donde el despegue de los pisos turísticos se hace aún más patente.
El estudio que cada año elabora el portal revela otra importante tendencia entre los viajeros españoles. No solo apuestan por los hoteles más que el resto, sino que, además, la imagen de la marca influye más que en otros países. Así, un 53% de los viajeros españoles desea permanecer en establecimientos de aquella cadena en la que más confían en lugar de guiarse únicamente por los precios. Esta situación contrasta con la del resto del mundo, en donde esta fidelidad a la marca desciende hasta el 39%.
De esta forma, los precios juegan un papel esencial para los españoles a la hora de elegir destino, pero no tanto a la hora de decidir en qué establecimiento se alojan. Tanto es así que un 46% reconoce haber cambiado de destino a última hora tras encontrar una oferta mejor para volar a otro lugar.
El turista español, que dedica una media de 1.500 euros al año a estos viajes, también se preocupa menos del clima con el que se va a encontrar en su país destino. El componente cultural sigue motivando buena parte de estas escapadas hasta el punto de que solo el 16% de los viajeros de nuestro país elige un destino en función de su clima, frente al 20% que se registra en el resto del mundo.