9 febrero, 2020
PABLO LÓPEZ /
Un abrazo infinito al ritmo que marcan las olas al golpear los acantilados, un paseo entre árboles y flores con ecos de la literatura, un espacio para el recogimiento y para conocer una hermosa historia, un paraje para compartir el amor con la naturaleza o un recorrido por un pueblo mágico. Son muchas las opciones que existen para pasar un perfecto día de San Valentín y, para ayudarte a elegir, TUR 43 te presenta cinco propuestas para compartir en pareja el próximo 14 de febrero.
Un banco hizo famoso a este lugar más allá de la provincia de A Coruña y de la propia comunidad autónoma de Galicia. El banco, situado en un mirador que ofrece una vista inigualable del mar y de los acantilados golpeados por las olas, apareció un día con una inscripción que ponía, en inglés, The best bank of the world, lo que hizo que comenzara a ser conocido como El banco más bonito del mundo. Las redes sociales, el boca a boca, los medios de comunicación y el propio paisaje hicieron el resto para poner en el mapa un punto de la geografía del norte de España que resulta perfecto para compartir momentos románticos en pareja.
La majestuosidad del paraje que se divisa y la especial atmósfera que se respira en él llevaron a la Unesco a seleccionar una imagen nocturna con un cielo estrellado en la que aparece el famoso banco como una de las mejores del mundo de las presentadas a uno de sus proyectos fotográficos.
¿Quién no ha oído hablar de Calixto y Melibea y de la tragicomedia La Cestina que ambos protagonizan? Si quieres sentirte como los personajes de la obra teatral escrita por Fernando de Rojas, no pierdas la oportunidad de viajar a Salamanca y de dar un paseo por el parque que lleva el nombre de una de las parejas más importantes de la literatura española.
Con sus 2.500 metros cuadrados y su gran variedad de especies arbóreas, el Huerto de Calixto y Melibea es un lugar muy frecuentado por los universitarios de Salamanca que desean intimidad y romanticismo para sus paseos en pareja, lejos del bullicio y a los pies del río Tormes.
Pese a la gran afluencia de turistas que registra este lugar, especialmente en los meses veraniegos, su belleza natural lo hace perfecto para compartir momentos especiales en pareja. Además de pasear de la mano en un marco incomparable, con el componente bucólico que aportan los animales que forman parte del paisaje y que ya se han acostumbrado a la presencia de visitantes, puedes aprovechar para visitar, junto a la persona que amas, a la la Virgen de Covadonga (la Santina) y pedirle ayuda para que vuestra relación sea larga y exitosa.
Si este pueblo fue capaz de encaprichar a un genio como Gaudí, no puede fallar a la hora de servir como marco para una relación amorosa, ya sea esta incipiente o consolidada. Incluida en la lista Pueblos Mágicos de España, esta localidad cántabra combina el encanto de sus casonas y edificaciones pintorescas con un marco natural único.
Con los Picos de Europa como telón de fondo, este pueblo modernista dotado de estilo, elegancia y clase es una visita perfecta para pasar un día como el de San Valentín. Incluso el cine llegó a fijarse en la elegancia de esta villa, que ha acogido el rodaje de más de 21 películas, muchas de ellas con el componente amoroso como uno de sus pilares argumentales.
Una historia que terminó de forma trágica pero que demuestra la fuerza del amor. Así puede definirse el romance que protagonizaron en el medievo Isabel de Segura y Juan Martínez de Marcilla (también llamado Diego de Marcilla). El sepulcro donde reposan los restos de ambos, en la iglesia turolense de San Pedro, con las estatuas yacentes dándose la mano, es una de las imágenes pétreas más románticas de cuantas existen en el mundo.
En el mausoleo dedicado a estos amantes, además de contemplar los sepulcros, puedes visitar diferentes salas que explican su historia y que muestran como era la vida en su tiempo, a principios del siglo XIII.
Cuentan los relatos de la época que llegaron hasta nuestros días que la joven Isabel de Segura, tras haber esperado durante años el regreso del hombre al que amaba, que había salido de Teruel en busca de la fortuna que le permitiera contraer matrimonio, se casó con otro. La tragedia se produjo cuando, regresado el amante emigrado, Isabel le negó un beso por no defraudar a Dios y a su marido, algo que motivó que el hombre muriera tras un suspiro. Poco después, al besar el rostro del cadáver, también Isabel de Segura murió de amor.