10 julio, 2020
El conflicto entre autocaravanistas, hosteleros y propietarios de campings que arrancó con un polémico comunicado en el que la organización la Fuerza del Norte llamaba a las administraciones a poner freno a la proliferación de estacionamientos ilegales cumple su primer aniversario y es que exactamente hoy (10 de julio) hace un año que la asociación de hosteleros formuló sus quejas.
Han ocurrido muchas cosas desde aquella fecha de 2019, incluida la pandemia del coronavirus que ha cambiado los hábitos sociales, si bien las rencillas entre las asociaciones que representan a los autocaravanistas y los empresarios de la hostelería y de los campings siguen latentes.
Los hosteleros de la Fuerza del Norte, hace un año, acusaron a los ayuntamientos de tener una actitud pasiva ante la presencia de autocaravanas en espacios en donde no les estaba permitido estacionar, como las playas y otros lugares de interés medioambiental o turístico.
“Las autocaravanas deben ser obligadas, como elementos turísticos que son, a utilizar para sus estancias y pernoctaciones, las áreas legalmente establecidas que existen en todo el norte de España”, explicaban.
La respuesta de los autocaravanistas no tardó en llegar. Los representantes del colectivo manifestaron que, tras la denuncia de los hosteleros, se ocultaban los intereses comerciales de los campings. «Los únicos que están preocupados son los dueños de los campings», manifestó el presidente de la Asociación Galega de Autocaravanas (AGA), Manuel Fernández, en una entrevista publicada en TUR 43.
Desde la Plataforma de Autocaravanas Autónoma (PACA), también hubo respuesta a lo que esta entidad consideró un ataque interesado por parte de la Fuerza del Norte, a la que acusó de «querer recluirlos en los campings». “Muchos hosteleros no entienden que los autocaravanistas nunca pernoctarán en sus hoteles. Lo que sí hacen es comer, al menos tres veces a la semana, en sus bares y restaurantes y gastar diariamente en los comercios de la ciudad. Eso lo obvian”, comentó a este diario Jesús Gallardo, presidente de la PACA.
Tras estos enfrentamientos llegaron otros, mantenidos en territorios como la provincia de Soria y la comunidad autónoma de Cantabria, siempre con asociaciones de autocaravanistas, en un bando, y con empresarios de la hostelería, en el otro.
Las palabras de hosteleros y empresarios del camping encontraron respuestas cada vez más contundentes por parte de los autocaravanistas. Llegaron así propuestas como la realizada por la PACA, que sugirió que los autocarvanistas llevaran puesto un lazo u otro elemento identificativo que los hiciera visibles cuando consumían en restaurantes y tiendas.
No fue esta, sin embargo, la propuesta más polémica de cuantas realizaron los autocaravanistas para plantar cara los ataques llegados desde la hostelería y los campings. El propio presidente de la PACA llamó al boicot contra todos aquellos establecimientos y municipios que discriminaran a los autocaravanistas, generando con ello tal polémica que la noticia que recogía su idea fue la más leída del pasado año en TUR 43.
Los datos de matriculaciones apuntan a que la pandemia del coronavirus no ha sentado del todo mal al turismo en autocaravana. Entidades como Aseicar, que agrupan a empresas dedicadas a la comercialización de estos vehículos, destacan el creciente interés mostrado por personas que nunca lo han practicado y que ahora, en busca de la seguridad sanitaria que ofrece, quieren probar por primera vez.
Las asociaciones que agrupan a los usuarios, sin embargo, advierten de que las trabas para circular y estacionar siguen vigentes en muchas localidades españolas, un hecho del que advierten a los novatos. «Los autocaravanistas serán el punto de atención en muchas poblaciones y su conducta negativa perjudicará a todo un colectivo. De su comportamiento dependerá que muchas áreas de autocaravanas sigan abiertas o se cierren», manifestó el presidente de la PACA.