26 noviembre, 2021
Los ciudadanos de Portugal empiezan a tener la sensación de que los tiempos más oscuros de la pandemia pueden regresar y es que muchos de ellos jamás sospecharon que el estado de calamidad, el más severo que puede declararse en el país, volvería cinco meses después y con un variado surtido de restricciones. La exigencia del llamado pase Covid para acceder a bares y restaurantes, la obligatoriedad de las mascarillas en interiores y la necesidad de presentar un test negativo para entrar en el país por vía aérea son sólo tres de las más llamativas que regirán a partir del 1 de diciembre.
El Gobierno portugués no quiere, en sus propias palabras, «repetir errores del pasado» y es por ello por lo que, tras datos como el registrado ayer (26 de noviembre), con 3.150 contagios y 15 fallecidos, se ha puesto las pilas, con la declaración del estado de calamidad, a la hora de poner coto a lo que muchos califican ya como la sexta ola.
Para acceder a determinados espacios ni siquiera bastará con mostrar el certificado de vacunación, pues será obligatorio contar con el resultado negativo en una prueba PCR. Discotecas y bares, recintos deportivos, hospitales y residencias de ancianos son los lugares para los que se ha establecido esta medida reforzada.
Las restricciones que se aplicarán desde el 1 de diciembre se verán reforzadas durante el período que el propio Gobierno de Portugal ha calificado como semana de contención, con la finalidad de evitar una explosión de contagios tras las reuniones familiares propias de las fechas navideñas. Este tiempo de medidas más estrictas se prolongará desde el 2 hasta el 9 de enero.
Como medidas más llamativas de la semana de contención destacan el cierre total de las discotecas y locales ocio nocturno y la obligatoriedad del teletrabajo, que durante los días previos del estado de calamidad sólo estará recomendado. De cara a la Navidad y al margen de todas las obligaciones decretadas, el Gobierno portugués aconseja a sus ciudadanos que se realicen test de forma periódica y, muy especialmente, antes de reunirse con sus familiares en las comidas de Navidad.