6 julio, 2020
El confinamiento decretado por la Xunta en la comarca lucense de A Mariña supone un duro golpe para los establecimientos turísticos de la zona, que han visto cómo la prohibición de entrar y salir en la comarca provocaba, en menos de un día, una oleada de cancelaciones. Los huéspedes que se encontraban en los hoteles y casas rurales se han marchado y los que tenían previsto llegar en estos días han cambiado sus planes.
Finca Goleta, un alojamiento rural ubicado en el municipio de Foz que cuenta con el distintivo de Galicia Calidade, ofrece un buen ejemplo de cómo una medida como el confinamiento, aunque sea temporal y con un plazo inferior a una semana, da al traste con las esperanzas de los profesionales y empresarios del turismo cuya actividad se desarrolla en la zona afectada.
«Gente que estaba hospedada y que tenía prevista su salida para esta semana se ha marchado y otros que iban a llegar han anulado la reserva. Nosotros no podemos hacer nada. Entendemos la situación de los clientes», comenta el propietario de Finca Goleta, José Manuel Villapol, que calcula que el confinamiento, decretado para los próximos cinco días, ocasionará a su establecimiento la pérdida de 40 pernoctaciones.
Villapol teme que el daño vaya más allá del ocasionado por la pérdida de los huéspedes que estaban en el hotel y por la de los que habían reservado para esta semana, pues considera que, la aparición de A Mariña en los telediarios como ejemplo de zona confinada, dañará la imagen de la región de cara al turismo para este verano.
«La gente se asusta. Ya hay anulaciones de reservas que estaban marcadas para principios de agosto. Algunos se marchan a otros lugares que están muy cerca de aquí. Los hay que se marcharon a la costa occidental de Asturias, a sólo 50 kilómetros», lamenta el propietario de Finca Goleta.
Ante una situación sobrevenida que no es culpa ni de los huéspedes ni de los establecimientos, Finca Goleta opta por devolver el dinero correspondiente al tiempo de estancia no disfrutado. «Decidimos devolver el dinero o no cobrar. Es lo más adecuado», apunta Villapol.
En total, el cierre de A Mariña afecta a 14 municipios y a unos 80.000 vecinos. La orden de confinamiento llega dos semanas después de la detección del primer positivo por coronavirus y con más de un centenar de infectados. Una comida familiar fue, según los indicios, el inicio del rebrote.