19 septiembre, 2018
Barcelona, Venecia, Amsterdam, Lisboa o París. ¿Qué tienen en común estas ciudades? Evidentemente, ser algunos de los núcleos poblacionales con más riqueza histórica y cultural de Europa y, como consecuencia, vivir situaciones de sobrecarga turística que se perciben y enfrentan de manera diferente en cada urbe. Un hecho es, a estas alturas, indiscutible, la fuerte presión de los flujos turísticos es percibida como un grave problema en muchos puntos de Europa ya a estas alturas del siglo XXI. Vamos a analizar lo que sucede y qué propuestas existen para afrontar esta situación.
Se puede asegurar que la «turismofobia» aparece en escena cuando ocurre algo como lo que está sucediendo en Barcelona. En el año 2017, los barceloneses calificaron el turismo como el principal problema de Barcelona. Más del 15% de la población percibe la llegada masiva de visitantes como algo problemático debido a sus múltiples consecuencias en el encarecimiento de la vivienda y del coste de vida. De hecho, ya en el 2016 el turismo era percibido como la segunda cuestión que más preocupaba a la población de la ciudad condal.
En el plazo de 5 años, los alojamientos turísticos crecieron en más de un 20% en Barcelona, con el consiguiente impacto en el mercado inmobiliario. Los profesionales del sector turístico afirman que el problema reside en los cientos de apartamentos que se ofertan sin estar dentro de la ley. Los vecinos y vecinas afirman que sus vidas se están devaluando.
En 5 años los alojamientos turísticos han crecido más del 20% en Barcelona
Sea como fuere, nadie quiere tampoco «matar la gallina de los huevos de oro» y, en estos momentos, los ingresos del turismo suponen más del 15% del PIB de Barcelona. Ni sus habitantes ni sus dirigentes están dispuestos a renunciar a ellos.
La Venecia deshabitada
Lo que algunos califican como «sobre turismo» o turismo masificado, ha ocasionado ya en algunas ciudades drásticos cambios demográficos. A mediados de los años 50, Venecia contaba con una población cercana a los 180.000 habitantes. En el año 2008, la población veneciana era de unos 60.000 habitantes y en la actualidad, apenas llega ya a los 53.000. ¿Qué está sucediendo en ciudades como ésta en las que el fenómeno del turismo de masas ya ha llegado casi a insititucionalizarse?
Según un informe de Airbnb, en la actualidad, Venecia es la capital del turismo de masas y no es una afirmación gratuita, puesto que, ahora mismo, por el ratio de turistas por habitante se sitúa en Venecia en una cifra que da vértigo: 73,8 visitantes por cada ciudadano.
Los precios medios de cualquier pequeño apartamento rozan los 1.000 euros en una población que acaba envejeciendo porque los jóvenes no pueden permitirse pagarse un techo y abandonan la ciudad. Una reciente investigación de los profesores Jan Van de Berg y Paolo Costa, afirma que el flujo de visitantes debería reducirse en la ciudad entre 55.000 y 77.000 turistas por día.
En ciudades como Venecia, Roma o Turín viven ya un nuevo fenómeno que trata de «llenar» lo que antes eran casas en las que vivían miles de familias. El fenómeno ocupa ha llegado a estos destinos de una manera organizada.
En Venecia hay 73,8 turistas por cada habitante
Cómo paliar el sobre turismo
La Organización Mundial del Turismo OMT, acaba de publicar esta semana un estudio en el que se analiza la situación de turismo masificado en ocho ciudades europeas, entre ellas, Barcelona. Entre sus conclusiones destaca el acuerdo para definir el «sobre turismo» como «el impacto turístico en destinos en los que acaba siendo percibido de una manera negativa por su influencia en la vida de los ciudadanos».
El informe destaca el hecho de que, correctamente enfocado, el turismo se convierte en una «oportunidad para las comunidades y su población y ponen el foco en cuestiones como «la capacidad de gestionar las masas turísticas», el hecho de que «la masificación turística no es sólo un problema turístico, sino que afecta y se ve afectado por el impacto del resto de la población en cada uno de los destinos». Por otro lado, el informe de la OMT destaca que las soluciones tecnológicas «son importantes, pero no resolverán por sí solas el problemas de la masificación».
Entre las propuestas que destacan en el trabajo de la OMT estarían:
La OMT hace especial hincapié en la necesidad de mantener una evaluación constante y una adecuada planificación para diseñar las estrategias que se pueden aplicar en cada destino. En este sentido, recomienda también mantener el foco de atención en los destinos que, aún no estando masificados en este momento, corren el riesgo de llegar a estarlo para aplicar ya algunas de estas estrategias.