8 septiembre, 2021
Dicen los bilbaínos que no hay ciudad en el mundo como la suya, un orgullo de pertenencia que no está reñido con su carácter hospitalario y con el gusto por mostrar al visitante todas las virtudes que atesora esta urbe, capital de la provincia de Bizkaia y metrópolis de referencia para la economía y la industria de todo el País Vasco. En un destino con todo tipo de lugares de interés, con una gastronomía inigualable y con un equipo de fútbol famoso en el mundo entero por su particular filosofía de apego a la tierra, no es de extrañar esa simpática chulería bilbaína tan arraigada que, a lo largo de la historia, ha generado un diccionario de bilbainadas, una tipografía propia e incluso leyes sorprendentes como la que, en el siglo XVIII, castigaba la ingratitud de los habitantes.
Al margen de que los bilbaínos siempre han estado orgullosos del lugar donde viven, lo cierto es que la urbe experimentó una notable transformación a finales del siglo XX, al pasar de ser una ciudad eminentemente industrial, condición que no ha perdido, a contar con servicios e instalaciones propias de un destino perfectamente preparado para acoger al turista ávido de experiencias culturales, gastronómicas o deportivas. El Museo Guggenheim, que tendrá un espacio propio en este reportaje, es quizás, junto al nuevo estadio de San Mamés, el edificio que mejor representa esa modernización de Bilbao, con una vanguardia que se instala a marchas forzadas sin desplazar a las ancestrales tradiciones tan del gusto de la población local.
La prueba del I Circuito de Golf TUR 43 que se celebrará en el campo del Meaztegi Golf Club, ubicado en el cercano municipio de Ortuella, brindará a los participantes en el evento la oportunidad de disfrutar de lo mucho que Bilbao tiene que ofrecer al visitante y que, ciertamente, es difícil de concentrar en un único reportaje o reseña. Con todo, como ocurre con todas las ciudades o destinos, siempre es posible enumerar los lugares, monumentos o experiencias que debes tener en cuenta si viajas a la capital vizcaína.
Por ser el edificio que mejor simboliza la vanguardia con la que se ha modernizado Bilbao en las últimas décadas y por ser todo un símbolo de la ciudad que a menudo figura como portada en las guías y folletos sobre la capital vizcaína, el Museo Guggenheim es un buen punto de partida en nuestro recorrido.
Con su estructura en forma de barco, que evoca el pasado naval y siderúrgico de la ciudad, el edificio que alberga este museo de arte contemporáneo logró incrementar la fama internacional de Bilbao hasta límites nunca antes imaginados, llegando incluso a aparecer en la película de James Bond El mundo nunca es suficiente. El museo se inauguró en 1997, de acuerdo al proyecto del arquitecto estadounidense Frank Gehry, que tuvo muy clara cuál sería su ubicación tras contemplar una panorámica de la ciudad desde el monte Artxanda. «Este es el lugar», dijo según el testimonio de quienes lo acompañaban en ese momento.
Al margen de las muchas exposiciones que alberga en su interior, son también muy famosos sus exteriores, donde los turistas y los propios vecinos acostumbran a retratarse con obras como Mamá, una araña de casi nueve metros de altura de Louise de Bourgeois, y con la mascota Puppy, un perro de gran tamaño recubierto por 38.000 plantas naturales del artista Jeff Koons.
Los alrededores del Museo Guggenheim Bilbao, en un entorno marcado por el río Nervión, se han convertido en un atractivo punto de encuentro donde, además de disfrutar del arte, resulta más que agradable tomar un refresco, escuchar música en directo, hacer deporte o, para los niños, jugar en una zona de recreo infantil de columpios vanguardistas que cuenta con una fuente interactiva que es un imán para los más pequeños.
El Casco Viejo, como su propio nombre indica, es el barrio más antiguo de la ciudad y también es conocido como Las Siete Calles por ser ese el número de vías que lo conforman (Somera, Artecalle, Tendería, Belosticalle, Carnicería Vieja, Barrencalle y Barrencalle Barrena). Un recorrido por el Bilbao más medieval permitirá al visitante descubrir espacios y edificios de gran interés histórico y artístico, como la Plaza Nueva, el Teatro Arriaga, la Biblioteca de Bidebarrieta, La Bolsa, la estación de Atxuri, la Catedral de Santiago y las iglesias de San Antón, San Nicolás y Santos Juanes.
Esta zona de la ciudad ha vivido multitud de episodios de gran relevancia, algunos de ellos trágicos, como las inundaciones de 1983, que asolaron todo el casco histórico hasta prácticamente destruirlo. Pese a ello, Las Siete Calles resurgieron y recuperaron su condición de punto neurálgico en la vida de los bilbaínos.
De todos los edificios de interés, la catedral es uno de los que no debes perderte. Consagrada al Apóstol Santiago y construida en el siglo XV es de estilo gótico, aunque su torre y su fachada son neogóticas. Su estructura se sometió a diversas reformas, la última de ellas en el año 2000. El pequeño claustro gótico de su interior, la Puerta del Ángel y la ya mencionada torre son tres de sus elementos a destacar.
También un edificio religioso y también con origen en el siglo XV es la iglesia de San Antón, que no es la más antigua de Bilbao pero sí una de las más características, hasta el punto de aparecer en el escudo de la ciudad y en el del equipo de fútbol del Athletic Club. Ubicada a orillas de la ría, próxima al Mercado de la Ribera y al antiguo Ayuntamiento, su estructura actual corresponde al período entre los años 1546 y 1548. Aunque mayoritariamente de estilo gótico, cuenta con una portada renacentista y con un campanario barroco.
No puede quedar fuera de ninguna lista de puntos de interés de esta ciudad el Mercado de la Ribera, que merece una visita, tal y como mencionan desde Bilbao Turismo, tanto por el histórico peso comercial del propio mercado de abastos como por la monumentalidad de sus instalaciones. Edificio expresionista, obra del arquitecto Pedro Ispizua, cuenta con un recinto repartido en dos plantas y con una superficie total de 10.000 metros cuadrados. El mercado tuvo que ser reformado en 2010, debido a problemas estructurales, encargándose del proyecto el estudio bilbaíno Emilio Puertas Arquitectos. Esta operación permitió dotar de mayor luminosidad a los interiores, subrayando las impresionantes vidrieras originales, ganar espacio interior y exterior y modernizar unas instalaciones en las que conviven tradición y modernidad.
Después de tanta visita y de tanto paseo, siempre es una buena opción hacer una parada técnica en la Plaza Nueva, así llamada porque había otra anterior. Además de albergar edificios tan importantes como el de la Real Academia de la Lengua Vasca, cuenta con un nada desdeñable número de bares y cafeterías en los que degustar los famosos pintxos.
Difícil comprender la esencia y la idiosincrasia de Bilbao y de sus habitantes sin tener en cuenta el río Nervión y la ría que conforma. Es por ello por lo que una ruta por la ría, en alguna de las embarcaciones a bordo de las que es posible hacerlo, es una de las experiencias que debes vivir si viajas a la capital vizcaína. Podrás ver, desde una perspectiva diferente, edificios tan emblemáticos como el mencionado Museo Guggenheim y el nuevo estadio de San Mamés, así como la recuperada zona de Zorrozaurre y, por supuesto, el Puente Bizkaia, declarado Patrimonio de la Humanidad y ejemplo de que las construcciones de arquitectura industrial también pueden ser verdaderas obras de arte.
Si se habla de vistas de Bilbao, pocas pueden igualar las que se contemplan desde la pasarela peatonal del Puente Bizkaia, a la que se puede acceder en un ascensor. A 63 metros de altura, los que se animen a subir al puente, divisarán una maravillosa panorámica del enclave fluvial del Nervión.
Aunque la ciudad de Bilbao no tiene playa, sí cuenta con arenales cercanos a los que se puede llegar rápido y a bordo del metro. Este es el caso de las que hay en el municipio de Getxo, donde el turista encontrará playas salvajes y naturales y otras de carácter urbano, repletas de chiringuitos y con todo tipo de servicios. También cabe destacar las playas de Sopolea, con sus profundos acantilados y con un oleaje perfecto para la práctica del surf, y la de Plentzia, en una bahía muy frecuentada por los turistas por su proximidad al casco urbano.
Si estás dispuesto a ampliar el radio de la visita más allá de la propia ciudad, también es una buena opción que te desplaces a San Juan de Gaztelugatxe para ver una de las localizaciones más míticas de la serie Juego de Tronos: la de la fortaleza de Rocadragón. La centenaria ermita que hay en este emplazamiento, ubicado a 35 kilómetros de Bilbao, no te dejará indiferente, como tampoco lo harán el puente de piedra y las 241 escaleras donde se fusionan la fuerza de la naturaleza, la historia y la tradición.
Si los bilbaínos están orgullosos de su ciudad, no lo están menos de su equipo de fútbol, el Athletic, un club que difiere de todos los demás por no contar con extranjeros en sus filas, al reclutar únicamente a jugadores vascos, navarros, riojanos o que, si han nacido fuera de Euskadi o de los territorios más próximos, se hayan formado en su propia cantera. Pocos eventos deportivos hay en el mundo que irradien la atmósfera de un partido grande en San Mamés, algo que ocurría en el viejo estadio y que se mantiene en el nuevo. Bilbao es, sin lugar a dudas, una de las mejores ciudades para visitar si el equipo con el que uno simpatiza juega contra el Athletic y también lo es aún en el caso de que no se tenga especial querencia por ninguno de los dos combinados en liza. Escuchar a la afición cantando el himno cuando los rojiblancos saltan al campo o vivir la previa en las tascas cercanas al estadio son experiencias, ciertamente, memorables.
Como otros grandes clubes, el Athletic Club ofrece también la posibilidad de realizar un recorrido por el estadio y cuenta con un museo donde se exponen los trofeos cosechados y otras piezas de la historia del equipo y de las glorias pasadas y presentes que lo han llevado a la excelencia.
El golf está de moda en la España Verde y una ciudad como Bilbao no podía quedar al margen de esta tendencia. Cerca de la ciudad, en el municipio de Ortuella, se encuentra el campo del Meaztegi Golf Club, donde se celebrará una de las pruebas del I Circuito de Golf TUR 43.
Construido con el diseño de Severiano Ballesteros, dispone de un campo de 18 hoyos, con par 72 y más de 6 kilómetros de longitud; y de un campo de 9 hoyos pitch&putt. El diseño de Meaztegi Golf está pensado para el disfrute de aficionados de distintas categorías, incluso para el de los que cuentan con hándicap más alto. De esta manera, es posible incrementar la dificultad de juego cuando se trate de organizar competiciones de alto nivel.
Decir que en Bilbao se come bien teniendo en cuenta que la ciudad pertenece al País Vasco es casi una redundancia. Ya sea de pintxos o en alguno de los restaurantes con Estrella Michelin que existen en la urbe, es muy difícil que alguien abandone este destino con el estómago vacío. El bacalao al pilpil, los callos a la bilbaína, la purrusalda o los chuletones de tamaño reglamentario son sólo algunos ejemplos de las delicias que podrás encontrar en los establecimientos de hostelería de este templo de la gastronomía.
Son muchas las calles de la ciudad que invitan a practicar el noble arte de ir de pintxos y de consumir bocados deliciosos, como las kokotxas o los pimientos rellenos, perfectamente maridados con los mejores vinos o con una caña fresquita y bien tirada.
Si estás dispuesto a dedicar a comer buena parte del presupuesto de tu viaje, tienes múltiples opciones, pues Bilbao es una de las ciudades de España con mayor número de restaurantes con Estrella Michelin. Ola Martín Berasategui, Mina, Zarate, Atelier Etxanobe, Nerua (ubicado en el Museo Guggenheim) y Zortziko son los nombres de los establecimientos que cuentan con esa distinción y que se caracterizan por combinar la innovación gastronómica con los mejores productos de proximidad.