7 septiembre, 2022
Pocas ciudades son capaces de englobar una oferta gastronómica tan rica y variada como Bilbao. Desde sus famosos pintxos hasta sus restaurantes con reconocimientos y galardones internacionales, el amor por la cocina se respira por todas las esquinas de esta ciudad del País Vasco. Sin embargo, uno de sus mayores secretos de Bilbao es su lado dulce, con una repostería tan especializada y estilizada que ha creado una serie de pasteles que solo se pueden disfrutar en su ciudad.
Cada masa hojaldrada y cada merengue que se muestra con orgullo en los escaparates de las reposterías de Bilbao es capaz de mostrar un pedacito de historia de la gastronomía vasca. Bocado a bocado, te recomendamos tres dulces típicos que no puedes dejar escapar la próxima vez que pasees por las calles bilbaínas:
Con una icónica forma, las carolinas son uno de los dulces más típicos de Bilbao y es impensable abandonar la ciudad sin disfrutar uno de ellos. Conformado por una pequeña cazuelita de hojaldre y una imponente corona de merengue, este divertido pastel se completa con yema de huevo y una suculenta cobertura de chocolate.
Cuenta la leyenda la primera carolina nació hace más de medio siglo, creada por un repostero de Bilbao que quería regalarle un suculento pastel a su hija, que se llamaba Carolina, a la que le encantaba el merengue. El añadido de hojaldre era para que la niña no se manchara los dedos, creando una combinación ganadora casi sin saberlo. La idea gustó tanto que empezaron a poner carolinas a la venta, y el resto es ya es historia.
Encontrar carolinas en Bilbao es muy sencillo (de hecho, lo complicado es encontrarse con una pastelería que no las venda). Nuestra recomendación para disfrutar de una carolina de calidad es acudir a los grandes clásicos de la repostería bilbaína, como la pastelería Don Manuel, una de las más valoradas de la ciudad; o la pastelería Arrese, en donde la carolina se vuelve forofa del fútbol y adquiere los colores (y sabores) del Athletic de Bilbao.
Otro dulce emblemático de la ciudad, aunque con un origen que resulta más difuso. A pesar de su nombre, no tiene nada que ver con el arroz, ya que es una tartaleta a base de azúcar, harina, leche, huevos y una mantequilla de buena calidad. El secreto de su éxito se basa en su riquísimo sabor y su versatilidad. No es extraño ver pasteles de arroz coronados por pequeñas montañas de nata, trufa o chocolate.
Aunque su aspecto es muy similar a los famosos pasteis de nata de Portugal, los pasteles de arroz de Bilbao son una receta propia que exige cierta maestría en los fogones. Es un bocado jugoso que acompaña de maravilla al café de media tarde o a un buen desayuno, y su forma de cazuelita permite que se convierta en un tentempié para el camino. Para probarlo, es mejor optar por acudir a algunas de las mejores pastelerías de la ciudad, reconocidas, entre otras cosas, por su pastel de arroz; como la pastelería Suiza o la pastelería Martina de Zuricalday.
El bollo de mantequilla es toda una institución en Bilbao. A pesar de que su aspecto pueda dar la impresión de que se trata de un postre sencillo y facilón, lo cierto es que un bollo de mantequilla artesanal es capaz de llevarnos al nirvana gastronómico. Dejando de lado las malas imitaciones de origen industrial, un bollo de mantequilla debe elaborarse con ingredientes frescos y de calidad.
Solo así se conseguirá un bollo esponjoso, con una corteza fina y jugoso por dentro. Una vez horneado, se abre por la mitad y se rellena con una crema de mantequilla batida que, bien elaborada, ensalzará el sabor del bollo y lo convertirá en un bocado gourmet.
Aunque es posible encontrarse con numerosos bollos de mantequilla caseros por toda la ciudad, los mejores de Bilbao los encontraremos en Zuracalday de Algorta, en Getxo, una visita obligada para todos los golosos que visiten Bilbao.