28 junio, 2022
El municipio riojano de Haro, de unos 11.600 habitantes, celebra una de las festividades más variopintas de toda España. Esta pequeña localidad celebra cada 29 de junio la llamada «Batalla del Vino», que congrega a miles de personas en los Riscos de Bilibio, a tan solo seis kilómetros de Haro. Tras dos años sin fiesta por culpa de la pandemia de la covid-19, los riojanos y visitantes que quieran acercarse a Haro podrán disfrutar de una curiosa batalla en la que los participantes se arrojan litros de vino a través de botellas, barriles, botas de vino, cubos y pistolas de agua (en este caso, «de vino»).
Esta celebración tiene su origen en San Felices de Bilbio, un anacoreta nacido alrededor del año 433 d. C., que decidió alejarse de la población para entregarse a una vida de reflexión y meditación en los Riscos de Bilibio. Allí vivió toda su vida, convirtiéndose en el maestro de Emiliano de la Cogolla (que más tarde sería San Millán). Siglos después de la muerte de San Felices, su figura religiosa comenzó a reivindicarse y numerosos fieles empezaron a peregrinar hacia los terrenos de los Riscos de Bilibio.
Cuando la afluencia de visitantes comenzó a aumentar, el pueblo de Haro decidió organizar una romería alrededor de los días de San Juan (23 de junio), San Felices (25 de junio) y de San Pedro (29 de junio). A mayores, a principios del siglo XVIII se construyó la ermita de San Felices, punto de partida para dar comienzo a las posteriores celebraciones donde, como no podía ser de otra manera en La Rioja, abundaba el vino.
El nombre de la festividad proviene de Enrique Hermosilla, un periodista del diario ‘Nueva Rioja’, en 1949
Con el paso del tiempo, y tras un divertido ‘accidente’ en el que un hombre en estado de embriaguez empapó a sus acompañantes en vino, comenzó a instaurarse la tradición de arrojarse vino tras la Santa Misa en San Felices. Enrique Hermosilla, periodista del diario ‘Nueva Rioja’, rebautizó la festividad como la «Batalla del Vino» allá por el año 1949 y el resto, como se suele decir, es historia. De hecho, la celebración obtuvo tanta fama que ha sido declarada de Interés Turístico Nacional y lucha por obtener el reconocimiento internacional.
Del 19 al 29 de junio, en esta localidad riojana se suceden numerosas actividades y celebraciones que van preparando al pueblo de Haro para el gran colofón final: la Batalla del Vino. El día 29 es tradición que los jarreros (nombre que reciben los participantes de la fiesta) acudan al campo de ‘batalla’ vestidos de blanco con una pañoleta roja. Tras la Santa Misa en San Felices sobre las nueve de la mañana, la Batalla del Vino comienza y las prendas de color blanco se tiñen rápidamente de morado. Miles de litros de vino salen disparados de botellas, barriles, pistolas e incluso sulfatadoras; creando un espectáculo digno de verse.
Tras casi tres horas de pelea vinícola, los participantes de la romería podrán disfrutar de un almuerzo a base de los deliciosos platos que ofrecen las bodegas de la zona para calmar el hambre a base de chuletillas, caracoles con tomate, panceta y otros productos típicos.
Después, los jarreros regresan a la Plaza de la Paz de Haro, con la intención de marchar en pasacalles al son de las charangas de las Peñas, para llegar finalmente a la Plaza de Toros, donde se correrán varias reses bravas. La fiesta no termina ahí, ya que los combatientes más aguerridos podrán seguir disfrutando del ambiente hasta bien entrada la noche con música, bailes, comida y, sobre todo, mucho vino.