30 octubre, 2022
Aunque Bilbao ofrece todo lo que uno puede esperar (y más) de una urbe cosmpolita europea, no es de extrañar que algunas personas quieran buscar un refugio lleno de paz y naturaleza en sus inmediaciones. Por este motivo, el turismo rural ha ido ganando cada vez más adeptos con el paso de los años, especialmente en la época otoñal, donde el campo ofrece uno de sus paisajes más impresionantes. Dentro de este aspecto turístico, cada vez más iniciativas nos invitan a descubrir la vida de agricultores y ganaderos, como es el caso de la propuesta de Pastor por un día, que ofrece el Parque Natural de Urkiola, un espacio protegido que esconde algunas de las localizaciones más bellas del País Vasco.
Esta propuesta, llevada a cabo por Alluitz Natura, consiste en pasar un día realizando las actividades cotidianas de los pastores vascos. El maestro de ceremonias es el pastor Patxi Solana, ya que es el encargado de explicar los visitantes el proceder de sus actividades diarias, como dar de beber con el biberón a los corderos, alimentar de la mano al rebaño, ordeñar ovejas y disfrutar de las impresionantes habilidades de los perros pastores de la zona, que dirigen al rebaño autóctono de ovejas latxa.
Uno de los grandes protagonistas, junto a Patxi, es su perro Harri, un perro pastor de la raza Border Collie que irá acompañando al grupo de visitantes durante las tres o cuatro horas que dura la experiencia.
Aunque la elaboración de quesos es uno de los grandes alicientes de esta actividad, desde el verano de 2020 se ha sustituido por un taller de elaboración de lana que también se ha convertido en un gran reclamo turístico. Los visitantes podrán notar la suavidad de la lana natural, a través de su tratado con diversas herramientas, algunas antiguas y otras más modernas.
Todos los participantes conocerán de primera mano el proceso de trabajo: romper la lana, peinarla y cardarla para luego transformarla esta suave lana en lo que queramos, mediante un divertido masaje a base de jabón y espuma. Dibujos, pelotas o llaveros de lanas son algunos de los peculiares ‘souvenirs’ que los visitantes se pueden llevar a casa como recuerdo de la jornada.
Además, en este paso del otoño al invierno, especialmente en noviembre, es cuando comienzan a nacer los corderos, por lo que podremos darles el biberón una vez pasadas unas semanas. No hace falta destacar que se trata de una de las actividades más demandas y disfrutables de esta iniciativa.
La jornada finaliza con una degustación del afamado queso con Denominación de Origen Idiazábal, como culmen que resume todo el trabajo realizado durante el día. El precio de la experiencia es de 18 euros por adulto, 8 euros por niños de 3 a 12 años y gratuito para niños de 0 a 2 años. Se puede reservar para grupos a través de la página de Alluitz Natura.
Entre otras actividades de carácter rural de la zona, destacan talleres como el de elaboración de talos, una especie pan de origen vasco elaborado a través de sus propias cosechas de maíz, que luego se consumirán con un rico chocolate caliente, ideal para una fría tarde de otoño en familia.
También destaca su granja escuela para los más pequeños, talleres de plastilina natural, cursos para elaborar huertos verticales o sesiones especializadas para elaborar cuajada.