22 abril, 2021
Apasionado de la arqueología y de los viajes, el vicepresidente de la Diputación de A Coruña y responsable de Turismo del ente provincial es una de esas personas que tienen claro lo que piensan y lo que quieren hacer para contribuir al desarrollo del territorio en el que viven. Xosé Regueira se moja, por ejemplo, al exponer que para Galicia habría sido mejor tener un único aeropuerto con más frecuencias y destinos o que la economía, sin una buena situación sanitaria, no puede prosperar. Habla con ilusión de proyectos en marcha como el que busca convertir a la Costa da Morte en una reserva mundial del surf o el que persigue dotar a los ayuntamientos de personal cualificado para gestionar y promocionar los recursos turísticos.
-¿Qué proyectos turísticos destacaría de entre los que impulsa la Diputación de A Coruña?
-Estamos muy implicados con el turismo y tenemos varios proyectos en marcha. Algunos de ellos los estamos presentando a los planes de sostenibilidad del Estado para financiarlos con los fondos extraordinarios. Uno de ellos es el proyecto del geoparque de Ortegal, que es algo que nos tiene ilusionados desde hace años y que afecta a una zona con un gran potencial turístico. También trabajamos en proyectos que relacionan al turismo con la cultura. Por ejemplo, con los ayuntamientos del área de Compostela trabajamos en un proyecto sobre arte rupestre con el objetivo de articular un parque patrimonial. Otro proyecto que queremos reactivar es el que busca que el patrimonio del parque megalítico de Costa da Morte pase a ser propiedad de los ayuntamientos. Añadimos, además, los ayuntamientos de A Laracha y Ponteceso, que cuentan con menhires muy importantes. En cuanto al turismo deportivo, intentamos que se certifique toda la franja costera de la Costa da Morte como reserva mundial de surf, convirtiéndose en la segunda de toda Europa. No hay que olvidar las cuestiones habituales, como la colaboración con los entes de gestión de los seis geodestinos que tenemos en la provincia o los incentivos para que los ayuntamientos mantengan contratadas a las personas que se dedican a la formación turística.
-Compostela Rupestre, un parque megalítico… Veo que a usted le gusta todo lo relativo a nuestros primeros antepasados.
-Yo llevo también Patrimonio, no sólo Turismo. No es una casualidad que se junten las dos cosas. Buscamos atraer a visitantes que estén interesados por el turismo cultural y por el conocimiento de nuestro propio territorio. Queremos que se lleven de aquí una huella del territorio que visitan. Creo que si la catedral de Santiago está ahí, en nuestra provincia, no es por casualidad. Detrás de ella hay toda una historia de habitantes anteriores. Todo eso enriquece la experiencia turística. Después de un viaje, lo que traemos no es sólo una foto o unos momentos agradables, sino también el conocimiento de una cultura y de una historia.
-Cualquier día tiene A Coruña algo similar a Stonehenge.
-Algo hay por ahí, aunque en mal estado. Tenemos un patrimonio megalítico muy rico y, a veces, le prestamos muy poca atención por no ser grandes restos patrimoniales. Dombate está considerado como la catedral megalítica europea y está en nuestra provincia.
-En cuanto al surf, ¿por qué cree que nuestra provincia, con sus 956 kilómetros de costa, puede y debe convertirse en una potencia mundial de surf?
-Creo que el potencial más importante tanto en Costa da Morte como en el conjunto de la provincia reside en que la persona que llega va a poder surfear seguro, porque siempre hay olas. Hay zonas con grandes olas y que, a lo mejor, pasan una semana sin que esas olas aparezcan. En Costa da Morte, podrás surfear seguro todos los días y en casi todos los puntos. Esa es la gran virtud. Quiero mencionar también que hay todo un negocio vinculado al surf que va muy en la línea del objetivo que perseguimos desde la Diputación: un crecimiento económico basado en la sostenibilidad.
«Después de un viaje, lo que tenemos no es sólo una foto o unos momentos agradables, sino también el conocimiento de una cultura y una historia»
-Y el nombre de Costa da Morte sin duda hace las delicias de los surfistas más osados.
-Pues sí. Aunque pasan cosas curiosas. Somos candidatos a ser reserva del surf por segunda vez y, la primera, perdimos contra un lugar de Costa Rica que se llama Playa Hermosa. Se ve que no siempre el nombre más potente es el que más posibilidades tiene. El surf, en todo caso, tiene que servir para superar esa relación dramática de las gentes de Costa da Morte con el mar.
-¿Qué líneas de ayudas a empresas y destinos tiene en marcha la Diputación?
-Las ayudas de las que más orgullosos nos sentimos son las destinadas a mejorar la calidad y la competitividad de los entes de gestión, que pueden ser consorcios, empresas mixtas, asociaciones, mancomunidades… La cantidad asciende a 1.380.000 euros. Cada ente se lleva entre 100.000 y 150.000 euros. Otra línea es la del millón de euros para la contratación del personal de las oficinas de información y planificación turística de los ayuntamientos. Siempre insisto en la planificación, porque creo que falta mucha planificación del turismo a nivel municipal. Es necesario que personal cualificado técnicamente ayude a que el turismo se tome en serio por las administraciones locales, que tienen que centrarse, no sólo en la vertiente cultural o paisajística, sino también en la económica.
-Usted que gestiona desde la Diputación provincial, ¿cree que el localismo de algunos ayuntamientos dificulta la puesta en marcha de proyectos conjuntos?
-Eso es así, aunque no creo que el localismo sea el único problema. Yo siempre critico la cantidad de entes que se dedican a la gestión del turismo y reivindico un mayor protagonismo para la agencia Turismo de Galicia. No nos podemos permitir que la Consellería do Mar trabaje en turismo, que Medio Rural trabaje en turismo, que trabajen en turismo los GDR y las administraciones locales, la Consellería de Medio Ambiente, la Diputación… Creo que se deberían definir los entes, para que estuvieran bien dotados, muy bien definidos territorialmente y, sobre todo, con personal muy cualificado para diseñar producto y planificar territorio. Hay demasiados actores en el escenario. De ahí viene también el localismo porque, cuantos más actores haya, más se va a tirar para el ámbito local. Aún nos falta llegar a ese grado de madurez en el que entendamos que ya habrá tiempo para pelearnos una vez tengamos a los turistas aquí. Hay localismos, aunque yo empiezo a notar cierto avance a la hora de vencerlos.
-¿Qué tal es su relación con la Xunta de Galicia?
-Tengo buena relación a nivel laboral, porque yo considero que estamos para gestionar. Colaboramos con la Xunta en un montón de programas y tenemos un feedback positivo. Hay sinceridad y tenemos la capacidad de proponer. Dentro de ese marco nos debemos mover todos. Yo fui siempre muy reacio a tener un plan director de turismo propio para la provincia, porque consideraba que valía perfectamente el plan director de Turismo de Galicia. Hay cuestiones en las que discrepo de la Xunta pero, cuando se habla de economía y del sector, las posibilidades de acuerdo son grandes.
-La Diputación organizó, durante los meses de confinamiento, una serie de webinars con profesionales del turismo. ¿Qué balance hace de esa iniciativa?
-Aprendí mucho. Cuando las diferentes patas que tiene el turismo hablan, por lo menos, van a generar motivos para reflexionar. Era un momento en el que todos veíamos un futuro incierto y estábamos como un boxeador grogui en el cuadrilátero. Hablar entre todos y conocer los diferentes puntos de vista a mí, por lo menos, me sirvió para mucho. Ya sólo como terapia, fue una iniciativa muy interesante y útil. Se puso en práctica, además, una fórmula que ha venido para quedarse. La tecnología sirve para que nos podamos ver con más frecuencia y para que podamos reflexionar conjuntamente sobre cuestiones puntuales o de cara al futuro. Ese modelo de diálogo ya está instaurado. La Xunta y la Diputación tenemos incluso un canal propio para comunicarnos información. La conclusión de los webinars es que tenemos un problema enorme encima pero también muchas potencialidades. Lo que sabemos, ciertamente, es que tenemos sector y eso es muy importante. Es posible que, antes del verano, organicemos algo similar.
«La persona que llega a Costa da Morte podrá surfear seguro, porque siempre hay olas»
-La feria Fitur, gran cita turística de relevancia internacional, se va a celebrar de forma presencial. ¿Le parece una decisión adecuada o un tanto precipitada desde una perspectiva sanitaria?
-Nuestra idea es participar en Fitur. De hecho, tenemos tres ferias en agenda: Fitur, Barcelona y Málaga, que acogerá una cita de turismo inteligente en la que seremos la única administración gallega participante. Las garantías sanitarias, evidentemente, son fundamentales. Nuestra forma de ir a las ferias ayuda a que cumplamos con muchas garantías, porque llevamos una agenda cerrada y concretada, por lo que podemos minimizar los riesgos y no tenemos por qué estar metidos en tumultos. Creo que, si es posible celebrar las ferias, es necesario retomar el pulso. Eso sí, si me preguntan lo que hay que priorizar, diré siempre que la seguridad. Todo dependerá de cómo esté la situación, pero imagino que ningún Gobierno va ser tan suicida como para meternos en una lata donde se genere una tormenta perfecta. Supongo que a los que vayamos nos exigirán un documento de vacunación o una PCR.
-El sector MICE es uno de los que más sufrió con la pandemia. ¿Algún proyecto o ayuda para él?
-Ya adelanto que, para el sector MICE y para el año que viene, habrá una ayuda específica dentro de las destinadas a los entes gestores del territorio. Habrá un programa para el sector MICE, El turismo urbano es fundamental para la reactivación económica, porque en las ciudades es donde se puede generar mayor masa de trabajo. El MICE, además, contribuye a diversificar, porque tiene repercusiones en otros ámbitos. Nos pareció muy buena noticia que se retomara el pulso de los congresos en A Coruña. La ciudad es una joya que aún tiene que explotar definitivamente.
«Siempre critico la cantidad de entes que se dedican a la gestión del turismo. Hay demasiados actores en el escenario»
-Por lo que comentó anteriormente, veo que es usted más favorable a la gestión de la pandemia que hizo Feijóo que a la que llevó a cabo Ayuso.
-Sí. Si no me queda más remedio que elegir, pues sí. Tomarse las cosas muy a la ligera, minimizando lo que pasa, no es nunca una noticia buena para la economía. A lo mejor, si reflexionamos, nos damos cuenta de que saldríamos ganando económicamente si nos hubieran tenido veinte días metidos en casa y cerrara todo, en vez de estar un pasito para adelante y un pasito para atrás.
-Es que los muertos ni viajan ni hacen turismo.
-Y además de eso, los productos perecederos de las despensas de restauración y hostelería tampoco se pueden salvar si animamos el mercado una semana y a los quince días lo tenemos que cerrar. La seguridad es fundamental y no se puede arriesgar ninguna vida humana por una cuestión de economía.
-¿Podemos afirmar que la provincia de A Coruña es un destino seguro?
-Comparativamente con otros, creo que es un destino muy seguro. Afortunadamente, se está vacunando a buen ritmo y hay que tener esperanzas en que la temporada podrá ser buena. Creo que, en general, la percepción de las personas que viajan a Galicia y a nuestra provincia, es la de que somos un destino muy sano, de mucha calidad y con poca incidencia de la Covid en términos relativos.
-El Xacobeo supone una gran oportunidad y, además, durará dos años.
-La prórroga del Xacobeo fue una gran noticia para el sector. Antes de la pandemia, esperábamos para este año el mejor escenario de todos los tiempos, porque estábamos en una fase ascendente y con unas cifras espectaculares. Creo que el Xacobeo puede ser una oportunidad para paliar las muchas pérdidas que hubo.
-¿Qué le parecen iniciativas como el bono turístico?
-Nosotros colaboramos con esa iniciativa y vamos a destinar 300.000 euros de la Diputación a ese bono. Forma parte de esa labor de colaboración intensa con la Xunta de la que hablaba antes. Me parece una buena iniciativa, porque no es sólo destinar un dinero a una subvención concreta sino que también se anima el mercado. Las ayudas activas están muy bien, aunque deberían estar acompañadas de otras ayudas mucho más contundentes para rescatar a una parte del sector que lo está pasando muy mal. El bono ayuda a una parte del sector, pero hay otra a la que no. Nosotros estamos muy preocupados por algunos segmentos de la cadena de valor del turismo.
-¿Por ejemplo?
-Los guías de turismo dependen mucho de otra gente y, si no hay unas ayudas firmes para ese perfil concreto, lo pasarán muy mal. Otro ejemplo son las agencias, porque algunas tienen más capacidad de introducción que otras, como las que están en municipios más pequeños.
«A lo mejor, habríamos salido ganando económicamente si nos hubieran tenido veinte días en casa y cerrara todo, en vez de estar un pasito para adelante y un pasito para atrás»
-En Galicia hay desde hace tiempo un intenso debate sobre los aeropuertos. ¿Está usted con los que creen que es bueno tener tres o con los que sostienen que contar con uno solo en el que se hubieran concentrado los esfuerzos haría sido mejor?
-En Galicia tenemos burbujas. Hubo burbujas de los colegios, de los institutos y también de los aeropuertos. Yo creo que un aeropuerto con más frecuencias y con más diversidad en las conexiones sería fundamental. Sobre todo, tendría que haber buenas conexiones entre ese aeropuerto y las áreas urbanas. No es normal que, a veces, sea más fácil llegar al aeropuerto de Oporto que a los que tenemos en el territorio gallego. El localismo y la competencia entre territorios provocó eso. Tener tantos aeropuertos nos hace menos competitivos. Un aeropuerto nos resultaría más barato, sería más fácil de gestionar y sería una referencia para todo el sector turístico y económico. Tenemos tres y ahora hay que gestionarlos como podamos, pero yo estaría a favor de tener uno y mucho mejor planificado. Se nos van muchos gallegos a coger aviones en Oporto, por algo será.
«Espero poder viajar a Perú y ver las ruinas incas antes de irme de este mundo»
-Sin olvidar la importancia que tendrá el AVE a Madrid cuando llegue.
-Algo que también hará que nos sigan sobrando aeropuertos. Ahí están los casos de aeropuertos españoles que, con la llegada del AVE, cayeron estrepitosamente. El tren es, además, un medio de transporte más limpio, más verde y con mejor aceptación.
-¿Cuál es el último viaje que hizo usted?
-El último fue a Oporto, precisamente, en una escapada en el puente de la Constitución. Antes de eso y por no encontrar sitio en las costas gallegas, lo que es un muy buen dato, me fui al sur, a la provincia de Huelva. Pero yo, que soy un animal de vuelos internacionales, estoy deseando retomar los grandes viajes de tres semanas.
«La seguridad es fundamental y no se puede arriesgar ninguna vida por cuestión de la economía»
-¿Y el viaje que más recuerda o que más le gustó?
-Yo soy muy urbanita. Hay muchos viajes, pero quizás el que más gustó fue el que hice a Nueva York. Lo pasé muy bien y vine francamente sorprendido por la manera de vivir de los habitantes de esa ciudad. Tengo que reconocer que cuidan y respetan mucho los espacios públicos. Me sorprendió también, hace dos años, un viaje que tuve que planificar con muy poco tiempo. Fui con mi pareja ocho días a Bulgaria. Absolutamente espectacular y recomendable para todo el mundo. Muy barato y con una cultura y una gastronomía muy ricas. Fui para cumplir el trámite y volví muy contento. Allí no había prácticamente nadie de aquí, aunque me encontré con una excursión del Imserso de Pontevedra en una ciudad.
-Y para terminar, ¿qué viaje tiene pendiente?
-Perú. Siempre tengo en mente visitar las ruinas incas. Me gusta mucho la arqueología y me encantaría visitar Machu Pichu. Lo que pasa es que creo que es un viaje que, para poder ver todo con calma, requiere un mes. Espero poder cumplir ese sueño antes de irme de este mundo.