28 diciembre, 2021
Las comunidades del norte de España se blindan frente a la Covid-19 y su variante ómicron y se preparan para afrontar la siempre peligrosa Nochevieja con las máximas garantías de seguridad sanitaria. Seis de ellas (Asturias, Cantabria, País Vasco, Navarra, La Rioja y Aragón) han consensuado un paquete básico de restricciones que, fundamentalmente, buscan poner coto a las fiestas que se celebran para despedir el año. Galicia se sumará a ellas a lo largo de la jornada de hoy.
Las tres principales medidas en común que han adoptado estas comunidades autónomas del norte para frenar a ómicron son la del cierre de bares y restaurantes a medianoche y la del ocio nocturno a las dos de la madrugada, la de limitar el número de ocupantes por mesa y la prohibición del consumo en barra. Sobre esos parámetros básicos, hay algunas que van más allá en alguna de las restricciones o que establecen medidas adicionales.
Asturias se sitúa a la cabeza en cuanto a la severidad de las restricciones, al haber decretado el cierre total del ocio nocturno. Las otras comunidades autónomas de esta alianza norteña frente a la pandemia prefieren optar por establecer el cierre de las discotecas a las dos de la madrugada (a medianoche en el caso de Cantabria), algo que, de cara a las fiestas de Nochevieja que comienzan más allá de la medianoche supone, en la práctica, impedir celebraciones que estaban ya organizadas y para las que mucha gente tenía ya entrada.
Para bares y restaurantes que no tienen licencia para funcionar como establecimientos de ocio nocturno, el cierre en estos territorios se fija para la medianoche. Además, las mesas no podrán superar la decena de ocupantes y se prohíbe el consumo en barra. Cantabria, además, fija la ocupación máxima del interior de los locales en un 75%.
La aparición de la variante ómicron y el crecimiento de los contagios, así como el incremento de los precios de bienes básicos como la energía y los alimentos hacen que las perspectivas de la hostelería para estas Navidades y para el inicio del próximo año sean peores de lo que muchos auguraban hace tan sólo unos meses. Hostelería de España ya ha calculado que, por culpa de las cancelaciones de comidas y cenas navideñas, la facturación en este período de fiestas tan importante para el sector caerá entre un 20% y un 25% con respecto a 2019, año anterior a la pandemia (la previsión inicial era que la caída se situara entre el 10% y el 15%).
«Auguro un comienzo de año muy duro para el sector por el aumento generalizado de costes que impactan directamente en la hostelería (alimentos, energía, costes salariales…) y por la nueva ola que, tras las Navidades, puede provocar un retraimiento en la socialización de la gente», apunta el presidente de Hostelería de España, José Luis Yzuel.