13 enero, 2021
La serie El Cid, emitida a través de la plataforma Amazon Prime y protagonizada por Jaime Lorente, ha puesto de actualidad la figura del Campeador, personaje histórico y héroe legendario que, desde el Consorcio Camino del Cid pretenden convertir, desde hace años, en un recurso turístico. Hablamos con el director gerente de esa agrupación, de la que forman parte ocho diputaciones provinciales, para conocer los secretos de esta ruta con 2.000 kilómetros y más de 400 localidades y para descubrir si la serie, no exenta de polémica, ha supuesto un impulso para la iniciativa. Alberto Luque defiende las licencias de la ficción con respecto al héroe porque, como él mismo recuerda, «la leyenda, a veces, es más fuerte que la historia».
-Una serie de televisión ha puesto de moda la figura del Cid. ¿Han notado ustedes esa repercusión mediática?
-Nosotros ya llevábamos tiempo notando un interés creciente por el Camino del Cid. Es algo normal, porque somos un producto en continuo crecimiento. La figura del Cid tiene una fuerza enorme y eso hace que mucha gente deposite su interés en esta ruta. Dicho esto, es cierto que, a raíz de la emisión de la serie, hemos notado un incremento del interés por parte de los viajeros. Para Camino del Cid, la serie es una oportunidad porque, aunque es una serie de ficción, puede hacer que muchas personas, tanto de dentro de España como de fuera, que no conozcan al personaje, tengan un primer acercamiento a él y luego busquen información sobre su figura y sobre los territorios por los que se movió.
-La serie ha recibido muchas críticas por una supuesta falta de rigor histórico. ¿Cómo la juzga un experto en el Cid como usted?
-Como dije antes, la serie es de ficción, eso tiene que quedar muy claro. Dentro de las posibilidades que tienen los creadores de las series de ficción existen una serie de libertades que son normales. Lo cierto es que sobre el Cid histórico hay más interrogantes que verdades y esos vacíos que deja la historia dan lugar a esos elementos de ficción. Yo, particularmente, veo lícito ese uso de la ficción porque el propio Camino del Cid se basa en el Cantar de mio Cid, que es una obra de ficción escrita un siglo después de la muerte del Cid. Y no pasa nada. Hay gente que ha criticado la espada, porque no se parece a la Tizona, pero es que, si nos centramos simplemente en hechos veraces, ni siquiera sabemos que el Cid tuvo una espada que se llamaba así y, desde luego, la imagen que tenemos hoy de la espada no es de su época, porque la empuñadura es muy posterior. Creo que la gente que critica confronta la serie con la imagen que ellos mismos tienen del personaje y que está generada también a través de ficciones, como pueden ser la película que protagoniza Charlton Heston o el propio Cantar de mio Cid. La serie es una ficción más sobre ese personaje y, sobre todo, sobre su leyenda, porque el Cid tiene un 20% de personaje histórico y un 80% de leyenda. Las series están hechas para que la gente se entretenga. Si una serie no entretiene, no ha cumplido sus expectativas.
-¿Han invitado a alguno de los actores de la serie a que realizaran el Camino del Cid como turistas?
-Tenemos una buena relación con la productora porque, desde el primer momento, les ofrecimos los territorios por los que discurre el Camino del Cid para rodar la serie. Vimos al equipo de la serie muy sensibilizado con esos territorios. Son territorios muy atractivos y, además, sufren de la despoblación de lo que se conoce como la España vaciada. Por cierto, los paisajes son unos de los elementos más valorados por los espectadores de la serie. La posibilidad de invitar a los actores a recorrer el camino está sobre la mesa y, aunque con la situación actual es complicado, claro que en el futuro lo haremos. El protagonista, Jaime Lorente, ya nos ha dicho que estaría encantado de hacer el Camino del Cid en bicicleta.
-¿Cómo surgió la idea de crear el Camino del Cid?
-El Camino del Cid tiene un origen histórico, que es cuando un poeta anónimo escribe el Cantar de mio Cid y marca un itinerario que ha permanecido a lo largo del tiempo. En el siglo XIX hubo muchos viajeros extranjeros que venían a recorrer esa parte de España, entonces ignota, y que utilizaban a modo de Guía Michelín el propio Cantar de mio Cid. Durante el siglo XX, ya aparecieron varias guías sobre el Camino del Cid. Fue a finales de ese siglo XX cuando, a través de una iniciativa de la Diputación de Burgos, se planteó crear un camino oficial con infraestructuras, señalización… Se trataba de generar un producto que resultara atractivo para la gente, para canalizar y atraer nuevos viajeros. En 2002 se creó el Consorcio Camino del Cid, que está integrado por las diputaciones de Burgos, Soria, Guadalajara, Zaragoza, Teruel, Castellón, Valencia y Alicante, con la finalidad de generar infraestructuras, dinamizar el itinerario y promocionarlo. Como algo llamativo, hay que decir que, durante tantos años de apuesta decidida de las diputaciones por este proyecto, prácticamente todas las decisiones se han adoptado por unanimidad, a pesar de todos los cambios que ha habido en las corporaciones. Eso es muy importante, porque tenemos 2.000 kilómetros por carretera, 1.500 kilómetros de camino y 400 pueblos en total.
-¿Qué tiene el Cid para ser merecedor de una iniciativa como esta?
-Una de las leyendas sobre el Cid es la de que ganó una batalla después de muerto, algo que obviamente es una leyenda, no ganó ninguna batalla de esa forma. Sí ganó otra batalla, la de su propio nombre. Creo que una de las razones por las que este producto tiene sentido es que ocho o nueve siglos después de la muerte del Cid, ahí sigue estando el personaje. Ha permanecido ahí a lo largo de los siglos y seguirá en el imaginario popular por mil motivos distintos. Es un personaje conocido y no es una cuestión de méritos. Es el personaje medieval hispánico mejor conocido fuera de nuestras fronteras y eso que hay reyes que han dejado un legado mucho más importante que el del Cid. La diferencia es que el Cid ha quedado inmortalizado a través de la literatura. Nosotros nos nutrimos mucho del turismo francés, porque los franceses conocen al personaje, y del holandés, por su afición por el cicloturismo. Un autor francés lo incorporó a una de sus obras y, a partir de ahí, ha quedado vinculado también con la literatura de ese país. Los franceses, cuando llegan, se sorprenden al comprobar que el Cid es también un personaje histórico, porque ellos piensan que es un personaje literario francés. Esa proyección internacional, además, se magnifica con la película y, ahora, con la serie. El Cid nos sirve a nosotros como tarjeta de presentación de un itinerario que es mucho más que el Cid, porque uno de nuestros objetivos es el de mostrar cómo se desarrolló la época medieval en cada uno de los territorios por los que discurre la ruta. Para nosotros, el Cid es como el anfitrión que abre la puerta al conocimiento de una época tan potente como la de nuestra Edad Media.
«Invitaremos a los actores de la serie a recorrer la ruta y el protagonista, Jaime Lorente, ya nos dijo que quería hacerla en bicicleta»
-¿Cuáles son sus rincones o monumentos preferidos de la ruta?
-Creo que la esencia de este itinerario está en el viaje, en la experiencia del viajero. El interés que generan los lugares depende, muchas veces, del momento en el que llegas a ellos, del cansancio acumulado… Un castillo puede cambiar mucho si se llega a él al atardecer. Como lugares emblemáticos está Vivar del Cid, que es el inicio de la ruta y también de la leyenda. También hay que mencionar todo lo que hay alrededor de Burgos, como el monasterio de San Pedro de Cardeña, donde estuvo enterrado el Cid. Hay que decir que el Cid casi viajó más de muerto que de vivo. Murió en Valencia y allí fue enterrado y permaneció hasta que su mujer Jimena tuvo que irse de la ciudad y se llevó sus restos a San Pedro de Cardeña, a 10 kilómetros de Burgos. Durante la Guerra de lndependencia, los franceses llegaron al monasterio y asaltaron la tumba en busca de riquezas. No encontraron más que los huesos y lo que hicieron fue repartírselos y llevárselos como souvenir. Más tarde, un general francés que admiraba al Cid inició la labor detectivesca de encontrar y reunir los huesos, que estaban repartidos por toda Europa. Al final, acabó enterrado en el crucero de la catedral de Burgos. Otro lugar emblemático que hay que mencionar es el castillo califal de Gormaz, en la provincia de Soria, que está en un estado maravilloso de conservación. Subir a su parte alta es espectacular por las vistas que ofrece. Es un sitio con magia. Por citar otros dos castillos, menciono también el de Olocau del Rey, en la provincia de Castellón, donde estuvo el Cid pasando un invierno; y el de Peña Cadiella, cuyas ruinas están en una zona montañosa de la provincia de Valencia.
-Aunque todas tengan interés, ¿qué localidad cree que representa mejor al Cid y a su tiempo?
-Esa es una pregunta trampa, pero están Vivar del Cid, por ser el lugar natal del personaje, y la ciudad de Burgos, que está considerada como heredera del Cid a pesar de que el Cid histórico no estuvo mucho tiempo allí y de que, según el Cantar, el Cid no pudo dormir en la ciudad porque el rey Alfonso había prohibido a sus habitantes darle alimento bajo pena de perder sus propiedades y los ojos de la cara. A pesar de esto, en Burgos, uno puede encontrar al Cid en las calles, en los bares, en hoteles, en los nombres de clubes deportivos, en estatuas… Hay muchos elementos cidianos ligados a la ciudad.
-En el Camino del Cid es posible visitar recursos tan peculiares como la tumba de Babieca, el caballo del Cid, o su espada Tizona.
-En nuestra página web recogemos todos los elementos cidianos que están repartidos por todo el Camino del Cid. Entre ellos está el monasterio de San Pedro de Cardeña, donde se suponía que estaba enterrado el caballo Babieca. Lo cierto es que, en el siglo pasado, el duque de Alba hizo unas exacavaciones y no encontró más que un tronco viejo de árbol. Sin embargo, a pesar de eso, se levantó un monumento que indica que ahí no hay nada. Me parece un monumento a la nada maravilloso, porque dice que se creía que ahí estaba Babieca pero que las excavaciones mostraron que no estaba. Esto indica que la leyenda, a veces, es más fuerte que la historia. La espada Tizona también forma parte de la leyenda, porque no sabemos si esa espada que está en el Museo Arqueológico Provincial de Burgos perteneció realmente al Cid. Lo que sí es cierto es que el acero es del siglo XI y que, según los estudios, tiene las características propias del trabajo de los artesanos islámicos de Al-Andalus. Otra curiosidad es el Arco de Santa María de Burgos, que cuenta con un espacio para exposiciones donde se puede ver el hueso cúbito del Cid. Ese hueso llegó después de que los restos fueran enterrados de nuevo y allí está.
«El Cid es el anfitrión que abre la puerta al conocimiento de una época tan potente como la de nuestra Edad Media»
-¿Qué tipo de experiencias turísticas se ofertan dentro de la ruta?
-Como consorcio, lo que hacemos nosotros es preparar el camino para que pueda ser recorrido a pie, en bicicleta, en coche… Lo que demanda un viajero que va en bicicleta es muy diferente a lo que demanda un viajero que va en coche y eso hay que tenerlo en cuenta. Existen, además, numerosas fiestas de interés internacional, como las Fallas de Valencia, y eventos cidianos que tienen como tema el Cid y la Edad Media. Ejemplos de ello son el pueblo de Poyo del Cid (Teruel), que lleva años haciendo unas jornadas cidianas muy divertidas, y la Semana Cidiana de Burgos.
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