25 enero, 2022
La variante ómicron ha llegado a nuestras vidas y, aunque los casos de Covid se han disparado, las hospitalizaciones no han seguido el mismo ritmo. El director de la cadena gallega Alda Hotels, Alberto Rodríguez, nos explica cómo están viviendo esta situación y las metas de la cadena, que se encuentra en plena expansión, para 2022. «Vivimos del cliente de empresa y muchos de ellos han paralizado sus viajes, así que los datos son muy malos», apunta.
-Estamos ante una variante más contagiosa pero menos letal y son muchos los expertos que apuntan que se acerca el fin de la pandemia. ¿Qué expectativas tienen para este año?
-No soy la persona más adecuada para hablar desde el punto de vista médico, pero es cierto que los casos de contagio están siendo altísimos. En Alda hemos tenido al 15% de la plantilla de baja por Covid, pero ninguno de ellos con síntomas, alguno con pequeños picos de fiebre, pero no hay ninguno ingresado. No son datos estadísticos, pero nuestra perspectiva es que esto ya es un proceso como una gripe y no se puede paralizar un sector y un país con una sintomatología de este tipo. A corto plazo hemos tenido muchos problemas operativos porque tuvimos que cerrar hoteles por falta de personal. También perdimos clientes porque muchas empresas están cancelando sus viajes y en esta época del año no hay turistas internacionales. Vivimos del cliente de empresa y muchos de ellos han paralizado sus viajes, así que los datos son muy malos. Con el añadido de que no tenemos el apoyo que teníamos en el pasado por parte de los propietarios de los hoteles, que podían haber sido un poco más flexibles con las rentas y ahora el nivel de desgaste es tan elevado que no podemos acudir a este tipo de ayudas.
Los propietarios de los hoteles podían haber sido un poco más flexibles con las rentas
-Es una época complicada para los hoteleros.
-Sí, muy dura. El punto positivo es que creemos que a partir de Semana Santa volveremos a niveles normales, similares a 2019, y este año con una ventaja añadida, ya que viviremos el efecto del Covid, y eso hace que muchos clientes nacionales que normalmente habrían viajado al extranjero se queden en España. Además, en la zona en la que opera Alda, del norte de Galicia a Aragón, la inmensa mayoría de los clientes son nacionales, con lo cual es muy previsible que compensemos al alza la subida del visitante nacional con la pérdida del cliente internacional. En aquellos destinos que dependen más del internacional probablemente no les compense, pero yo estimo que a partir de Semana Santa tendremos datos anómalamente positivos.
Es muy previsible que en Semana Santa compensemos al alza la subida del visitante nacional con la pérdida del cliente internacional
-El Año Xacobeo será un impulso para Galicia, donde se encuentran muchos de sus hoteles.
-En Galicia prácticamente debemos tener el 40% de los establecimientos de Alda. Es cierto que el Camino de Santiago es una parte importante, pero no es de lo que mejor funciona. Sigue existiendo cierto miedo al Covid y en el Camino de Santiago, por el tipo de establecimientos en los que te alojas, es más difícil recuperar ese turismo a corto plazo. De hecho, las previsiones que tienen las agencias no son muy buenas. Sin duda, Santiago funcionará muy bien en julio y agosto, pero a lo que es el trayecto del Camino, teniendo en cuenta la tipología de alojamiento, les va a costar un poco más. Además, es un Año Santo un poco atípico, una prórroga del anterior y, aunque esto sume, no va a ser como un Año Santo al uso.
-¿Cómo valora las ayudas estatales? ¿Son suficientes?
-Las ayudas no solamente se otorgan por un criterio de necesidad. Yo soy emprendedor, empecé con un pequeño hotel y la experiencia me dice que no solamente depende de que se necesiten, sino de que uno tenga capacidad para pedirlas. A día de hoy tenemos un equipo que está capacitado para solicitarlas y alguna hemos podido conseguir, pero es muy difícil que las empresas pequeñas puedan tramitar este tipo de ayudas porque no tienen personal especializado. Hay muchas trabas. No es que esté muy de acuerdo con las políticas, pero evidentemente si están y podemos optar a ellas, lo hacemos. En ningún caso nos sirven para recuperar las pérdidas que hemos tenido durante estos años en los que hemos sufrido mucho y, así como otros sectores como el campo tienen compensaciones estatales y europeas por las pérdidas, en nuestro caso prácticamente son paliativos, no compensan ni de lejos lo que vivimos. La impresión que tenemos es que deberían ir orientadas a futuro, pensar en inversión y aprovechar esas ayudas, que llegan tarde pero llegan, para adaptarnos a este cambio de paradigma que estamos viviendo. Que los fondos europeos sirvan para que las empresas nos adaptemos a esa nueva realidad, los nuevos mercados, que no sea darle de comer al que tiene hambre, sino enseñarle a conseguir su propia comida. Si esas ayudas solo sirven para mantener vivo un negocio, es pan para hoy pero hambre para mañana y llegará un momento en que esos negocios desaparezcan porque sigan sin ser competitivos. Deberíamos exigir que vayan asociadas a que nos adaptemos a un mercado que ha cambiado mucho en los últimos 20 años, no solo por el Covid. En una situación normal podríamos asumir esa digitalización, pero en este momento no.
Otros sectores tienen compensaciones estatales y europeas por las pérdidas, en nuestro caso prácticamente son paliativos
-Este año Alda alcanzó su reto, con unas 1.600 habitaciones. ¿Hay alguna meta para 2022?
-En 2022 con un poco de suerte alcanzaremos las 2.400 habitaciones. Y cuando digo suerte me refiero a trabajo. Por otra parte, el hito más importante que esperamos es que hagamos nuestra primera operación corporativa, de crecimiento inorgánico, de absorción de otra cadena pequeña dentro de la marca. Estamos trabajando con varias pequeñas cadenas hoteleras para que se incorporen al proyecto de Alda y confío en que este año se produzca esa fusión o integración y esto nos ayude a crecer más rápido.
-¿Continuará la apuesta de la cadena por el norte de España?
-En 2022, salvo sorpresa, nos mantendremos en la misma zona y cubriremos las geográficas dentro de la península que nos quedan, como Cantabria, País Vasco y la Rioja. Incluso en algunas ciudades donde no tenemos hoteles y que están entro de esa zona, como Salamanca, Zamora y Segovia. La política de Alda es que saltar fuera de esta zona requiere un esfuerzo que ahora mismo no compensa. La vida es larga y este 2022 no creo que salgamos más allá de la línea que nos hemos marcado.
Cubriremos las geográficas dentro de la península que nos quedan, como Cantabria, País Vasco y la Rioja
-¿Algún mensaje que quiera lanzar?
-Requerimos del esfuerzo de todos los stakeholders y queremos seguir contando con trabajo y apoyo de todo el equipo de Alda. Además, seguimos incorporando talento y creciendo a nivel humano. Las empresas las hacemos las personas que dependemos de ellas y, por supuesto, también los proveedores y la sociedad en general, pero necesitamos administraciones que nos pongan soluciones y las cosas fáciles porque a veces parece que no son conscientes, pero dependen de que se paguen impuestos y para eso debe haber empresas.