1 agosto, 2019
PABLO LÓPEZ /
Villahoz es un pequeño pueblo de 150 habitantes ubicado en la provincia de Burgos que, esta semana, fue sede del Congreso Europeo sobre Despoblación Rural. Su alcalde, Francisco Palacios, reivindica la calidad de los servicios que reciben sus vecinos, cada vez menos y cada vez mayores, así como los atractivos de la localidad para atraer al turista que busque paz y tranquilidad. Campesino con más de 70 inviernos a sus espaldas, este regidor ha conseguido, con su perseverancia con los organizadores del congreso continental, situar a Villahoz en el mapa como símbolo de la España despoblada.
-¿Qué problemas sufre el pueblo a causa de la despoblación?
-Quedamos pocos y no hay juventud. La mayoría de los del pueblo somos gente mayor.
-¿Cómo repercute esa circunstancia en los servicios ofrecidos a los vecinos?
-Aquí somos 150 personas, pero tenemos los mismos servicios que en la capital. Hay carnicería, farmacia, escuela, polideportivo con pistas de pádel, piscina, campo de fútbol… Tenemos un edificio de servicios múltiples con bar, con gimnasio y con futbolines para que los jóvenes se entretengan. Y tenemos también actividades para las señoras, como talleres de costura y bingo. ¡Eso hay muchos pueblos que no lo tienen!
-Hay servicios e instalaciones para jóvenes, pero cada vez hay menos jóvenes.
-Bueno, en realidad somos 150 vecinos en invierno, pero en verano y los fines de semana podemos llegar a ser 700 personas. Vienen las familias, que nos dicen que pueden venir, precisamente, porque tenemos de todo. La juventud que viene tiene mucha marcha y lo pasa muy bien en el pueblo.
«Tenemos actividades para las señoras, como talleres de costura y bingo. ¡Eso hay muchos pueblos que no lo tienen!»
-¿Qué medidas ha puesto en marcha el Ayuntamiento para atraer a la gente joven?
-Pues para eso hemos acogido el congreso europeo, para ver si la gente joven nos conoce y se anima a montar aquí una empresa o a poner en marcha algo. A ver si viene alguien.
-¿Ha tenido mucha repercusión el congreso?
-Sí. No hemos parado. Además de los participantes en el congreso, han venido muchos periodistas. ¡Han estado aquí hasta las televisiones!
-Usted fue campesino. ¿Hace falta más gente común en la política para entender los problemas de los vecinos?
-Yo llevo toda la vida aquí, ¿cómo no voy a conocer los problemas del pueblo? Y el principal problema es el de la despoblación. Si se muere media docena de vecinos ya quedan vacías las casas.
«Yo llevo toda la vida aquí, ¿cómo no voy a conocer los problemas del pueblo? Y el principal problema es la despoblación. Si se muere media docena de vecinos ya quedan las vacías las casas»
-¿Se sienten maltratados por las administraciones?
-Pues sí. Este mismo mes estuvimos diez días seguidos sin poder hacer ni recibir llamadas por los teléfonos fijos y eso no puede ser. ¡No nos hacen ni caso! Para una obra que queremos hacer todavía estamos esperando por el informe de la Confederación Hidrográfica del Duero. Llevo desde Navidades para que me digan si un arroyo es público.
-¿Qué importancia cree que puede tener el turismo para un pueblo como el suyo?
-Nuestro pueblo está declarado conjunto histórico. Creo que puede ser interesante para los turistas. Que venga gente siempre es bueno. En verano, cuando viene gente de fuera, se nota mucho. Y aquí lo pasan bien todos, hasta los que vienen de ciudades grandes como Madrid.