24 marzo, 2020
«Ahora mismo tenemos que ser solidarios y esperar a que salga el sol y la gente recupere la ilusión por viajar para poder cumplir nuestro sueño, que es hacer nuestro trabajo«. Fue el mensaje que Almudena Cencerrado, presidenta de la Confederación Española de Federaciones y Asociaciones Profesionales de Guías de Turismo (Cefapit) quiso lanzar el pasado lunes, 16 de marzo, apenas dos días después de que el Gobierno declarase el estado de alarma ante la propagación del coronavirus. Una semana después, Cencerrado nos cuenta cómo está viviendo la cuarentena y traslada, de nuevo, un mensaje de confianza: «Como historiadora pienso que los momentos más álgidos de la filosofía o el arte se han producido en periodos muy parecidos al que estamos pasando ahora».
-¿Cómo está viviendo el confinamiento?
-La verdad es que me considero una privilegiada porque estoy en una casa con jardín y cuando sale el sol podemos plantar florecitas para que luego, cuando todo esto acabe, podamos disfrutarlas toda la familia juntos. Por otra parte, estoy preocupada, porque mi madre está sola en casa, por el peligro de contagio con el resto. Eso es lo que más me preocupa.
-¿Cómo es su día a día? ¿Qué actividades suele realizar?
-Me dedico a leer, a escuchar música, a hacer bici estática, ejercitar un poquito el cuerpo, para que no se nos quede vago, y manteniendo la calma día a día. Claro, luego todos tenemos bajones, ratitos así que nos ponemos a llorar sin que nos vea nadie, porque somos humanos. Pero creo que tenemos que ser muy solidarios con todo el mundo, sobre todo con aquellos que están ingresados por una enfermedad, no solo el coronavirus, también otras, porque hay muchas personas que no pueden acceder a los hospitales o que están dentro y también lo llevan mucho peor. Y eso es lo importante, que tenemos un enemigo común y que tenemos que ser solidarios todos: con paciencia, con calma, con serenidad y con sonrisas.
Tenemos un enemigo común y tenemos que ser solidarios todos
-¿Está viviendo sola o con familia?
-Vivo en Toledo y ahora mismo estoy con uno de mis sobrinos y con mi hermana. Con lo cual, me encanta porque yo soy muy cocinillas. Me gusta levantarme por las mañanas y pensar qué voy a cocinar, para que sea algo totalmente diferente al día anterior, y así hasta que lleguen los víveres. Y bueno, eso, el echar imaginación, ir compaginando sabores… La verdad es que creo que esto es un punto de reflexión también para mirar al interior y ver todo lo bueno que tenemos todos. Esa capacidad de vivir, sentir, oler, oír, saborear… Y ahí es donde hay que concentrarse un poquito para sacar fuerzas y cuando salgamos de esta tirar del carro, que va a ser duro también, obviamente.
Creo que esto es un punto de reflexión también para mirar al interior y ver todo lo bueno que tenemos todos
-¿Solía cocinar mucho antes o con el trabajo era complicado?
-No solía hacerlo, porque con nuestro trabajo muchas veces pasas el día fuera. Con lo cual, pues comía algo rápido en cualquier lugar y solamente aprovechaba los fines de semana, cuando estaba con mi familia, para cocinarles. Con lo cual, pues mira, ahora puedo disfrutar de la cocina día a día y es otra ventaja porque, seguro que hay muchísimas ventajas que podemos encontrarle a toda esta situación.
-¿Qué ha cocinado hoy?
-Hoy he hecho una musaka griega. Es que estuvimos en Grecia en un Consejo Europeo de Guías de Turismo y allí me dieron esa receta, que es patata al horno, cuando la patata está preparada se pone una capa también de berenjena, la carne picada con especias: canela, nuez moscada, pimienta negra… y al final una bechamel y al horno. Es una especie de lasaña pero con verduritas y ese toque así un poco oriental, muy especiado. ¡Está riquísimo! Lo hice hace un tiempo y hoy hemos decidido repetir.
-¿Los guías turísticos mantenéis el contacto estos días?
-Sí, con los compañeros de Toledo y Castilla La Mancha y yo, como presidenta nacional, pues con los presidentes de todas las asociaciones nacionales. Y la verdad es que, diariamente, se va viendo también un poco la preocupación, algunas veces la crispación, pero yo intento mantener la calma. Además, hay gente que tiene muy buenas ideas y esa parte creativa, que los guías somos también un poco artistas, porque así nos lo requiere nuestro trabajo, es un poco donde nos tenemos que concentrar. Hace poco ha salido un vídeo que han hecho los compañeros de Madrid para que la gente nos conozca y esa es otra parte positiva: sacar la creatividad de cada uno y hacer cosas buenas en este tiempo de retiro obligatorio. Hay que que dejar que el río fluya y, ahí, en ese fluir de las aguas, en la calma, es donde se encuentran siempre. Como historiadora pienso que los momentos más álgidos de la filosofía o el arte se han producido en periodos muy parecidos al que estamos pasando ahora.
-Antes hablaba un poco de la solidaridad. ¿La percibe en estos momentos en su vecindario o entorno?
-Yo vivo en una zona más aislada, pero sí, me parece precioso. Me comentaba una compañera que vive en una casa típica toledana que antes no conocía prácticamente a sus vecinos y, sin embargo, ahora se hacen sus cervezas virtuales, cada uno desde su balconcito. Y eso, yo creo que es muy bonito. Que conozcamos las caras de los que hemos tenido alrededor y que nos solidaricemos con esa tristeza que tenemos todos. No podemos negar esta situación tan tremenda que estamos viviendo, lo pasa es que yo siempre tiendo a ser muy positiva y no quiero que se me acaben estos ánimos, porque tengo mucha gente a la que animar, pero efectivamente, son tiempos terribles.