2 noviembre, 2020
Solo ha pasado una semana desde que Reino Unido y Alemania incluyeron a las islas Canarias en su lista de destinos seguros y los gobiernos de ambos países ya han decretado un nuevo confinamiento de sus poblaciones para tratar de frenar la segunda ola de la pandemia. La decisión es un duro varapalo para las islas, que esperaban que la temporada de invierno fuese «un éxito».
El primer ministro británico, Boris Johnson, había apostado desde un primer momento por confinamientos locales, pero la cifra de contagios registrada en los últimos días en el país, que supera el millón de casos de coronavirus, le ha llevado a tomar la decisión de confinar Inglaterra a partir del próximo jueves y, como pronto, hasta el 2 de diciembre. La medida de regresar al confinamiento del mes de marzo se extenderá al conjunto de Reino Unido, aunque en esta ocasión permanecerán abiertos los centros educativos.
En Alemania el confinamiento comenzó ya este fin de semana. Desde entonces y durante todo el mes de noviembre permanecerán cerrados en el país germano los bares, restaurantes y, en general, el conjunto del sector del ocio. La canciller alemana, Angela Merkel, anunció la medida la semana pasada, pero no se descartan restricciones más radicales, según señaló el ministro de Sanidad. Hay que recordar que, por el momento, en el país germano están permitidas las reuniones entre convivientes de dos hogares distintos siempre y cuando estas se produzcan en el exterior.
El pasado 9 de octubre se aprobó el protocolo que, hasta el momento, ha permitido a Canarias y Baleares la puesta en marcha de corredores turísticos a través de un sistema de test en origen y destino. Por esta razón, el Gobierno canario esperaba una temporada de invierno marcada por el éxito, ya que el archipiélago es «el único destino de gran capacidad, conocido, de media distancia, con buen clima y con estándares europeos» que podría acoger la demanda potencial desde los diferentes mercados emisores.