18 diciembre, 2020
Los viajes y el deporte. Estas son las dos grandes pasiones de Inma Rodríguez, periodista deportiva que trabaja actualmente para Movistar Plus y que, por su actividad profesional, ha tenido la oportunidad de conocer decenas de países. Ya fuera con la Fórmula 1 o con el fútbol, cuenta en su haber con viajes a destinos clásicos, como Alemania, Francia e Italia, y con otros a lugares más exóticos, como Azebaiyán o las ciudades rusas de Krasnodar y Rostov. Aunque su ajetreada agenda laboral no suele dejarle mucho tiempo para conocer a fondo las ciudades, nunca pierde la oportunidad de empaparse de la cultura y de las tradiciones de cada destino al que llega.
-Mucha gente envidia a los periodistas deportivos que, por su profesión, tienen la oportunidad de viajar por todo el mundo. ¿Es esa posibilidad de viajar una de las particularidades de su trabajo que más le gusta?
-Sí, sin duda. Es lo que más me gusta porque mi otra pasión, al margen del periodismo, siempre han sido los viajes y los idiomas. Poder viajar y mezclar todo lo que me gusta con el periodismo deportivo, que es mi especialidad, es maravilloso. El periodismo deportivo es mi vocación, pero casi de la mano de lo que supone viajar, conocer distintas culturas, practicar idiomas… Es un punto a favor, por supuesto.
-Cuando viaja para cubrir un partido de fútbol en el extranjero, ¿le queda algo de tiempo para conocer las ciudades?
-Depende. Normalmente no, la verdad. Yo he estado varias veces en Moscú y no he podido ver ni la plaza Roja. Tengo esa espina clavada. Al final, cuando te dedicas a cubrir, por ejemplo, una competición europea, lo que haces es pasar por el aeropuerto, por el hotel y por el estadio. Esas son las tres paradas. Normalmente, se llega al hotel, se dejan las cosas y se va al estadio, porque suele haber mucha carga de trabajo. Sí que es verdad que, en ocasiones, me han pedido hacer algún directo en el centro de la ciudad y he tenido tiempo de conocer más. Recuerdo haber hecho eso en ciudades como Ámsterdam. En febrero de este año estuve con el Getafe en Países Bajos y me dio tiempo a conocer más sitios porque había concertado entrevistas con jugadores que me citaron en distintas ciudades, como Utrecht. Lo más habitual cuando se cubren esos partidos europeos, sin embargo, es tener un plan muy definido y con la mayoría de las actividades dentro del estadio o cerca de él.
-Usted ha cubierto también eventos de más larga duración, como el mundial de fútbol femenino que se celebró en Francia. Imagino que en esas competiciones, tendrá más tiempo para hacer algo de turismo.
-Sí, ahí sí, aunque es verdad que también trabajé una barbaridad de horas. Hacía directos desde por la mañana hasta la noche pero, muchas veces, esos directos eran desde el centro de la ciudad en la que estaba. Estuve 40 días de un sitio a otro y me dio tiempo a conocer bastante bien tanto París como ciudades como Lyon, Le Havre, Ruan… En esos eventos no hay tiempo para ir a un museo, pero sí al menos para conocer un poco las ciudades.
-De todos los viajes que ha realizado por trabajo. ¿Cuál le ha gustado más?
-La verdad es que me gusta tanto viajar que creo que disfrutaría aunque me fuera al país más feo del mundo. Me cuesta mucho elegir un viaje en concreto. Aunque sea muy típico y he estado muchas veces, me gusta mucho ir a Londres, porque he vivido allí y le tengo mucho cariño. Es parte de mí, de mi esencia. Me gusta mucho también viajar a países extraños, esos lugares que no son tan comunes como pueden serlo Francia, Italia o Alemania. Cubriendo la Europa League con el Getafe, fui a Krasnodar, en Rusia, y con el Atlético de Madrid, estuve en Azerbaiyán. Cuando cubría la Fórmula 1, me gustó mucho viajar a Australia. Los sitios exóticos son los que más me llaman la atención, porque son sitios a los que quizás no se viaja en condiciones normales. ¿Cuándo vas a ir a Azerbaiyán? Recuerdo también la ciudad rusa de Rostov. El año pasado fui a Turquía, a Trabzon (Trebisonda en castellano), y fue una experiencia muy bonita. Me gustan los lugares que hacen que, cuando estás allí, sientas que estás en un sitio diferente. Cuando estoy en Alemania o en Italia, para mí, es como estar en Madrid; pero cuando vas a Azerbaiyán, donde nadie habla inglés y nadie te entiende, es diferente. Eso también me pasó en Rostov, que es una ciudad rusa como muy de la época comunista, muy del este. Recuerdo tener que descargarme un traductor en el móvil y enseñarle la pantalla a la gente para que me entendiera. En Trabzon (Turquía) llegaron a hacerme un club de fans. Fue increíble.
-¿Qué ciudades cree que debería visitar un buen aficionado al fútbol y a los viajes?
-De Inglaterra, Liverpool, Manchester y Londres, son tres ciudades muy futboleras. Tienen un aura mágica. En ellas se vive el fútbol de forma increíble. Manchester no es una ciudad bonita, pero siempre es bueno que te toque un partido en Inglaterra. Roma también me gusta mucho. No es tan futbolera como las ciudades inglesas, pero también la destaco.
«Me gusta tanto viajar que disfrutaría aunque me fuera al país más feo del mundo»
-Ir a un partido de fútbol es una experiencia turística más cuando se visita una ciudad como Londres.
-Sin duda. Yo he ido muchas veces a Londres, al margen del trabajo, para ver partidos de fútbol. Fui a ver partidos del Chelsea, en Stamford Bridge, y del Arsenal por mi cuenta.
-Si le toca seguir a un equipo en competición europea y se celebra el sorteo de los emparejamientos. ¿A qué ciudad que no conoce todavía le gustaría ir?
-Me gustarían tantas… Recuerdo que el Granada jugó hace poco en Chipre y ese es un destino que me gustaría, porque va en la línea de esos países más exóticos de los que hablaba antes. Para trabajar, ciudades con equipos grandes, como Múnich, están muy bien, pero a mí siempre me apetece algo más exótico. Dicho esto, a nivel cobertura, siempre vas a elegir un partido ante la Juventus, ante el Bayern o ante el PSG, que son palabras mayores. A veces, los destinos menos conocidos y con equipos más modestos, sin embargo, ofrecen otras facilidades. Te cierran más puertas en un Juventus-Atlético de Madrid que en un partido de menos entidad. En el viaje a Turquía del que hablé, nadie me decía que no entrara en un sitio.
-¿Hubo algún destino al que tuviera problemas para llegar?
-En Ucrania, a donde viajé para una final de Champions, me tuvieron retenida dos horas en el aeropuerto porque vieron en mi pasaporte que había estado mucho en Rusia. Me preguntaron por qué había estado tanto en Rusia y yo les dije que por trabajo, pero se pusieron muy nerviosos. En Turquía, tuvimos problemas por el equipo que llevaba el cámara y pasamos algunas horas en la aduana.
«En Ucrania me tuvieron retenida dos horas en el aeropuerto porque vieron en mi pasaporte que había estado mucho en Rusia»
-Conocerá usted muchos hoteles. ¿Cuál le ha llamado más la atención?
-Me llaman la atención los hoteles que están en el propio estadio. El Johan Cruyff Arena de Ámsterdam, donde juega el Ajax, tiene hotel. Eso es un lujo tras un día de trabajo. También tienen hotel el estadio del Bayer Leverkusen y el del Chelsea. Esos hoteles, no tanto porque sean bonitos sino por la comodidad que me ofrecen en los viajes de trabajo, me llaman la atención. Como llamativo por bonito, recuerdo uno en Bahrein en el que estuve cuando cubría la Fórmula 1. Era lujo extremo. Había una habitación que era espectacular y yo todavía no he estado en una igual. Era demasiado ostentoso, en la línea de lo que gusta en esos países.
Rodríguez, en Copenhague (Dinamarca)
-En cuanto a la gastronomía y dejando al margen España, ¿en qué país se come mejor?
-En Portugal también se come muy bien. Lo que pasa es que muchas veces no nos queda mucho tiempo para comer. Lo cierto es que se echa mucho de menos la comida ibérica. Un problema que tenemos cuando trabajamos fuera es el de los horarios porque hay sitios en los que, cuando acaba mi directo del mediodía y quiero comer, ya está todo cerrado. A las tres y media hay muchas ciudades en las que, con suerte, te abren para cenar. Eso es algo que no sucede aquí en España. Incluso en Francia, había muchas veces que no podía comer. Al margen de ese problema de los horarios y sin contar España y Portugal, quizás me quedo con Italia, porque al final es pasta, que es como el comodín.
-Usted comparte en sus redes sociales muchas fotos de los estadios que visita. ¿Cuáles le han impactado más?
-El que más me ha llamado la atención es el de Krasnodar, en Rusia. Me parece un estadio increíble. Es nuevo, inmenso, impoluto y precioso. Parte de la grada es como una pantalla. Entré y me quedé con la boca abierta. Luego hay otros estadios mágicos que también me encantan, como el de Anfield, en Liverpool. De España, me gusta mucho el nuevo San Mamés de Bilbao.
«Los sitios exóticos son los que más me llaman la atención, porque son los sitios a los que no se viaja en condiciones normales»
-Habla usted del estadio del Athletic de Bilbao. ¿Qué le parece el norte de España como destino turístico vinculado al fútbol?
-Hay mucha tradición. Están los equipos vascos, los gallegos, los asturianos… El norte de España siempre ha sido muy futbolero y creo que lo va a seguir siendo. Será un destino turístico futbolero de primer nivel durante muchos años. Los equipos tienen aficiones que viven mucho el fútbol y viajan mucho. Sólo hay que ver cómo es la afición del Dépor o la del Athletic.
-¿Qué debe ofrecer una ciudad para acoger un gran partido de fútbol?
-Tiene que ser una ciudad segura y con una cierta cultura deportiva. También debe contar con medios de transporte y un buen sistema de comunicación. Por supuesto, tiene que tener plazas hoteleras suficientes.
-Además de cubrir eventos deportivos, usted es aficionada a practicar deporte y ha hecho viajes de ocio con ese fin. ¿Puede mencionar alguno del que guarde un gran recuerdo?
-Este año estuve en un centro de piragüismo, en el Alentejo (Portugal), al que van muchos deportistas olímpicos a prepararse. Tiene un embalse y es perfecto para aquellos a los que les gustan las actividades acuáticas. Se pueden hacer muchas actividades y lo recomiendo mucho. Cuenta con un hotel que está muy enfocado hacia ese turismo vinculado al deporte. Nunca he encontrado un hotel que ofreciera tanta paz y tranquilidad. Se llama Herdade da Cortesia y está en Avis. Además de todo lo que he comentado, la comida de Alentejo me pareció espectacular.