2 noviembre, 2020
Más de un centenar de hosteleros de A Coruña se congregaron en la plaza de María Pita de la ciudad gallega para pedir auxilio ante una situación que amenaza con desatar una gran extinción de bares y restaurantes en una urbe que, desde siempre, ha tenido en el sector servicios uno de sus principales recursos económicos.
Entre los dueños de los locales de hostelería coruñeses no han gustado nada las restricciones decretadas el pasado viernes, que incluyen el cierre perimetral de la ciudad y que prohíben las reuniones de personas no convivientes. Lo peor, tal y como explica a TUR 43 uno de los participantes en la manifestación, es la poca antelación con la que los empresarios del sector conocieron la noticia.
«No pueden ir a degüello contra el sector después de todas las limitaciones que ya nos han impuesto y que hemos acatado. No pueden tomar medidas así, a última hora y un viernes, cuando ya está toda la mercancía comprada para afrontar el fin de semana», explica Javier Domínguez Piñón, propietario de Thai Market, que cuenta con un restaurante en A Coruña y con otro en Vigo.
El propio Domínguez sabe bien lo que es ver frustradas sus expectativas a causa de la pandemia y de las limitaciones que han llegado con ella, pues se vio obligado a cerrar una heladería que inauguró en el centro de la ciudad gallega el pasado mes de marzo. «Ni siquiera pudimos llegar a poner en marcha el negocio en condiciones normales», lamenta este empresario.
El dueño de Thai Market aprovecha sus declaraciones a TUR 43 para poner a voz a todo el sector que, como él mismo dice, ya no aguanta más. «Esto parecía la Santa Compaña. Ves la cara de la gente y es preocupante. Yo es la primera vez que estoy en una manifestación de estas características y se me cae el alma a los pies», relata.
Como soluciones, los participantes en el acto de protesta exigen que las administraciones dialoguen con ellos antes de decretar restricciones y, sobre todo, que si hay limitaciones, éstas vayan acompañadas de ayudas.
«Está bien tomar medidas, pero tendrán que venir acompañadas de algún tipo de ayuda. En Alemania hay ayudas y aquí, sin embargo, mutismo total. La gente lo está pasando realmente mal. El verano ha sido lo que ha sido y los hosteleros estamos muy mermados económicamente. Muchos van a tener problemas serios», advierte Domínguez.