1 octubre, 2018
Las acciones de la aerolínea de bajo coste reaccionaron este lunes con fuertes caídas en Bolsa tras el recorte en sus expectativas de beneficios. Ryanair rebajó un 12% sus previsiones de ganancias para 2018 desde la horquilla de 1.250-1.350 millones de euros en que se situaba antes hasta los 1.100-1.200 millones. La compañía justifica este empeoramiento en sus estimaciones por el impacto negativo de las huelgas y por el alza del precio del combustible, que estrechará su margen.
Este deterioro en sus previsiones de beneficio se trasladó a la Bolsa. Sus acciones sufrieron un fuerte descenso del 12,5%, hasta situarse en los 11,48 euros. Habría que remontarse dos años –a octubre de 2016- atrás para encontrarse los títulos de la aerolínea irlandesa cotizando a un nivel tan bajo. Con esta nueva caída en el parqué, las acciones de Ryanair ya pierden casi un 30% de su valor desde el pasado mes de julio, en el que se inició el calendario de huelgas en la compañía.
Fue en los días 26 y 27 de ese mes cuando la aerolínea se vio obligada a cancelar un total de 400 vuelos que tenían a España como origen o destino como consecuencia de estas movilizaciones. La última jornada de paros tuvo lugar este viernes, cuando los sindicatos de tripulantes de cabina de España, Portugal, Bélgica, Italia, Holanda y Alemania convocaron una huelga conjunta que afectó a más de 80 vuelos en España.
La caída de Ryanair contagió al resto de aerolíneas europeas, que también se tiñeron de rojo en el parqué. La matriz de Iberia, IAG, retrocedió un 2,1% en Bolsa, mientras que las acciones de Lufthansa se dejaron un 1,3%. Más pronunciados fueron los descensos de Norwegian, cuyos títulos cayeron un 4,7% y de Air France, que se dejaron un 4%.