7 mayo, 2020
Primero fueron los productores de cerveza; luego, los ganaderos que suministran cordero a los restaurantes y, ahora, son las empresas fabricantes de bebidas alcohólicas destiladas las que alertan de las consecuencias negativas que implican para ellos tantas semanas con los locales de hostelería cerrados.
Hasta siete de cada diez botellas de las que se vendían antes de la crisis quedan sin salir de las destilerías, según expone en un comunicado la Federación Española de Bebidas Espirituosas (FEBE). “El 70% del total de las ventas de bebidas espirituosas se ha perdido con el cierre de la hostelería y lo que se pierde en hostelería no se compensa ni recupera en modo alguno en el canal de la alimentación”, lamenta el director de Espirituosos de España, Bosco Torremocha, que precisa que los incrementos de ventas en supermercados “no alcanzan ni tan siquiera el 2% de lo que se vendía en hostelería”.
El balance es demoledor para un sector muy dependiente de los bares, en general, y de los negocios de ocio nocturno en particular. Pubs y discotecas serán, debido a la gran cantidad de gente que se suele concentrar en ellos durante los fines de semana, unos de los últimos establecimientos en recuperar la normalidad.
“No queda ni rastro de la situación previa al Covid-19. Desde el sector vemos con profunda preocupación el impacto de las últimas semanas en las ventas, en la hostelería y en los clientes”, comenta Torremocha.
Pese a los datos negativos, los fabricantes de bebidas espirituosas, quieren dejar una puerta abierta a la esperanza y se ponen al servicio de las autoridades sanitarias y de las administraciones para ayudar en todo lo que esté en su mano.
“Esta crisis pasará y volveremos a la normalidad, solidarizándonos con nuestras empresas, trabajadores y clientes, que han visto paralizada su actividad. Mientras tanto, nos ponemos a disposición de las autoridades para todo en lo que podamos colaborar”, expone FEBE en un comunicado sobre la crisis del coronavirus.