Termalismo, deportes náuticos y sabor a mar en la idílica isla de A Toxa

Extensas playas, mariscos de primera calidad y riqueza vitivinícola son tres de las principales características de O Salnés, una comarca bañada por las rías de Arousa y Pontevedra. Este destino de las Rías Baixas gallegas está dotado de una belleza incomparable y es uno de los más demandados de la comunidad.

La comarca está compuesta por nueve ayuntamientos, entre ellos O Grove, una pequeña península que se une al resto de Galicia a través de istmo O Bao y que forma una de las playas más conocidas de esta comunidad: La Lanzada. La península de O Grove limita al sureste con Sanxenxo, ocupa una extensión de 21 kilómetros cuadrados y está formada por dos parroquias (San Martiño y San Vicente) y una isla: A Toxa. En esta idílica isla, que es uno de los puntos de interés turístico más conocidos de Galicia, se celebrará la quinta prueba del II Circuito de Golf TUR 43 España Verde.

O Grove, en el mapa mundial del termalismo

El termalismo es una de las notas características de esta zona. De hecho, la isla de A Toxa es un destino preferente para el cuidado de la salud en la provincia de Pontevedra. Un dato curioso es que el descubrimiento de los manantiales de esta isla se le atribuyen a un burro enfermo que fue abandonado en la isla, entonces llamada Louxo, al creer su dueño que ya no se podía hacer nada por él. Sin embargo, cuando regresó se encontró al burro completamente sano. En aquel momento la isla estaba deshabitada y nadie se interesaba por ella hasta que a principios del siglo XIX se empezó a pensar en el provecho económico que podía ofrecer esta zona.

La historia de este descubrimiento la recogió en 1899 la escritora Emilia Pardo Bazán: “El Colón de este nuevo mundo de salud fue un borrico. Un verdadero borrico, cuadrúpedo, cubierto de mataduras y de tiña, al que abandonaron, por no descoyuntarlo, en la isla desierta. Y al cabo de algunos meses cuál sería la sorpresa del dueño al encontrar, en vez de un esqueleto, un burro sano, saltando, con el pelo tan reluciente que envidiaría la cabalgadura de Sancho Panza. El animal se había revolcado en las saludables lamas. Sus heridas desaparecieron».

Precisamente para hacer gala del origen, en el centro de la isla hay un recinto con tres ejemplares de burro, un animal en peligro de extinción que despierta el interés de todos aquellos que se acercan a A Toxa.

Un balneario «impregnado de historia»

Años antes, concretamente en 1841, el botánico Antonio Casares había certificado la presencia de hierro, sodio, magnesio y calcio en la isla. Según Turismo Rías Baixas fue un año después cuando se logró autorización para poner en pie el balneario, que finalmente abrió sus puertas en 1899, mientras que ocho años más tarde lo hizo el Gran Hotel La Toja, cuya historia está ligada a aristócratas, intelectuales y mandatarios mundiales y empresarios.

Desde Eurostars, cadena que gestiona actualmente el establecimiento, destacan que el Gran Hotel La Toja está «impregnado de historia» y recuerdan que en sus más de cien años de vida ha hospedado a políticos al más alto nivel y personalidades como Gabriel García Márquez u Ortega y Gasset, así como a numerosos monarcas y aristócratas europeos. También fue sede de eventos de máxima relevancia, como la reunión del Club Bilderberg que en 1989 llevó a sus instalaciones, entre otros, a Henry Kissinger y David Rockefeller.

Este balneario, el primer cinco estrellas de Galicia, afrontó su gran reforma a finales de la II Guerra Mundial y sigue siendo un referente de bienestar y lujo. Con un total de 199 habitaciones, destaca por las técnicas balneoterápicas, talasoterápicas e hidroterápicas. De hecho, el Premio Nobel de Medicina Ramón y Cajal llegó a calificarlo como «un auténtico templo consagrado a la salud».

Un campo de golf con vistas al mar

Además, la isla de A Toxa es un destino perfecto para los amantes del golf, ya que en un lugar muy próximo al Gran Hotel La Toja se encuentra el Real Club de Golf de La Toja, que fue inaugurado en 1970 y cuyas instalaciones se han acondicionado con el paso del tiempo. Al estar rodeado por las aguas de la ría de Arousa, goza de una belleza incomparable. En total, el campo cuenta con nueve hoyos repartidos en 6.122 metros de longitud.

En este lugar privilegiado se celebrará el próximo 17 de septiembre la quinta prueba del II Circuito de Golf TUR 43. Este evento deportivo busca promocionar la España Verde y Portugal como destino de golf y ensalzar su riqueza cultural, paisajística y gastronómica, fomentando el flujo de jugadores entre los distintos rincones de la Península Ibérica. 

Calas y un acuario con más de cien especies distintas

Los amantes de la naturaleza y del mar podrán encontrar lugares llenos de belleza en toda la península de O Grove, que cuenta con 10 kilómetros de pequeñas calas y otros rincones de mar abierto. Además, en este municipio, más concretamente en San Vicente, se encuentra un acuario con más de 100 especies distintas y unos 1000 individuos repartidos en 28 tanques. En sus instalaciones también cuenta con zona de recuperación de animales marinos, salas de conferencias y exposiciones y aula de educación.

Otra forma de conocer de primera mano las aguas de Arousa es surcarlas a bordo de uno de los catamaranes que atracan en el muelle de este municipio gallego. Estas embarcaciones permiten que los visitantes conozcan los parques de cultivo de mejillón, ostra y vieira.

El sabor marinero lo inunda todo en esta zona de Galicia. Tanto es así que uno de los lugares más representativos de la isla de A Toxa es su capilla, dedicada a San Caralampio y a la Virgen del Carmen, y que conserva su culto desde el siglo XII. Una de las características que la hacen singular es que su fachada está recubierta de conchas de vieira.

El marisco, el rey de O Grove

El turismo y la pesca son dos de los pilares de este pueblo costero. Tanto es así que este municipio de las Rías Baixas celebra desde 1963 Festa do Marisco. Esta exaltación gastronómica tiene lugar en el mes de octubre y es una de las más antiguas, no solo en la comunidad, sino también a nivel internacional. Según la Deputación de Pontevedra, cada año recibe unos 200.000 visitantes.

Una curiosidad que también recuerdan desde Turismo Rías Baixas es que al principio la celebración se concentraba en un fin de semana y los puestos eran artesanales. Además, los grovenses, conocidos como mecos, se situaban en la entrada de la península y distribuían una bolsa con camarones y nécoras para promocionar esta celebración. Otra curiosidad es que pese a que la identidad gráfica del evento es una centolla y que durante esta fiesta se celebra la gala de entrega de los Centollos de Oros, este marisco es el gran ausente esos días, ya que en octubre se encuentra en veda por ser época de desove.

Un lugar mágico para los niños

A Toxa es un paraíso para todos. En esta isla los más pequeños también podrán disfrutar del parque llamado ‘Aldea dos Grobits’, un lugar que recrea un mundo fantástico muy similar a La Comarca de Tolkien. Se trata de un rincón único a nivel nacional y recibió el año pasado la Q de calidad turística que concede el Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE).

Este proyecto Aldea dos Grobits fue ideado en 2012 por el Concello de O Grove para recuperar el parque forestal de A Toxa, que llevaba años en situación de abandono. Después. tras casi tres años de reacondicionamiento, este lugar mágico para los niños abrió sus puertas en 2015. Desde entonces sus instalaciones reciben decenas de visitas de niños cada día.

Una famosa playa y una completa oferta de ocio

En el municipio de O Grove, aunque no en la isla de A Toxa, se encuentra la playa de La Lanzada, que cuenta con una longitud de 2.400 metros y que destaca por su arena blanca y su fuerte oleaje, ya que se encuentra en una zona de viento. El acceso a este arenal, que forma parte de la Red Natura 2000, se realiza a través de un paseo de madera.

Muy cerca de esta famosa playa se encuentra San Vicente do Mar, una localidad que destaca por su belleza y por su amplia y variada oferta de ocio, lo que la hace un destino ideal para el turismo. Además, en este lugar se encuentran las mejores playas del municipio: Espiño, A Barrosa, Farruco y Canelas. Junto al arenal de A Barrosa en el paseo marítimo se encuentra el Monumento al Voluntario, que fue instalado en 2003 como agradecimiento a los que ayudaron a paliar los daños del vertido de petróleo del Prestige, hundido en 2002.

Un paraíso para los amantes de la ornitología

Precisamente entre el istmo de A Lanzada y la zona sudoeste de la ría de Arousa se encuentra el Complejo intermareal Umia- O Grove, una zona incluida en el convenio de Ramsar, que es como se conoce a la Convención Relativa a los humedales de Importancia Internacional, especialmente como hábitat de aves acuáticas. En esta zona, los visitantes podrán tratar de avistar los más de 18.000 ejemplares que existen en la zona.

Cambados, la cuna del Albariño

Al otro lado de la ría de Arousa se encuentra Cambados, un municipio que destaca por su patrimonio, historia y, especialmente, por sus bodegas. Esta localidad está considerada «la cuna del Albariño» y ofrece múltiples atractivos para quienes quieran disfrutar del aroma de sus vinos, una variada gastronomía vinculada al mar y un señorial conjunto histórico. Se trata de uno de los pueblos más populares de la provincia de Pontevedra y cuenta con numerosos lugares de interés, como el Pazo de Fefiñáns, un edificio renacentista del siglo XVI, el de Ulloa o la Torre de San Saturniño.

Cada año Cambados acoge la Festa do Albariño, que nació en 1953 coincidiendo con la festividad de la Virgen de la Pastora, que se celebra el 28 de agosto. En esa primera edición participaron medio centenar de comensales y nueve bodegueros y resultó premiado un vino de José Rodiño Oubiña. Según indican desde la organización, el auge del concurso fue tal que tres años después se trasladó al Pazo de Ulloa,  posteriormente al pazo de Bazán y en 2005 se eligió el jardín del pazo de Torrado para su celebración. Esta fiesta fue trasladada al primer domingo de agosto en los años 60 y fue entonces cuando comenzó a abrirse al público con desfiles, catas y verbenas.