28 marzo, 2022
La Organización Mundial del Turismo (OMT) advierte de que la guerra en Ucrania truncará el proceso de recuperación de los viajes internacionales tras la pandemia de la Covid-19 y que tendrá especial incidencia sobre los mercados de Estados Unidos y Asia, que minimizarán sus viajes a Europa ante el temor al conflicto bélico que ha estallado en el centro del Viejo Continente.
«La guerra en Ucrania podría obstaculizar la recuperación de la confianza a nivel mundial. Estados Unidos y Asia podrían verse más afectados en cuanto a viajes a Europa, ya que son históricamente más prudentes frente al riesgo», explica la OMT en un comunicado en el que destaca unos datos del mes de enero que reflejan un crecimiento del 130% con respecto a 2021 y que confirmaban una tendencia al alza que ahora se verá truncada por la guerra.
El cierre del espacio aéreo de los países en conflicto y la prohibición para operar impuesta por muchos países europeos a compañías aéreas rusas están ya afectando a los viajes internos en el continente. También están provocando desvíos en los vuelos de larga distancia entre Europa y Asia Oriental, lo que se traduce en vuelos más largos y costes más elevados.
Rusia y Ucrania representaron en 2020 el 3% del gasto en turismo internacional, lo que significa que el conflicto podría causar la pérdida de 12.700 millones de euros
Rusia y Ucrania representaron conjuntamente el 3% del gasto mundial en turismo internacional en 2020 y, si el conflicto se prolonga, podrían perderse al menos 12.700 millones de euros en ingresos turísticos mundiales. La importancia de ambos mercados es significativa para los países vecinos, pero también para los destinos europeos de sol y playa. El mercado ruso también ha ganado peso durante la pandemia para los viajes de larga distancia como Maldivas, Seychelles o Sri Lanka. Como destinos, Rusia y Ucrania representaron el 4% de todas las llegadas internacionales a Europa, pero sólo el 1% de los ingresos por turismo internacional del continente en 2020.
Al hecho ya de por sí desestabilizador que supone una guerra, se suma el de que nadie puede prever, ni siquiera de forma aproximada, por cuánto tiempo se prolongarán las hostilidades y todas las actuaciones que, en forma de restricciones, se han derivado de ellas. Lo que sí tiene claro la OMT es que las pérdidas para el turismo ya se han empezado a notar.
«A pesar de que es demasiado pronto para valorar el impacto, las búsquedas y reservas aéreas en diversos canales manifestaron una ralentización una semana después de la invasión, pero registraron un repunte a principios de marzo. Sin duda, la ofensiva sumará más tensión a las ya difíciles condiciones económicas existentes, socavando la confianza de los consumidores y aumentando la incertidumbre para la inversión.», explican la OMT en referencia a la volatilidad del mercado de los viajes internacionales ante coyunturas como la ucraniana.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) estima, tal y como recuerda la OMT, que el crecimiento económico mundial podría ser este año más de un 1% inferior a lo previsto anteriormente, mientras que la inflación, ya elevada a principios de año, podría aumentar, como mínimo, un 2,5%. La reciente subida de los precios del petróleo (el Brent alcanzó su nivel más alto en 10 años) y el aumento de la inflación están encareciendo los servicios de alojamiento y transporte, lo que añade presión adicional sobre las empresas, el poder adquisitivo de los consumidores y el ahorro.