11 mayo, 2022
El Camino de Santiago ya se utilizaba en la Edad Media para redimir penas y, en la época actual, la jueza canaria Reyes Martel, magistrada del Juzgado de Menores Número 1 de Las Palmas, ha recuperado esa tradición a la hora de dictar sentencia. Esta jueza, gran apasionada de la ruta jacobea y de Galicia, ha hecho ya el Camino varias veces, muchas de ellas como acompañante de menores conflictivos o en riesgo de exclusión que pasaron por el juzgado del que es titular o que proceden de otros puntos de la geografía española.
«El Camino promueve la lucha por una meta, el saber perder y ganar, la capacidad de sacrificio… Toda una serie de valores que, quizás, los mayores no habíamos sabido transmitir. Los chicos necesitan una meta y sacarlos de su entorno es toda una aventura. El Camino es una experiencia única y cada vez que lo haces es diferente. Depende de cómo lo hagas, con quién…», explica esta jueza, que compartió una cena con los periodistas coruñeses que visitamos la isla de Gran Canaria en un press trip organizado por la aerolínea Binter y por el Patronato de Turismo de Gran Canaria.
«El Camino promueve la lucha por una meta, el saber perder y ganar, la capacidad de sacrificio… Toda una serie de valores que, quizás, los mayores no habíamos sabido transmitir»,explica Reyes Martel
La isla de Gran Canaria tiene su propia ruta jacobea, que culmina en la localidad de Gáldar, si bien los kilómetros con los que cuenta no son suficientes para obtener la Compostela. Es por ello por lo que la jueza Reyes Martel optó por el Camino Inglés, tomando como inicio de la ruta en la España peninsular la ciudad de A Coruña.
«Hacemos parte del Camino aquí en Gran Canaria, pero la isla no da para los 100 kilómetros y tenemos que completarlo. Elegimos el Camino Inglés porque somos atlánticos y Canarias ha tenido desde siempre mucha relación con las islas británicas. Además, el Camino Inglés fue el primero que permitió que se reconocieran los kilómetros hechos en Gran Canaria», comenta Reyes Martel.
No sólo los jueces que imponen este tipo de sentencias y los menores están implicados en este tipo de iniciativas. Reyes Martel, que además de ejercer como jueza es la presidenta de la asociación UP2U (Depende de ti), destaca la participación de funcionarios, voluntarios y jóvenes que ya han vivido la experiencia. En ocasiones, estos monitores y guías se convierten en una segunda familia para estos menores con problemas.
La jueza Martel recuerda el caso de una joven de Murcia que estaba en un centro de internamiento y que inició el Camino. Justo al llegar a Santiago, se enteró de que su madre, que padecía una grave enfermedad, había fallecido y encontró consuelo en la funcionaria que había caminado junto a ella durante toda la ruta y que mantuvo contacto con ella y la orientó para que tuviera un mejor futuro. «Esta funcionaria se convirtió en su referente. Encontró en el Camino una especie de hermana mayor», comenta la jueza.
«En A Coruña tenemos muchos problemas con los albergues. Los que hay a lo largo del Camino Inglés son muy pequeños y nosotros somos un grupo enorme», comenta la jueza
La única pega que pone Reyes Martel a su experiencia en el Camino Inglés es la escasez de albergues en esa ruta. «En A Coruña tenemos muchos problemas con los albergues. Los que hay a lo largo del Camino Inglés son muy pequeños y nosotros somos un grupo enorme. Y eso que A Coruña es una ciudad preciosa y con una parte antigua espectacular. Nos habría encantado quedarnos allí pero no pudimos. En 2019 éramos 302 personas, de las que 200 eran menores de distintas comunidades autónomas, y nos quedamos en el albergue de Gandarío (Bergondo)», explica la jueza.