24 agosto, 2020
El turismo activo y el ecoturismo no son deporte. Esta es la premisa de la que parten académicos de diferentes universidades para reclamar una formación más específica para los técnicos de ese tipo de turismo, muchos de los cuales desarrollan su actividad profesional tras haber obtenido un título vinculado al deporte.
«Más allá de la parte técnica, que es imprescindible, los profesionales del turismo activo y del ecoturismo necesitan también contenidos enfocados al cliente, tanto nacional como europeo, además de fomentar habilidades sociales, el trabajo colaborativo y en equipo, contemplando siempre el propio desarrollo de cada actividad con turistas en el entorno», explica Lázaro Mediavilla, doctor en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en la Universidad Politécnica de Madrid.
Una opinión similar es la de Artur Aparici, sociólogo de la Universidad Jaume I, que apunta que «interesa más un tipo de técnico que tenga formación turística» y que las empresas de turismo activo, sobre todo las del entorno rural, se ven obligadas a realizar «unas contrataciones costosas de especialistas que no son los más convenientes».
La Asociación Nacional de Empresas de Turismo Activo (Aneta) hace hincapié en que cualquier normativa aprobada para regular esa rama del sector debe especificar la formación exigida. «El problema es que la normativa no especifica qué titulaciones se necesitan, por lo que se imponen numerosos títulos deportivos y se entra a regular el turismo desde el área de Deporte», comenta el presidente de Aneta, Óscar Santos, que pone como ejemplo lo que ocurre en la Comunidad Valenciana.
Como ejemplo de lo que reclaman, los docentes universitarios y Aneta aluden al llamado proyecto Elesa, un currículum educativo que desarrolla las capacidades tanto técnicas como específicas de un profesional que lleva a cabo un servicio en el ámbito del turismo al aire libre. El proyecto está reconocido en el ámbito europeo e implantado en varios países, entre los que, por el momento, no se incluye España.
«Es importante que se tenga en cuenta este programa, especialmente porque otros países, como Reino Unido, ya tienen incluso carreras de grado, es decir, cuatro años de formación especializada en lo que denominan turismo de aventura», recalca Mediavilla.