25 marzo, 2022
En una parcela a 710 metros de altitud en Val de Bibei, O Bolo (Valdeorras), se encuentra el viñedo que produce Sorte O Soro, un vino que podría ser “el mejor blanco español de la era moderna”. Así es como se refiere a este caldo el enólogo Luis Gutiérrez, el único catador español de The Wine Advocate, la revista de vinos más prestigiosa del mundo. Esta publicación elabora la guía Parker, una cuidada selección de vinos que se puntúan en función de las valoraciones de profesionales catadores. Pues bien, aquí es donde se encuentra Sorte O Soro, un caldo que, además, goza del máximo reconocimiento: los 100 puntos Parker.
El viticultor Rafael Palacios valora muy positivamente este reconocimiento que sitúa a esta bodega al mismo nivel que los grandes productores de vinos blancos del mundo: Borgoña, Alsacia, Alemania o Campania. “Esto está más allá de un éxito local o nacional”, señala. Y es que su viaje, el que se vio obligado a emprender junto a su familia desde La Rioja hasta Galicia para poder dirigir esta bodega, ha valido la pena. Él mismo explica que llegó a esta región “con la idea de hacer un gran vino blanco y realizarse a nivel profesional” y ha logrado un reconocimiento del que gozan poco más de una veintena de vinos. «Es un hito histórico y Sorte O Soro es el primer blanco español de añada reciente en lograrlo», ha apuntado Palacios.
El viñedo cuenta con una orientación muy especial, ya que no está situado hacia el norte, como el resto de las parcelas del viticultor Rafael Palacios. Sin embargo, “tiene una brisa permanente que viene de Cabeza de Manzaneda”. Esta y otras características que tinen que ver con el carácter geoclimático de la zona, le confieren un carácter único. «Los grandes vinos tiene una identidad propia», explica Palacios.
Palacios confiesa que le resulta imposible hablar de un maridaje específico para un caldo como Sorte O Soro. «Son vinos de pensarlos, disfrutarlos, leerlos». Aunque recomienda acompañarlo con pescados grasos, con volumen, como el rodaballo o el besugo, y platos de cuchara, como el marmitako o las fabes con almejas e incluso carnes blancas o arroces. «Pero, insisto, en este tipo de vinos no soy muy amigo de los maridajes, porque hablar de un maridaje es como hablar de la necesidad de poner un palto a un producto que ya es en sí mismo gastronomía», subraya.
El cariño del viticultor a los viñedos que adquirió en 2004 se refleja en el tratamiento que estos reciben. Ya en 2005 se anularon los tratamientos de síntesis y, desde entonces, han cambiado las técnicas en distintas ocasiones. «Ahora mismo estamos trabajando con alternativas, entre ellas el preparado de infusiones», indica, «no es posible con todos los viñedos porque son más de 24 hectáreas, pero la tendencia es evitar los químicos y muchos de los tratamientos sanitarios. De hecho, Palacios explica que en sus parcelas no se utilizan pesticidas y que el cultivo se hace con tracción animal, concretamente con caballos o mulas, en vez de los motocultores que emplearon los primeros años.
La uva godello es una de las variedades autóctonas de la Denominación de Origen Valdeorras y la persona que impulsó la recuperación de esta uva hasta conseguirlo tiene nombre y apellidos: Horacio Fernández. Según explica Rafael Palacios, el que fue director de la actual Consellería do Medio Rural fue quien llevó de la mano la recuperación y puesta en valor de esta variedad a principios de los años ochenta. «Yo llegué muchos años después para disfrutar de este plan». La llegada de Palacios a Valdeorras se produjo en 2004. Fue entonces cuando adquirió una serie de sortes, nombre que recibían las parcelas que se encontraban en terrenos comunales y que se adjudicaban a los vecinos por sorteo. De ahí salieron los nombres de cuatro de los cinco vinos, todos menos Louro do Bolo, que se producen en esta bodega: Sorte O Soro, As Sortes, Sorte Souto e Sorte Antiga.