3 marzo, 2021
Observar osos pardos en su hábitat natural, admirar especies de los cinco continentes en régimen de semilibertad y en unas amplias instalaciones, contemplar el vuelo de las majestuosas aves rapaces o alimentar a un grupo de focas. Son muchas las opciones que ofrece el norte de España para contemplar la fauna y, hoy, con motivo de la celebración del Día Mundial de la Vida Silvestre, TUR 43 te presenta cinco propuestas para los amantes de los animales.
Lobos, nutrias, águilas, zorros y, si hay suerte, incluso osos pardos. En total, más de 120 especies animales habitan el Parque Natural de Saja, cuya extensión abarca parte del territorio de términos municipales como Arenas de Iguña, Cabuérniga y Cieza.
La mejor forma de descubrir todos los secretos del parque y de localizar a sus habitantes son las rutas de senderismo. Lugares privilegiados como el mirador de La Cardosa, ubicado a 1.000 metros de altura, permiten contemplar unas espectaculares vistas panorámicas de la que es una de las masas boscosas más continuas de toda la cornisa cantábrica.
Los 416 usuarios que participaron durante el pasado verano en las rutas para la observación del quebrantahuesos en los Picos de Europa, que parten del municipio asturiano de Cangas de Onís son una prueba de la atracción que las aves rapaces ejercen para los amantes de la naturaleza. La cifra es muy elevada si se tiene en cuenta que las rutas solo se organizan algunos días y están limitadas a 25 personas.
Además de escudriñar el horizonte en busca de las majestuosas aves desde lugares como el Mirador de La Reina y La Llomba, los participantes en estas rutas al aire libre profundizan en el conocimiento sobre el quebrantahuesos gracias a las explicaciones de los expertos que dirigen la actividad.
Los ingresos obtenidos con esta iniciativa turística están destinados a financiar la actividad de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, una organización que cuenta con el apoyo de entidades tan importantes como Paradores de Turismo para poner en marcha algunos de sus proyectos.
¿Quieres sentir el tacto de un rodaballo? ¿Te gustaría alimentar a las focas o ver cómo comen los tiburones? Si es así, te encantará el Aquarium Finisterrae de A Coruña, también llamado Casa de los Peces. Creado en 1999, sus instalaciones, que se nutren del agua que llega directamente del océano Atlántico, albergan 338 especies diferentes.
A los misteriosos y amenazantes tiburones y a las simpáticas focas se suman multitud de animales procedentes de las profundidades. Para los que busquen la exclusividad, existen actividades que se organizan esporádicamente y que posibilitan experiencias únicas, como la de disfrutar de una cena mientras se observa a los animales en un hábitat que simula el fondo marino.
Ver elefantes en libertad sin estar en las frías instalaciones de un zoológico tradicional es posible en el norte de España, concretamente, en el parque cántabro de Cabárceno. Este lugar, que ocupa una superficie de 750 hectáreas que en el pasado pertenecieron a una explotación minera, es famoso por el régimen de semilibertad en el que viven los representantes de las más de 120 especies animales que lo pueblan.
Salvo la alimentación, que les facilitan los cuidadores del parque, todas las actividades que realizan los animales están exclusivamente marcadas por su instinto. Así, es posible, ver peleas y luchas en la época de celo y admirar cómo los padres protegen a sus crías.
Un parque natural en pleno Pirineo de Huesca con más de 30 hectáreas y con una ruta de más de 4 kilómetros para observar especies que son o fueron en algún momento de la historia oriundas de este ecosistema montañoso. Ciervos, renos, corzos, jabalíes, linces y lobos son solo algunos de los vecinos del parque con los que el visitante puede toparse durante el recorrido.
Los animales del parque Lacuniacha, tal y como indican los responsables del mismo, han nacido en entornos controlados por el ser humano o han sido rescatados de «situaciones de cautividad inaceptables».