8 febrero, 2023
Ampliar la capacidad de producción, reforzar la misión como proyecto empresarial de economía social y comprometido con el territorio y reforzar la identidad corporativa y comercial. Estos eran los tres retos que quería cumplir Daveiga, la empresa que está detrás de las galletas Mariñeiras, con la creación de una nueva fábrica. Las instalaciones se encuentran en el polígono Industrial Os Acrivros, en Chantada, en una parcela de 12.000 metros cuadrados, y cuentan con 5.000 metros cuadrados construidos, de los que 1.800 forman el obrador. Uno de los objetivos de la compañía gallega con la puesta en marcha de una nueva fábrica era incrementar la producción del llamado pan de barco. Y lo consiguió. De hecho, la ha triplicado y ha pasado de los 5.000 kilos diarios a un total de 15.000 kilos.
Como explica el coordinador general de Daveiga, Xosé Lois Lamazares, la compañía trabaja desde 2019 con un turno de noche para atender el crecimiento de pedidos de estos últimos años. «Era una situación temporal a la que teníamos que dar respuesta con una ampliación de la capacidad de producción», apunta Lamazares. Desde la empresa gallega también explican que el éxito del proyecto se debió, en gran medida, a la coordinación en la UTE Daveiga, formada por las empresas Servium (Lalín) y Construcciones Vence (Rodeiro), la compañía de ingeniería Indutec (Lugo) y la promotora Daveiga.
Las instalaciones de Daveiga están pensadas y centradas en las personas. En el diseño del proyecto prima la comodidad y el bienestar de las personas que las van a utilizar y se caracterizan por sus amplios espacios y por los servicios de calidad que ofrecen. Además, permiten mejorar la conciliación personal y familiar de todos los trabajadores, al poder organizar la producción actual de un turno con jornada continua de mañana y, al mismo tiempo, permiten trasladar una imagen más moderna y atractiva de la compañía, lo que redundará en una mejora de la imagen comercial del proyecto.
Por otra parte, la innovación y la sostenibilidad ambiental también estarán muy presentes en el proyecto, ya que este utiliza y optimiza energías renovables, como la producción fotovoltaica para el autoconsumo; la utilización de energías fósiles menos contaminantes, como el GNL; o el aprovechamiento del agua de la lluvia para actividades no productivas, de la luz natural y el uso de materiales reciclables.
El llamado pan de barco, también conocido como bizcocho de barco, es una solución antiquísima de los marineros para conservar el pan en sus largas travesías marítimas. Esta receta tiene su origen en el siglo XV y llegó a América a través de diferentes expediciones hasta convertirse en un producto de consumo habitual. Basándose en este producto y con la intención de revitalizar el rural, tres hermanos tuvieron la idea de fundar una empresa que apostara por la autogestión y por un sistema más participativo en torno a su producto estrella: las Mariñeiras. Fue así como nacieron estas galletas que se han convertido en un imprescindible en los hogares y en la hostelería, especialmente en los cócteles y eventos, por su gran resistencia a la humedad, lo que permite que conserven su textura crujiente.
Estas galletas se han convertido en un imprescindible en los hogares y en la hostelería por su gran resistencia a la humedad
Además, hay que destacar que dentro de las tres grandes líneas (natural, bio o canapé) en las que se clasifican las galletas Daveiga existen diferentes variedades, que van desde la de aceite de oliva, hasta la de semillas de chía.