23 febrero, 2022
Lo que nació en el año 1876 como un negocio familiar es hoy un ejemplo de éxito empresarial que, desde la localidad lucense de Sarria, lleva la excelencia gastronómica de productos como la empanada a todos los puntos de España. Javier Fernández, copropietario de la panadería Pallares, explica a TUR 43 los motivos por los que las empanadas que este «pequeño templo gastronómico» vende a un ritmo de más de mil por mes han adquirido tanta fama. Pallares colabora con la Festa do Cocido do Porco Celta de la comarca de Sarria y es que la carne de esta raza autóctona de cerdo, al igual que todos los productos de proximidad que se emplean en este establecimiento, es un excelente ingrediente para una empanada.
-¿Qué supone para una panadería como Pallares participar en esta Festa do Cocido do Porco Celta?
-Es algo muy importante para nosotros porque, con la colaboración que prestamos, nos sumamos a un acto que tiene mucha importancia para la gastronomía y el turismo de toda la comarca.
-La panadería Pallares, con sus más de 140 años de historia y gracias a productos tan apreciados como sus empanadas, se ha convertido en un atractivo turístico más de la localidad de Sarria.
-Pues sí. Es como un pequeño templo gastronómico, donde vecinos y turistas pueden comprar una empanada, un pan o un dulce y disfrutar así del sabor profundo de esta zona.
-Sarria es un punto neurálgico del Camino de Santiago. ¿Pasan muchos peregrinos por Pallares para comprar víveres?
-La verdad es que sí. De hecho, la panadería aparece en muchas guías y, gracias a los influencers de las redes sociales, que ahora son tan importantes, nuestro nombre ha llegado a muchas partes del mundo.
-La empanada típica de las comarcas de Lugo es diferente de la que, por ejemplo, predomina en otras provincias gallegas como la de A Coruña.
-Evidentemente. Nuestra empanada es de pan-pan (se refiere a que la masa se asemeja más al pan por no ser hojaldrada como en otros tipos de empanada). Los productos que utilizamos son de cercanía y muy buenos, por cierto. Además, todo lo que va al relleno de la empanada va en crudo, no hay nada preparado previamente.
«Gracias a los influencers de las redes sociales, que ahora son tan importantes, nuestro nombre ha llegado a muchas partes del mundo»
-También es muy típico, sobre todo entre los vecinos de Sarria, llevar el relleno para que ustedes hagan la empanada.
-Sí, aunque cada vez menos. La tendencia, por la comodidad, es que ya lo compren todo hecho, independientemente de que la pidan con más o con menos cantidad de algunos ingredientes.
-¿Qué tal van los envíos a domicilio y la venta online?
-Lo cierto es que estamos un poco sorprendidos, porque nos llegan encargos de los rincones más inverosímiles que se puedan imaginar.
-Mencione alguno de esos lugares curiosos desde los que les llegaron pedidos.
-Pues, por ejemplo, de Gibraltar, en la otra punta de España. También nos han llamado desde Canarias, pero hasta allí, aunque hay mucha gente de aquí trabajando que tiene morriña, no podemos llegar.
-¿Cuántas empanadas pueden llegar a vender en un mes?
-Más de mil.
-¿Hay algunas fechas en las que se aprecie un importante incremento?
-Sobre todo en verano. A partir de Semana Santa ya se nota un crecimiento en las ventas debido, precisamente, a que llegan a Sarria más peregrinos y turistas.
«Pallares es como un pequeño templo gastronómico, donde vecinos y turistas pueden comprar una empanada, un pan o un dulce y disfrutar así del sabor profundo de esta zona»
-¿Cuál es la historia de la panadería Pallares?
-La verdad es que es una historia muy bonita y llena de vivencias que se ha transmitido de generación en generación. Esta profesión hay que vivirla, sentirla y amarla. Esa ilusión se sigue manteniendo. La bisabuela vivió todos los momentos difíciles, entre ellos las dos guerras mundiales y la Guerra Civil, aunque es cierto que este momento de la pandemia, del que aún estamos saliendo, fue uno de los más difíciles.