13 mayo, 2020
La polémica desatada por las imágenes de terrazas de locales hostelería llenas de gente en las que no se respetan ni la distancia de seguridad debida ni los límites de ocupación fijados por el Gobierno va camino de convertirse en una de las más encendidas de cuantas motivó la crisis del coronavirus. Más allá de los miles de críticas vertidas en redes sociales, los incumplimientos del plan de desescalada por parte de hosteleros y clientes ya han motivado cierres de establecimientos, multas, inspecciones y advertencias de las administraciones.
Una de las repercusiones más llamativas derivadas de los incumplimientos de las instrucciones para la fase 1 de la desescalada es el cierre voluntario de algunos establecimientos, cuyos dueños prefieren bajar la persiana antes que correr el riesgo de que sus clientes y trabajadores se contagien o de afrontar una sanción. A los bares de la calle Ledesma de Bilbao, pioneros en esta forma de proceder, siguieron algunos establecimientos de A Coruña. En todos los casos, la justificación del cierre fue la misma: la imposibilidad de controlar la acumulación de gente.
“Ante la irresponsable actitud de una minoría y como medida extraordinaria de concienciación social, con objeto de garantizar la seguridad de nuestros clientes y empleados, hemos decidido cerrar nuestros establecimientos hasta próximo aviso”, explica en un comunicado Dirección de Cafeterías Herculinas, responsable de los establecimientos Central Park y Roots Urban Food en la coruñesa plaza de Vigo.
La ciudad gallega se convirtió en uno de los epicentros de la polémica. Tras haber mostrado diversos medios de comunicación de ámbito nacional imágenes de las terrazas coruñesas repletas de gente, la asociación de hosteleros provincial lamentó que “el comportamiento de algunos había perjudicado a todos” y el delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada, lanzó una advertencia a los dueños de los negocios.
“Es el momento de ir con calma para avanzar con más rapidez. Quiero pedir a todos los gallegos mucha responsabilidad. Les he pedido a las fuerzas y cuerpos de seguridad que extremen la vigilancia”, expuso el delegado del Gobierno.
También el Ayuntamiento de A Coruña lamentó las incidencias. “La situación observada en algunas de las terrazas de la ciudad no responde al espíritu de la instrucción pública que se presentó para garantizar el distanciamiento social”, apuntó el Gobierno local en un comunicado.
Los primeros días de la fase 1 trajeron también las primeras intervenciones policiales y las primeras multas para los hosteleros que no cumplen. Uno de los casos más comentados es el del Bar La Frontera, ubicado en Santander. La llegada masiva de personas en horario de tarde y la lluvia formaron un cóctel que desembocó en una intervención de las fuerzas de seguridad.
El dueño del local se mostró profundamente dolido por lo ocurrido y, en declaraciones a El Diario Montañés, lamentó no haber sido capaz de controlar la situación. “Estoy tocado y hundido. Siempre he respetado las normas. Sobre las ocho de la tarde todo se transformó, comenzó a desmadrarse y se volvió incontrolable”, explicó Juan Carlos Salas al periódico cántabro.
También en el País Vasco se registraron varias entradas de la policía en locales de hostelería. Las intervenciones incluyeron simples inspecciones, advertencias y también multas. En Vitoria, según informa EiTB, la policía denunció a 7 locales, a 4 de ellos por carecer de permiso de terraza. En San Sebastián, se detectaron un total de 23 irregularidades.