30 marzo, 2020
Una oportunidad para renacer y para enmendar errores cometidos en el pasado. Así ve la Asociación Española de Enoturismo (AEE) la crisis desencadenada por el coronavirus que tanto daño ha hecho a la economía y, especialmente, al turismo. Para mantenerse mientras dure esta situación y para crecer, una vez termine, la entidad de enoturismo reclama al Gobierno y a las demás administraciones una serie de medidas que permitan el profundo «cambio estructural que exige el escenario actual».
A la demanda de que se refuercen las actuaciones encaminadas a posibilitar una mayor flexibilidad fiscal, con medidas como el aplazamiento de ciertos pagos, y laboral, con mayores facilidades para aplicar un ERTE; los profesionales del enoturismo suman la de poner en marcha ambiciosas campañas promocionales, especialmente, a través de internet.
«La herramienta para la promoción está en el entorno digital. Deben adaptarse las páginas web a una máxima calidad y usabilidad», explica la AEE, que también destaca las posibilidades que ofrecen las visitas virtuales a los entornos enoturísticos para dar a conocer el sector a nivel nacional e internacional.
Entre las muchas consecuencias negativas que ha dejado y que sigue dejando la pandemia, el enoturismo español quiere ver una luz al final del túnel y enumera algunas repercusiones positivas que esta crisis podría tener de cara al futuro. La toma de conciencia acerca del propio fenómeno enoturístico como algo distinto a la enología, el fin del intrusismo y las inmensas posibilidades de crecimiento son algunas de ellas.
«La nueva era no va a permitir el intrusismo de los empresarios vinícolas que se proclaman enoturísticos sin serlo. Además, no perderemos competitividad, porque nunca la tuvimos», expone la AEE, que recuerda que su propio nacimiento, hace cuatro años, tuvo como finalidad solucionar los problemas del enoturismo para darse a conocer en el extranjero e incluso entre los propios españoles.