11 junio, 2020
Más de 83.000 millones de euros en pérdidas y un millón de empleos destruidos. Estas son las cifras que, según los cálculos de la Alianza para la Excelencia Turística (Exceltur), dejará la crisis del coronavirus en el turismo español cuando finalice este año. Pese al desarrollo de la desescalada, con la progresiva apertura de los negocios y con el plan de abrir las fronteras el próximo 1 de julio, la previsión de Exceltur sólo mejora en un 10% el escenario que la propia organización había fijado al inicio del estado de alarma.
Exceltur considera que los datos obedecen, entre otros factores, a la incertidumbre que impera entre los profesionales del sector y los propios turistas, que han observado cómo el Gobierno cambiaba sus planes y medidas de forma continuada. A las «múltiples incertidumbres y mensajes equívocos», Exceltur añade que, en sus propias palabras, «ha faltado consistencia para estimular la demanda interna».
El turismo, tal y como explica Exceltur, «es el más vulnerable y dañado de todos los sectores de la economía española». Además, sus previsiones sitúan al país como el más afectado de toda Europa en cuanto a las repercusiones negativas de la pandemia sobre ese sector.
Para que las cifras de pérdidas y destrucción de puestos de trabajo sean menos graves de lo previsto, Exceltur aconseja que la apertura de fronteras del próximo mes de julio se extienda al mayor número posible de países.
Otra de las demandas de Exceltur es la de dedicar el 25% de los fondos europeos para la reconstrucción del sector (35.000 millones de los 140.000 millones de euros presupuestados) a una campaña de comunicación que muestre a España como un destino seguro. La organización también considera interesante ofrecer incentivos que favorezcan la demanda, algo que hicieron países como Italia, que entregará 500 euros a las familias para que viajen dentro de su territorio, y Malta, que dará a sus ciudadanos 100 euros en bonos para que los gasten en hoteles y locales de hostelería.