16 julio, 2021
“Es una posibilidad que está ahí”. Con esta escueta respuesta, el conselleiro de Sanidade de la Xunta de Galicia, Julio García Comesaña, dejó abierta la puerta a que la obligatoriedad de presentar una prueba de Covid-19 con resultado negativo o un carné de vacunación que regirá para los clientes del ocio nocturno se extienda a toda la hostelería, algo que muchos representantes del sector verían con buenos ojos como un mal necesario para evitar que medidas mucho más restrictivas se hagan necesarias en el futuro.
García Comesaña y el vicepresidente primero de la Xunta y conselleiro de Turismo, Alfonso Rueda, mantuvieron una reunión con representantes de la hostelería y del ocio nocturno en la que abordaron las medidas adoptadas esta misma semana para frenar la ola de contagios entre los jóvenes que ha provocado que, a día de hoy, Galicia ya forme parte de la lista de comunidades autónomas en riesgo extremo tras triplicar la incidencia en diez días.
La exigencia de prueba o carné de vacunación en el ocio nocturno es, junto a la limitación a diez personas de las reuniones en las terrazas de la hostelería (en el interior el tope sigue en seis), la principal medida adoptada por la Xunta, que tomó la decisión para limitar los contactos entre la población más joven y para que, de producirse estos, haya ciertas garantías que no se dan, por ejemplo, en los botellones.
“Nos encontramos ante un aumento grande de los contagios que obliga a unas disposiciones y a unos planteamientos que, quizás, no eran imaginables hace tres o cuatro semanas. La seguridad sanitaria es lo primero, aunque intentamos compatibilizarla con la actividad económica”, manifestó Alfonso Rueda tras la reunión con los hosteleros.
Xunta y hosteleros coinciden al descartar medidas como el toque de queda pues, tal y como recalcó el vicepresidente del Gobierno gallego, el fin último es controlar la pandemia y “evitar cierres innecesarios”.
También están de acuerdo los hosteleros con el plan de la Xunta para que las restricciones que se establezcan tengan en cuenta la situación sanitaria de cada zona y se adapten en función de la evolución de los datos.