11 enero, 2019
Nueva amenaza para el turismo español en 2019. El foco riesgo no se encuentra en este caso ni en Turquía, Egipto u otros destinos competidores, sino en uno de los principales mercados emisores de turistas a España: Japón. El gobierno nipón ha decido impulsar su particular tasa turística. A diferencia de la aplicada en comunidades como Cataluña o Baleares, esta no se aplica a los turistas que desean pasar unos días allí, sino a los propios japoneses que deciden hacer turismo en el exterior.
En concreto, cada ciudadano nipón se verá obligado a pagar una tasa de 1.000 yenes (unos ocho euros al cambio actual) cada vez que cojan un avión o un barco para viajar al extranjero.
La polémica medida pone en jaque a uno de los principales mercados emisores de turistas a España. No en vano, el país recibió a 444.518 turistas japoneses a lo largo del año 2017 (los últimos datos publicados). Se trata de un mercado clave para España no solo por su importante número, sino por su destacada aportación a los ingresos del sector turístico. Y es que cada turista japonés gasta una media de 2.380 euros durante su estancia en España (409 euros al día), según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Es más del doble que el resto de turistas extranjeros (1.063 por estancia y 137 euros por día).
De esta forma, el controvertido tributo japonés amenaza con poner en riesgo la llegada de unos turistas con un perfil cultural más marcado y cuya presencia se hace notar, sobre todo, en museos o en el Camino de Santiago.
El Gobierno nipón cifra en unos 50.000 millones de yenes (400 millones de euros al cambio actual) la recaudación anual que aportará esta tasa. El dinero que se ingrese irá dedicado, según el Ejecutivo asiático, a implantar un sistema de reconocimiento facial en los aeropuertos del país para agilizar la llegada de turistas. Es una de las medidas que prepara de cara a los Juegos Olímpicos de Tokio. Estos se celebrarán entre los meses de julio y agosto de 2020 y se espera que atraigan a varios cientos de miles de visitantes extranjeros. Como ejemplo, los Juegos Olímpicos de Londres sirvieron para atraer a 871.000 visitantes a la capital británica.