7 febrero, 2024
El subdirector general de Conocimiento y Estudios Turísticos de Turespaña, Julio López Astor, habla del 2023 como el año de la recuperación turística. Doce meses, celebrados por el sector en la 44 edición de Fitur, en los que, además de alcanzarse flujos de turistas previos a la pandemia, el gasto turístico aumentó más que las llegadas. Un año en el que también se han producido fenómenos que parecen apuntar a una desestacionalización del turismo. De momento, según López Astor, es pronto para confirmar dicha tendencia, pues “hacen falta más que un par de data points” pero, continua, “hay razones de fondo que sí nos invitan a pensar que eso es así”.
Uno de los segmentos mejor situados en el mapa turístico español es la España Verde, que conforman las comunidades de Galicia, Asturias, Cantabria y Euskadi. Las estimaciones de Turespaña señalan un aumento del gasto turístico en esa zona cercano al 34 % respecto a 2022 y del 42 % respecto a 2019. En cuanto al número de visitantes, la previsión es que aumente un 10 % respecto a 2019, mientras que en el resto de España es del 1 %. Una “tendencia positiva” que, en palabras de López Astor, emplaza la España Verde, como uno de los segmentos turísticos “mejor posicionados” a día de hoy.
– ¿Qué balance hace del año 2023?
El 2023 ha sido un año de recuperación completa del turismo. No tenemos las cifras definitivas del año porque falta el mes de diciembre. Pero las previsiones que hemos hecho del mes de diciembre con la serie temporal van en línea con lo que ha estado pasando durante todo el año. La recuperación ha ido cogiendo fuerza, sobre todo, lo más destacable, además de que se hayan alcanzado las cifras de turistas que tuvimos en 2019, es que ha aumentado bastante más el gasto que el número de llegadas y que las llegadas en octubre noviembre, por ejemplo, han sido bastante superiores al ritmo de crecimiento que ha habido en el verano. Eso en general en España. Son dos notas muy positivas de la evolución. No tanto el número de turistas, que al final no nos dice realmente nada sobre la salud del sector. El número de turistas, si vienen todos en el mes de agosto, pues no es una buena noticia. Y si no se distribuyen geográficamente un poco mejor, pues tampoco es una buena noticia, porque al final los recursos son limitados, pero se han distribuido algo mejor los flujos, temporalmente sobre todo.
– ¿Prevén que viajar en esos meses se convierta en una tendencia?Pensamos que se puede convertir, sí. Todavía no es una tendencia, porque en una serie temporal hace falta más que un par de data points para que se pueda considerar una tendencia. Pero hay razones de fondo que sí nos invitan a pensar que eso es así. Hay que tener en cuenta que cada vez hace más calor en España y en Europa, y entonces la gente a lo mejor tiene menos necesidad de salir del centro del norte de Europa hacia el sur en verano, pero sin embargo, en invierno, las temperaturas son más agradables y eso puede ser un motivo. Además de que hay más flexibilidad laboral y también hay más gente que puede trabajar a distancia después de la pandemia. Con lo cual ya no hay una vinculación tan grande a las vacaciones tradicionales. Es un movimiento progresivo que pensamos que se va a consolidar y eso es bueno porque permite que los recursos turísticos, las infraestructuras, se aprovechen mejor. Esa es una gran aspiración del turismo español. Yo llevo unos cuantos años en esto, desde el 1992, y siempre es la misma cantinela: desestacionalizar. El problema siempre ha sido que una buena parte de nuestro turismo es vacacional y está ligado al clima.
– ¿Ha cambiado, tras la pandemia, lo que demandan los turistas?
En cierto sentido, sí. Lo que pasa es que a mí me gusta hablar sobre datos, no sobre impresiones. Y todavía es pronto. El primer año completo de recuperaciones ha sido este 2023 y no tenemos la serie completa para entrar a ver qué es lo que más ha crecido, qué motivos de viaje han crecido más que otros o qué productos han crecido más que otros. De todas formas, sí que, intuitivamente, parece que el turismo de naturaleza ha crecido algo más.
Para que el turismo sea sostenible tiene que ser rentable a largo plazo. Los turistas que vienen tiene que quedar satisfechos para que quieran volver en el futuro. Si no, no es sostenible
– Esas tendencias, imagino, sirven para orientar las campañas de promoción turística de Turespaña
Nosotros, como subdirección de conocimiento, lo que hacemos es analizar todas las variables e informar a los que toman las decisiones en Marketing y Estrategia. Pero entiendo que sí, que todo debe influir en cómo se orientan las campañas. Hace poco el Gabinete de Estudios de La Caixa publicó un estudio muy interesante sobre la correlación entre las temperaturas medias y el gasto turístico. Nosotros tenemos pendiente ver si eso se replica en el turismo internacional, porque ellos lo han hecho con gasto de tarjetas de La Caixa, lo que ellos controlan. Nosotros tenemos intención de comprobar hasta qué punto eso se extiende al gasto internacional. La hipótesis de trabajo es que sí, que puede ser que esté ocurriendo. En cuyo caso, pues, es una oportunidad para el norte.
– En los últimos años, en España también se reflejan muy buenas cifras en cuanto al turismo MICE, sobre todo Madrid, como cuna de este tipo de turismo. ¿Se prevé que siga aumentando?
El MICE se ha reactivado con fuerza. Ha sido el segmento que más ha sufrido con la pandemia con diferencia. Además, lo conozco bien porque yo hasta septiembre de 2020 estaba llevando este producto en Alemania, en la oficina de Frankfurt, que es la que lleva el turismo MICE. Fue un golpe brutal para todo el sector turístico, pero para el sector de reuniones más, con el miedo de que las nuevas tecnologías y los meetings online y todo esto fuera a ser la sentencia de muerte de la industria. Y lo que se ha visto es que se ha vuelto con más ganas. Es decir, que después de dos años de reunirse en Teams, la gente está deseando reunirse en persona porque nada sustituye el encuentro cara a cara. Entonces sí, hemos visto… Tras dos años sin celebrarse reuniones apenas, había una demanda embotellada. Y la cuestión ahora es lo que veremos en los próximos meses. Si esto es sostenible en el tiempo o es un efecto gaseosa. Todas las reuniones que no se han podido celebrar, se están programando ahora durante 2023 y 2024, porque estas cosas se programan con mucha antelación… Es un mercado que funciona con una programación a muy largo plazo. La clave va a ser 2025.
La gente que está muy en contra del turismo generalmente hace mucho ruido, pero no necesariamente es una mayoría de la población
– Otro de los ejes del turismo actual es la sostenibilidad…
Bueno, desde mi área, nos ocupamos de la medición. La medición es importante porque además es un gap muy fuerte que tenemos en sostenibilidad. Sabemos cuántos turistas vienen, cuánto se gastan, cuántos pasajeros aéreos vienen, cuántos asientos hay en los vuelos, pero qué impacto tienen, hasta qué punto son sostenibles o si tienen un comportamiento sostenible…Todo esto hay que poder medirlo porque si no lo medimos no sabemos si estamos yendo en la dirección correcta o si hay que introducir medidas correctoras. Y ahí es donde estamos trabajando nosotros en concreto. Actualmente tenemos un proyecto para desarrollar un indicador de medición de la actitud de los residentes ante el turismo, que es uno de los componentes clave de la sostenibilidad. La sostenibilidad no es solo el medioambiente, no es solo la huella de carbono o el reciclaje. Un destino tiene que ser sostenible y respetuoso con el medioambiente. Pero hay otros componentes. Para que el turismo sea sostenible tiene que ser rentable a largo plazo. Los turistas que vienen tiene que quedar satisfechos para que quieran volver en el futuro. Si no, no es sostenible. Y eso lo llevamos ya dos años midiendo a través de una encuesta de satisfacción del turista no residente. Una de las cosas que medimos es cómo están satisfechos con la sostenibilidad de su viaje y hasta qué punto el destino está tomando medidas en ese respecto.
– Tenéis en marcha un nuevo proyecto que persigue medir la sostenibilidad social
Sí. El proyecto busca medir otro de los aspectos de la sostenibilidad: la sostenibilidad social, desde el punto de vista de la población local. La percepción que tiene la población. Este año tenemos previsto desarrollar una encuesta online de paneles muy ambiciosa, con 26.000 encuestas, dividida en dos oleadas de 13.000. Con la idea no solo de poder medir en una escala de -10 a +10 o de -100 a +100, sino de saber cuál es la actitud. Poder cuantificarlo.
La gente que está muy en contra del turismo generalmente hace mucho ruido, pero no necesariamente es una mayoría de la población. Puede que sí, puede que no, esto no lo sabemos. Buscamos poder poner una cifra eso. Y luego averiguar qué factores están influyendo en esa percepción. ¿El tráfico, la polución, la pérdida de identidad, la carestía de la vida? O en la percepción positiva. ¿La creación de empleo, una mayor oferta de ocio? Hay muchísimas cosas que pueden estar influyendo y en cada destino puede ser distinto. Esta información es clave para la gestión del destino y es clave también para orientar la promoción turística. Y porque esto puede ser un mensaje que ahora mismo puede contrarrestar la turismofobia.