21 julio, 2019
PABLO LÓPEZ /
El anuncio de la implantación de un sistema por estrellas similar al de los hoteles para las casas rurales de Galicia ha abierto el debate entre los propietarios de este tipo de alojamientos, que coinciden al señalar la necesidad de establecer una normativa básica común para toda España, pero difieren en sus opiniones sobre si la adopción de un símbolo determinado para la calificación es o no una buena idea.
Ya sean los que desean una calificación común con estrellas u otro símbolo similar o los que rechazan algo que pueda hacer que se les equipare a unos hoteles con los que no se identifican, todos los dueños de los establecimientos que hablaron con TUR 43 opinan que es necesario unificar criterios en cuanto a los servicios básicos que debe tener una casa rural para ser considerada como tal.
«Es necesario que los parámetros fundamentales sean los mismos, que haya una norma común a toda España que diga que un alojamiento rural tiene que tener esto, esto y esto otro. No se trata de unificarlo absolutamente todo, pues cada comunidad tiene sus peculiaridades, pero sí de poner unos parámetros mínimos«, sostiene Ana Llera, propietaria de la casa rural Las Calderas, ubicada en la localidad cántabra de Santillana del Mar.
También defiende esa unificación normativa María Josefa Vega, que regenta Casa Jesusa en el municipio asturiano de Carreño. «Lo lógico sería que tuviéramos un marco común básico en el norte de España y luego ya las peculiaridades de cada caso. Los criterios básicos exigidos para una determinada categoría, como pueden ser los metros cuadrados o la distancia a una carretera, deberían ser los mismos para todos», explica Vega, que recuerda que en Asturias existe actualmente una calificación por trisqueles que, según indica, es mucho más exigente que la que funciona en otras comunidades autónomas.
Desde Galicia, Cesáreo Pardal, se suma a la exigencia de que las administraciones alcancen acuerdos para redactar e implementar unas reglas comunes para todas las casas rurales de España. «Lo normal es que haya una regulación en todo el territorio nacional. Queremos un criterio único», declara el presidente del Clúster de Turismo de Galicia, que añade que ese marco común «debe establecerlo el Gobierno de España y no la comunidad autónoma».
El equipo de Escapada Rural, portal de internet dedicado a este tipo de turismo, recoge las reivindicaciones de los propietarios de los negocios y espera que, de haber nuevos intentos para unificar criterios, estos sean más fructíferos que los que se produjeron hasta la fecha.
«La información sobre el plan del Gobierno gallego ha servido para retomar un debate que ya había salido a la luz hace años. Recuerdo que en 2013 hubo una iniciativa de unificación porque, como ocurre ahora, había mucha disparidad entre comunidades. Cataluña se negó y se quedó con la calificación por espigas, que es la que hay en Francia, y aunque supuestamente todas las demás iban a adoptar unas estrellas verdes, solo Castilla y León acabó implantando ese sistema», relata la directora de Comunicación y Relaciones Institucionales de Escapada Rural, Ana Alonso, que está de acuerdo con los propietarios de los negocios al demandar «criterios comunes».
La unidad de los dueños de las casas rurales con respecto a la exigencia de un marco normativo básico común para todas las comunidades autónomas se rompe cuando el tema analizado es la implantación de una calificación por estrellas. Unos apoyan la medida y consideran que esta daría prestigio a sus negocios, otros sostienen que resulta descabellado elegir para sus establecimientos el mismo símbolo que tienen los hoteles y otros, a medio camino entre ambos, solo aceptan las estrellas si los requisitos para obtenerlas son los mismos en todas las comunidades autónomas.
La asturiana María Josefa Vega está a favor de las estrellas y opina que usar un símbolo igual o similar al de los hoteles es, pese a las diferencias entre estos y los alojamientos rurales, una buena idea. «Me parece bien que sean estrellas. En los hoteles están las estrellas y lo ideal sería que el símbolo fuera el mismo para nosotros», comenta la propietaria de Casa Jesusa.
La postura de Vega contrasta con la que sostiene, desde Cantabria, Ana Llera, que considera ridículo que el símbolo para calificar una casa rural sea el mismo que el que evalúa la calidad de un hotel. «No creo que el alojamiento rural pueda compararse con un hotel. Parece mentira que se siga insistiendo», critica Llera, que recuerda que todos los intentos para instaurar las estrellas en los alojamientos rurales fueron fracasos.
Cesáreo Pardal, en Galicia, muestra cautela y, aunque ve con buenos ojos la implantación del sistema por estrellas, cree necesario esperar a que la administración de su comunidad autónoma enseñe su propuesta. «Estamos esperando a que la Xunta nos presente el texto, porque hemos tenido una reunión y quedó en mandarnos el borrador. Tenemos constancia de que las estrellas están en marcha en Castilla y León, pero de poco sirve si el resto de comunidades no las tienen», declara Pardal.
Ana Alonso, de Escapada Rural, dice no tener claro si la estrella es el símbolo adecuado, debido a las posibles confusiones con los hoteles que pudieran surgir, pero sí defiende que exista un único sistema para calificar a todas las casas rurales que permita que los clientes puedan saber qué tipo de servicios encontrarán en ellas. «Equiparar el rural con los hoteles no funciona. Muchos propietarios están contentos con las espigas. Lo que está claro es que tiene que ser un sistema que ponga al usuario en el centro y que sea fácilmente comprensible. Hay que dar una mínima información e ir a lo esencial«, opina esta experta en turismo rural, que añade que, se opte por lo que se opte, será necesaria una campaña de información.
Parece claro, a juzgar por las declaraciones de los propietarios de las casas rurales, que la implantación de las estrellas todavía no ha logrado convencer a todo el sector, si bien las administraciones tienen el visto bueno general para empezar a trabajar en una normativa que unifique los criterios básicos exigidos a los alojamientos y es que, como recalca la cántabra Ana Llera, «habrá que empezar la casa por los cimientos».