20 mayo, 2019
¿Es el deporte de aventuras una nueva forma de hacer turismo? Acontecimientos deportivos de masas como los 10.000 del Soplao atraen a miles de personas a áreas geográficas con una baja afluencia turística en los meses primaverales. Con más de 8.000 personas iscritas procedentes de hasta 16 países distintos, la participación en pruebas de este tipo atrae a decenas de miles de personas (entre participantes y acompañantes) a diferentes localidades de montaña en Cantabria.
Las pruebas de esta Parque Natural Saja Besaya y Parque Natural de Oyambre, entornos por los que discurren las pruebas de BTT, carretera, ultramaratón, maratón, ruta a pie, combinado de montaña, Soplao Man/Woman, 10 km aguas abiertas, ruta adaptada y Ebike BTT.
En el año 2014 se introdujo por primera vez la ruta adaptada del Soplao que posibilita la participación de personas con movilidad reducida y familias con niños pequeños que utilicen sillita o carro de bebé. Con esta modalidad y tras trece ediciones, la prueba ha ido creciendo hasta convertirse en un auténtico fenómeno deportivo y de turismo experiencial que gira en torno a algunos de los atractivos más importantes de la región cántabra como las cuevas del Soplao.
Un total de 8.258 personas arrancaban en la línea de salida este fin de semana. Las diferentes pruebas se vieron afectadas en distinta medida por las inclemencias metereológicas que obligaron a recortar parte del recorrido en sus puntos más peligrosos.
Deporte, turismo y protección del entorno
Las pruebas de los 10.000 del Soplao son una demostración de que el respeto por el entorno tiene que ir de la mano del deporte y el turismo, Por eso, distintos colectivos han colaborado para proteger lo máximo posible el entorno natural en que se celebra la prueba. SEO/BirdLife y Ecoembes son los responsables del proyecto ‘Libera’, encargado de concienciar sobre la importancia de mantener limpios los entornos naturales. Este año, el que haya tirado cualquier residuo fuera de las zonas habilitadas para ello ha quedado descalificado de la prueba.
Para tratar de atajar el problema de la ‘basuraleza’ se ha incorporado en el reglamento de la carrera que tirar cualquier residuo se considera una falta grave. De esta forma, los jueces y voluntarios de la prueba hicieron un seguimiento especial para comprobar que se cumpliera la norma y los espacios naturales se mantuvieran limpios.