12 febrero, 2021
Las imágenes de las instalaciones del Open de Australia de tenis repletas de público dieron la vuelta al mundo y llevaron a muchos a destacar el éxito que el país había tenido en su estrategia de control de la pandemia, con algunas de las restricciones más duras para los viajes internacionales. La idílica situación, sin embargo, se truncó esta semana y lo hizo a raíz de un brote “hiperinfeccioso” del coronavirus surgido, precisamente, en uno de los hoteles de Melbourne en los que los tenistas participantes en el torneo se vieron obligados a pasar una cuarentena.
La ciudad australiana permanecerá cerrada, como mínimo, durante los próximos cinco días. Aunque no se pronunció expresamente acerca del campeonato de tenis, el gobernador del estado de Victoria, Daniel Andrews, mencionó que los recintos deportivos también permanecerían cerrados al público.
El confinamiento de Melbourne y del estado donde se ubica, el segundo más poblado de Australia con cerca de 7 millones de habitantes, únicamente permitirá que las personas salgan de sus hogares para hacer la compra, para ir al médico o para acudir a su puesto de trabajo, siempre en este último caso que la labor profesional que desempeñen tenga la consideración de esencial.
Por el momento, aunque sea sin público, el torneo de tenis seguirá adelante, aunque deberá hacerlo con los mínimos trabajadores posibles. Además, los jugadores únicamente podrán desplazarse para ir del hotel a la cancha y de la cancha al hotel.
Los datos epidemiológicos de Australia son mucho mejores que los de otros países. Con más de 25 millones de habitantes, únicamente ha registrado 28.887 contagios y 909 fallecidos. España, con 46,94 millones de habitantes, ha contabilizado ya 3.041.454 contagios y 64.217 muertes.