11 agosto, 2023
Internet está llena de páginas web, foros y blogs que sitúan el inicio del surf en España a finales de la década de los años 50 y principios de la de los 60. Según diferentes autores, la práctica de esta modalidad deportiva en nuestro país surgió en diferentes zonas del norte del país, las integradas en lo que hoy conocemos como España Verde, entre los años 63 y 65.
En este sentido, distintas fuentes se muestran unánimes al destacar que Asturias, País Vasco y, sobre todo, Cantabria fueron las zonas pioneras en las que surgieron las primeras tablas de esta, hoy tan popular, disciplina deportiva.
Una disciplina íntimamente ligada al turismo y que cada vez cuenta con más fieles y adeptos. En la actualidad, son muchos los viajeros, sobre todo jóvenes, que eligen su destino vacacional en función de su aptitud para la práctica del surf.
Se ha documentado que la primera tabla de surf llegó a España a finales de los años 50 de la mano del guionista estadounidense Peter Viertel, autor de la película Fiesta rodada en Pamplona. Viertel decidió traer esta herramienta para practicar un deporte que ya era relativamente célebre en su país de origen, Estados Unidos.
La estética surfera que se originó con la llegada de esta modalidad deportiva a nuestro país supuso un fuerte contraste con la que era la normativa playera en la España de la época. Sin duda, el surf puede considerarse un elemento más del bum y del aperturismo turístico que vivió nuestro país durante la década de los 60, la que sería la penúltima de la dictadura franquista. Aun más, además de producir cierto cambio de mentalidad en nuestro país, el impulso del surf estuvo vinculado al desarrollo de numerosas zonas costeras del territorio del norte de España.
Cantabria fue una las primeras áreas geográficas de nuestro país en las que se practicó esta modalidad deportiva
Poco a poco, su práctica se fue extendiendo y en 1969 apareció la primera estructura federativa de este deporte, la Sección Nacional de Surf. Se organizó muy rápido a nivel federativo, convirtiéndose en líder en Europa y recibiendo una gran ayuda gubernamental.
Por la naturaleza de sus costas, la España Verde sigue siendo ideal en la actualidad para la práctica del surf. De entre todas las playas del norte del país, las de Cantabria son probablemente las más proclives para que los amantes de esta disciplina puedan gozar de su deporte favorito.
En este sentido, tal y como señala la web Turismo de Cantabria, las mareas vivas y los suaves vientos han propiciado en esta autonomía el desarrollo de esta modalidad deportiva que, cada año, atrae a más aficionados.
De hecho, en Cantabria se situó durante mucho tiempo un récord muy singular: el de longitud de ola más alta registrada en el país (26,13 metros). Ribamontán del Mar, junto a Suances, Noja y San Vicente de la Barquera pueden considerarse, en nuestros días, las cuatro reservas naturales más relevantes para la práctica del surf en territorio cántabro. Estas zonas cuentan con amplios arenales, que se extienden a lo largo de kilómetros de litoral, y playas idóneas para el disfrute de esta disciplina.
Hoy esta autonomía continúa siendo uno de los paraísos del surf dentro de la Península Ibérica
Aunque el surf se puede practicar en casi toda la costa cántabra, las playas más visitadas por los amantes de este deporte son las de Somo, Loredo y Galizano. También Berria, la Primera del Sardinero, Canallave y Valdearenas son enclaves perfectos para gozar del surf. Todo esto sin olvidar otros arenales como El Merón, Los Locos, Ris, Pombera o El Brusco.
En definitiva, multitud de zonas de costa que hacen las delicias de los aficionados a un deporte que goza de popularidad creciente y a cuya práctica cada vez se acerca más gente.
Pero no solo las costas cántabras son perfectas para ser surfeadas. A otras zonas del litoral de la España Verde llegan, sobre todo en verano, muchos visitantes para practicar surf. En este sentido, Euskadi, Cantabria, Asturias y Galicia cuentan con más de medio centenar de lugares idóneos para practicar el mejor surf.
Cientos de kilómetros de costa con todo tipo de playas (urbanas, salvajes, a mar abierto, en rías…) con marejadas todo el año, olas de excelente calidad y una gran variedad de tamaños y rompientes. Playas, todas ellas, que no debes dejar de conocer si estás entre los que disfrutan de una disciplina deportiva que conjuga, como ninguna otra, actividad física y naturaleza (en este caso, el medio marino).