18 abril, 2022
La Ruta del Txakoli, que se extiende por el territorio alavés que conforman las comarcas de Ayala y Alto Nervión y que recorre los municipios de Ayala, Amurrio, Artziniega, Llodio y Okondo, es la última incorporación a la Asociación Española de Ciudades del Vino (Acevin).
“Al recorrer esta comarca, el enoturista descubrirá la cultura relacionada con este singular vino elaborado en el País Vasco, el txakoli, un vino de color amarillo pálido, afrutado, fresco, con un toque ácido y, en el caso alavés, con un ligero matiz carbónico natural”, explicaron los responsables de Acevin tras la aprobación de esta incorporación por la Junta Directiva.
La comarca de Ayala es la única de la provincia de Álava en la que el clima y la orografía permiten producir txakoli. Los testimonios escritos más antiguos que hablan del txakoli en esta zona se remontan al siglo IX y atestiguan que, ya entonces, la producción del mismo era práctica común y generalizada entre los agricultores del valle de Ayala, particularmente en Amurrio, Ayala y Llodio. La palabra txakoli, según los investigadores, significa “vino de caserío” o “vino que se hace en el caserío”.
Con la incorporación de la Ruta del Txakoli, la marca Rutas del Vino de España alcanza los 35 destinos repartidos por toda la geografía nacional y a los que durante este mismo año 2022 es de esperar que se sumen otros, como Uclés (Cuenca), Méntrida (Toledo) y Almansa (Albacete) que, tras el período de formación de sus propias rutas, se encuentran en la fase final de auditorías para llegar a ser una Ruta del Vino de España.
Las auditorias de calidad recogidas en el Manual de Producto de Rutas del Vino de España son el símbolo de la seriedad y la fortaleza de esta marca, que se ha convertido en el referente del enoturismo de nuestro país y que cuenta con el respaldo de la Secretaría de Estado de Turismo y de Turespaña.
Todas las rutas que forman parte de la marca Rutas del Vino de España se someten periódicamente a auditorías que certifican el mantenimiento de los estándares de calidad exigidos. Así, en la Junta Directiva de Acevin, también se ha renovado la certificación de algunas de las rutas, como la Ruta del Vino Arlanza, la Ruta del Vino de Cariñena, la Ruta del Vino de La Garnacha, la Ruta del Vino de La Mancha, la Ruta del Vino Lleida, la Ruta del Vino de Toro y la Ruta del Vino Valdepeñas.
“La apuesta por el enoturismo se ha revelado como una de las líneas más completas a la hora de potenciar la economía de las zonas rurales. Este modelo no sólo ofrece la cohesión territorial mediante la cooperación público-privada, sino que ensambla a la perfección muchas de las experiencias que busca el viajero. En los últimos años, además, el enoturismo se ha identificado como un producto seguro, alejado de grandes masificaciones turísticas”, recalcan desde Acevin.