23 mayo, 2023
Asturias es conocida por su gastronomía, su cultura y su naturaleza exuberante. Pocos territorios pueden presumir de acoger tal cantidad de atracciones turísticas en poco más de 10.000 kilómetros cuadrados. Además de playa, montaña y cultura, el Principado esconde en su subsuelo todo un conjunto de tesoros ligados a su antigua actividad minera.
No hay que olvidar que la comunidad fue uno de los principales focos de la industrialización española durante todo el siglo XX. Un proceso ligado fundamentalmente a la extracción de carbón de los frondosos valles asturianos. Como resultado, hoy en día se pueden visitar muchas de las estructuras subterráneas de aquella época reconvertidas en museo.
El Principado esconde en su subsuelo todo un conjunto de tesoros ligados a su antigua actividad minera
A solo 30 minutos en coche, en el concejo de Langreo, se encuentra el Ecomuseo Minero del Valle de Samuño. El entorno fue un importante centro de extracción de hulla desde la década de 1880 en adelante. La mina fue cerrada en 2001 y reconvertida en museo en 2013.
Actualmente se puede recorrer el antiguo trazado minero en tren y adentrarse en las profundidades de la tierra para conocer de primera mano como eran las condiciones de vida de los trabajadores. Además, el conjunto museístico está situado en un escenario de lujo, el valle del río Samuño, afluente del Nalón.
Este fin de semana, el Campo Municipal de Golf de Las Caldas (Oviedo) acogerá las prueba clasificatoria del III Circuito Internacional de Golf TUR 43. A 500 metros se encuentra el complejo hotelero de Las Caldas Villa Termal.
Unas instalaciones de lujo donde descansar y desconectar del estrés del día a día a través de su oferta de spa y sus centros clínicos y deportivos. El recinto tiene su origen en una casa de baños erigida en 1776 aprovechando los beneficios de las aguas termales subterráneas que circundan la zona. Además, el balneario cuenta con una piscina exterior que se puede utilizar todo el año.
El edificio se encuentra en un entorno de ensueño en la desembocadura del valle del río Nalón. Un entorno perfecto para olvidarse de las preocupaciones y recargar pilas. Además, los huéspedes podrán disfrutar de relajantes baños en aguas bicarbonatadas y minerales.
A pocos kilómetros de Samuño se encuentra Pozo Sotón. En esta mina, los visitantes podrán descender hasta los 556 metros aproximadamente. El pozo fue construido durante la segunda década del siglo XX y en su interior los turistas podrán barrenar o subir a un tren de personal. En el exterior de las instalaciones se podrá observar la Sala de Máquinas, la garita del embarcador y los sistemas de comunicación empleados en el interior.
La actividad no está indicada para personas que sufran afecciones respiratorias o claustrofobia.
Los atractivos del turismo industrial asturiano no están solamente en el subsuelo. En la superficie también se pueden visitar auténticas obras maestras de la arquitectura. Ese es el caso del Poblado Minero de Bustiello situado en el concejo de Mieres, a 27 kilómetros de Oviedo. El pueblo fue levantado entre 1890 y 1925 por orden de Claudio López Bru, propietario de la Sociedad Hullera de España, compañía encargada de la explotación de numerosas minas en la zona. La idea era proporcionar un hogar digno a los empleados que trabajaban en la extracción del carbón en condiciones penosas e insalubres.
Por ello, el arquitecto Lluís Domènech i Montaner, considerado padre del modernismo, diseñó esta villa siguiendo un esquema racional con parcelas bifamiliares que contaban con luz y agua corriente además de un economato y casino que daban servicio al pueblo. Todas estas comodidades hacían de la localidad un núcleo urbano autosuficiente. Dentro del conjunto arquitectónico destaca su Iglesia, construida en estilo industrial y que reúne numerosos guiños al mundo de la minería.
A 45 minutos en coche de Oviedo, se encuentra el Parque Natural Las Ubiñas-La Mesa. Este espacio es ideal para los amantes del senderismo y la naturaleza. Una de las rutas más conocidas es la Senda del Oso. Un recorrido de más de 50 kilómetros siguiendo el trazado de una antigua vía férrea usada para transportar carbón.
El itinerario se divide en tramos de diferente longitud y dificultad. El más popular es el que discurre entre las poblaciones de Tuñón y Entrago. Los senderistas podrán admirar los pronunciados barrancos y atravesar los más de 30 túneles que componen la travesía.
La ruta termina en Cueva Huerta, una de las mayores cavidades asturianas con más de 14,5 kilómetros de longitud. Para acceder a ella es necesario hacer reserva y se puede elegir entre un recorrido corto de unos 300 metros o uno más largo que incluye una iniciación a la espeleología.