16 marzo, 2020
Los vecinos de las localidades de veraneo de Cantabria, al igual que los del municipio gallego de Sanxenxo, sienten temor, en estos tiempos del coronavirus, ante la reciente llegada de visitantes que tienen en ellas su segunda residencia. Residentes y alcaldes de poblaciones como Comillas, Noja y Suances han percibido un incremento de madrileños, vascos y riojanos en las calles de sus villas, circunstancia que también perciben los responsables de los negocios de hostelería y casas rurales que han cerrado debido a la crisis.
“Esas zonas están sufriendo la avalancha de gente que tiene su segunda residencia y también los universitarios están volviendo a casa. El impacto que esas llegadas tendrá en Cantabria será bastante importante, porque esa llegada de gente contribuye a la propagación del virus”, explica Ana Llera, que regenta una casa rural en el municipio de Santillana del Mar.
Alcaldes de los municipios afectados han manifestado su disconformidad y lamentan no disponer de herramientas para evitar que se produzcan fenómenos como el incremento de las llegadas de foráneos en una época de alarma y crisis sanitaria como la que vive todo el país actualmente.
Los ayuntamientos, una vez asumido que los visitantes ya están en sus municipios, hacen un llamamiento para que se queden en sus casas, algo de lo que parece difícil convencer a algunas familias que tienen muy asociadas esas localidades al asueto vacacional.
“No se tomen sus estancias entre nosotros como si fuera Semana Santa, porque no lo es”, exhortó la alcaldesa de Comillas, Teresa Noceda, a modo de advertencia a todos aquellos que, contrariando a los vecinos habituales de la localidad y al propio Ayuntamiento, llegaron estos días a su tradicional lugar de veraneo.
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