16 marzo, 2020
“Lo que muestra esta crisis es la enorme vulnerabilidad de una ciudad que se ha especializado demasiado en el turismo”. Con estas contundentes palabras se refiere el vicepresidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona, Albert Recio, a los problemas económicos y sociales que causará el coronavirus en la capital catalana.
Recio explica que para los negocios vinculados al turismo es mucho más difícil recuperar las pérdidas que para otro tipo de industrias, como las relacionadas con la fabricación de bienes de producción. “Hay empresas que pueden recuperarse antes, pero el turismo es un producto que, si pierde la temporada, ya no se recupera”, expone el dirigente vecinal, que cree que Barcelona se convertirá, en 15 días, una ciudad muerta de turistas”.
Menos duro se muestra Recio con los turistas a los que el estado de alarma sorprendió cuando ya estaban en la ciudad, muchos de los cuales, según denunciaron algunos residentes a través de las redes sociales, siguen paseando por las calles como si nada ocurriera. Para Recio, se trata de un problema con fecha de caducidad, que terminará cuando esos turistas regresen a sus lugares de origen y no lleguen otros nuevos.
“Es un problema residual, porque cuando se cierra la ciudad, el turista no llega. Al fin y al cabo, al turista que ya está en Barcelona, si cierra todo, solo le queda pasear”, comenta Recio, que se pregunta por qué está prohibido que una persona pasee sola y que, sin embargo, esté autorizado que lo haga con su perro.
No es la primera vez que la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona critica el excesivo peso que el turismo ha alcanzado en la ciudad. El pasado verano, cuando la capital catalana registró un incremento en los índices de delincuencia, el propio Recio advirtió de que determinados delincuentes sienten predilección por las urbes con mayor número de visitantes.