3 junio, 2023
Las patatas más famosas de Galicia ya están disponibles en un nuevo formato. El nuevo packaging individual de Bonilla a la vista consiste en una lata de 40 gramos, la hermana pequeña de la “famosísima lata de medio kilo”. Desde la marca gallega la definen como “la benjamina de la familia“, ya que se encuentra a caballo entre las bolsas de 30 y de 50 gramos.
El nuevo packaging de Bonilla a la vista es una lata de 40 gramos
De profundas raíces gallegas, la familia Bonilla es la responsable de una cadena de churrerías que es ya parte de la iconografía histórica de A Coruña y cuyas patatas fritas han alcanzado fama mundial. Tanto es así que en algunos países como Corea le han salido imitadores. Concretamente, una cafetería de Seúl le ha copiado desde el modelo, hasta el logo, pasando por el producto y presume del origen español de todas sus materias primas. La compañía con sede en Arteixo asegura que no se trata de una filial ni guarda «ningún tipo de relación a nivel empresarial con la misma”.
La historia de Bonilla a la Vista comenzó a principios de los años 30, cuando su fundador, Salvador Bonilla, decidió dejar la Marina y abrir su propia churrería en Ferrol. Precisamente, la frase con la que solía responder cuando le daban el alto al barco y preguntaban quién se encontraba a bordo es el actual nombre de la cadena: «Bonilla a la vista».
La churrería abrió sus puertas en Ferrol en 1932 y 17 años después la familia se trasladó a A Coruña con su hijo, César Bonilla, que se encargaba de elaborar las patatas y repartirlas por diferentes puntos de la ciudad.
La churrería abrió sus puertas en Ferrol en 1932 y 17 años después la familia Bonilla se trasladó a A Coruña
Tras enamorar a los coruñeses con el sabor de su chocolate con churros, Bonilla a la vista prescindió de la elaboración de patatas para poder atender a sus clientes y fue precisamente César Bonilla quién decidió recuperarlas en el año 1988, cuando decidió abrir una fábrica en el polígono de Sabón, donde aún se conserva la moto Guzzi con la que de joven hacía el reparto.
En la actualidad, Bonilla a la vista fabrica en torno a 400 toneladas de patatas fritas al año y exporta un 15% de su producción al extranjero, en especial a Asia, mercado que se lleva en torno al 10% de la producción que se destina a los más de 20 países en los que está presente la marca, además de España.
Bonilla a la vista fabrica en torno a 400 toneladas de patatas fritas al año
Además, una muestra reciente de la fama mundial que han alcanzado las patatas es que «se colaron como producto gourmet en los preparativos de la coronación de Carlos III y Camila«. Concretamente, a través de la marca Fortnum & Mason, que incluyó la icónica lata en su cesta The king of picnics, un recuerdo de todo lo que se sirvió el 6 de mayo en el evento más importante del año.
Este nuevo packaging es el más premium de Bonilla a la vista, ya que al envase en sí hay que sumar otro valor añadido, ya que «cada hoja de patata se selecciona e introduce manualmente en la lata», indican desde Bonilla a la Vista. «Un producto gourmet pensado para convertirse en el regalo ideal para los sibaritas de los aperitivos», apunta.